I Jornada Anual “De la verdad al goce. Reformulaciones de la práctica”– EOL Sección La Plata, 25 de Octubre de 2014
por Mariana Isasi
Orientada por la pregunta ¿qué de la defensa ha de resultar perturbado en un análisis?, me topé con los tres últimos párrafos de la clase 3 del “Seminario 24” de Lacan. Allí habla de lo real como “algo con lo cual no tenemos relación” y al que le “ladramos con el lenguaje”. Si bien “ello no responde. Esto es por lo que nos hablamos solos, hasta que sale esto que se llama yo”, el cual “delira y es por esto que yo puntualicé que (…) no había que mirar allí de tan cerca (…) Entre locura y debilidad mental, no tenemos sino la elección” (1).
Ensañarse con el real en juego para que responda, queda entonces del lado de la locura y del delirio yoico. Lo cual es una manera de defenderse de ese real sin ley, frente al cual nuestra mente es débil. A simple vista, pareciera preferible uno que hable, que entre en alguna legalidad y sea medible. Pero tener confianza en lo simbólico para atrapar lo real, es una autocrítica que se hace Lacan al final de su enseñanza, y es un camino pariente del rigor científico cuando avanza sin dejarse parar por nada y llevar su creencia en el poder de lo simbólico, hasta las últimas consecuencias. Vale el ejemplo que usa Miller cuando, ante el descubrimiento del genoma humano, se deliraba con niños perfectos (2). La “locura” de 1946 es una “fórmula general” que también trasciende las estructuras clínicas y que “desconoce” a tal punto la fragmentación real del cuerpo, que logra hacer que el hombre se crea hombre. En ese momento, Lacan ya tildaba al yo de “alienado” ligado a “la infatuación de toda identificación y en la creencia en la mismidad consigo mismo” (3). No sólo es loco creerse “otro” que el que se es, sino también creerse “el mismo” que el que se es.
Creer en el ser forma parte del desconocimiento propio del delirio de identidad y en esa unicidad se incluye un goce (4). Sin dejar de intentar hacer resonar el goce que mantiene el “yo no quiero saber nada de eso”, propio de la fórmula general de la represión, la nueva clínica que esclarece Miller es una teoría de lo incurable (5), donde justamente no se busca forzar el “yo no sé” irreductible que da cuenta del profundo defecto del psiquismo. Lacan cambia el paradigma de la mano de Joyce, quien a partir de la pieza suelta de su sinthome –ecos en el lenguaje– hace algo: su Finnegans Wake, hecho de mezclas de distintas lenguas.
No intentar encajar lo que no encaja en un discurso, ni siquiera en el analítico, ni en pos de la orientación hacia lo real, ni siquiera porque habría que desbaratar aquello que parezca una defensa… esa, es la elección por la debilidad mental. La debilidad mental es la condición del ser hablante que le impide un “saber hacer con” (6), que no logra ponerlo en relación con lo real. Se trata de no intentar convertir totalmente lo real en sentido, ni tampoco de ir hacia él como si fuese un paraíso.
La perspectiva del sinthome es una manera de orientarse en la dirección de la cura que es, por ejemplo, preguntarse con qué alguien “inventa un lazo con el Otro que no existe (…) Y prescribe una infinita prudencia para no alentar a nadie a abandonar las soluciones que supo inventar, sin estar bastante seguro de que podrán ser reemplazadas por otras mejores” (7). El máximo despertar al que es posible llegar, es el de la zona de debilidad en la cual se semblantiza la locura del saber en lo real (8) y se respeta el hiato que separa toda construcción simbólica del real en juego.
Notas
(1) Lacan J.: “L´insu que saitde l’une-bévue s’aile à mourre”, no editado, clase del 11-1-1977.
(2) Miller J-A.: La pareja y el amor, Conversaciones clínicas en Barcelona, Paidós, Buenos Aires, 2003, pág. 187.
(3) Lacan J.: “Acerca de la causalidad psíquica” en Escritos1, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 1985, pág.161. En ese mismo texto: “si un hombre cualquiera que se cree rey está loco, no lo está menos un rey que se cree rey” (pág.161).”Las primeras elecciones identificatorias del niño, no determinan otra cosa(…)que esa locura gracias a la cual el hombre se cree hombre(pág.177)En ella se hace presente la ilusión fundamental de la que el hombre es siervo(…) esa pasión de ser un hombre(…) el narcisismo”(pág.178).
(4) Miller J.A.: “Donc. La Lógica de la cura” en Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Paidós, Buenos Aires, 2011, pág.115 y 118.
(5) Miller, J.A.: “Sutilezas analíticas” en Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Paidós, Buenos Aires, 2011, pág.15.
(6) Miller J.A.: “El lugar y el lazo” en Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Paidós, Buenos Aires, 2013, pág. 396.
(7) Brodsky G.: “Una política del sinthome” en Bitácora Lacaniana.Revista de la Nueva Escuela Lacaniana, Grama, Buenos Aires, 2012, pág. 119.
(8) “la locura es vivida íntegra en el registro del sentido”. Lacan J.: “Acerca de la causalidad psíquica” en Escritos1, siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 1985, pág. 156.