Incautos de un real

LA PRÁCTICA ANALÍTICA, ENTRE LOCURA Y DEBILIDAD MENTAL. INCAUTOS DE LO REAL. Tercera noche de directorio. 8 de noviembre

Valeria Martínez

Buenas noches, iniciamos la tercera y última de las noches de directorio de este año. Agradezco al directorio por la invitación a coordinar esta mesa. Es un gusto para mí estar acá hoy junto con Rosana Salvatori y Eduardo Suárez.
Como saben, el tema propuesto para las Noches de Directorio de este año es “La práctica analítica, entre locura y debilidad mental”, orientado por el axioma Lacaniano “Todo el mundo es loco”, que titula el tema del próximo Congreso de la AMP. Bajo este mismo título, “La práctica analítica, entre locura y debilidad mental”, se destinó cada una de las noches a abordar cada uno de los términos de la trilogía que Miller trae en esta cita. De las dos noches que antecedieron, la primera estuvo dedicada al delirio, con el subtítulo “Todos locos” y la segunda a la debilidad mental, “¿Todos débiles mentales?”. Hoy es el turno del embaucamiento, el tercero y por tanto, el último de los términos de esta trilogía. “Incautos de lo real” es el subtítulo que encuadra esta noche.
La propuesta tiene como marco algo de lo dicho por Miller en su Conferencia en el Congreso de Paris del año 2014 “El inconciente y el cuerpo hablante”: “Ser incauto de un real -lo que yo alabo- es la única lucidez al alcance del cuerpo hablante para orientarse. Debilidad – delirio – embaucamiento, tal es la trilogía de hierro que hace resonar el nudo de lo imaginario, de lo simbólico y de lo real. […] Analizar al parlêtre exige jugar una partida entre delirio, debilidad y embaucamiento. Es dirigir un delirio de tal modo que su debilidad ceda al embaucamiento de lo real”. (1)
Miller presenta aquí lo que denomina Trilogía de hierro, una construcción (milleriana) formada por 3 dimensiones que son debilidad, delirio y embaucamiento (duperie). Trilogía, dice, que hace resonar el nudo entre lo imaginario, lo simbólico y lo real. Las 3 dimensiones que en El Seminario 21 Lacan nombra como aquellas que conforman el espacio habitado por el ser hablante.
Esta trilogía (debilidad, delirio y embaucamiento) es calificada por Miller como “de hierro”. Calificación que reenvía como referencia inmediata al orden de hierro. En este seminario Lacan trabaja el orden de hierro, que hace referencia al orden materno. Señala la función de “nombrar para” que instaura, dice, un orden que es de hierro, no voy a trabajar esto hoy, pero si tomar este orden de hierro en tanto lo que se marca es la fijeza del mismo, lo inamovible, un orden del que, podemos decir, el parlêtre no puede salir.
Dice Lacan que el efecto natural de lo simbólico sobre el parlêtre es la debilidad, es el embrollo. Embrollo del que se puede salir poniendo en forma la debilidad, y entonces es el delirio. “Entre la locura y la debilidad mental, no tenemos sino la elección” (2) afirma Lacan.
Aquí el orden importa. De la debilidad al delirio y ahí al embaucamiento. Es así como Miller postula, con esta trilogía una orientación precisa para la práctica analítica.
Dirá Miller que de la debilidad al delirio la consecuencia es buena. Ir de la debilidad, al delirio es un paso en más y la consecuencia es buena. Y continúa diciendo que la única vía que se abre para el parlêtre es “hacerse incauto de un real”. ¿Qué es hacerse incauto de un real? Ser incauto de un real, (dejarse engañar, ser crédulo) es la única lucidez que tiene el cuerpo hablante para orientarse. Hacerse incauto de un real es la vía que Miller plantea, que se abre para el parlêtre como perspectiva de un análisis: montar un discurso en el que los semblantes atrapen un real, un real sin sentido, un real en el que creer, pero sin comulgar con él, sin quedar adherido a él (del cual hacer uso). Esto nos remite a la cuestión de la creencia y su relación con lo real.
Dos referencias de Lacan: en El Seminario 24 “Lo verdadero es lo que creemos tal” (3), donde establece una sólida relación entre la verdad y la creencia. Y otra cita, anterior en el tiempo, que encontramos en El Seminario 23, donde dice que “Lo real se encuentra en los embrollos de lo verdadero” (4). En el análisis, entonces, lo real depende de que uno se haya esforzado por decir algo de lo verdadero, que se haya embrollado en él.
Podemos pensar que se trata de cómo delirar de manera singular a partir de ser incauto de un real, en el sentido en que pensamos “todo el mundo es loco”, axioma que puede entenderse también como una orientación para la dirección de un análisis.
Por último, para finalizar, una definición de Miller que puede encontrarse en su escrito “Pequeñas digresiones sobre la pequeña digresión de Volteire”, (lo encuentran también al final del curso “El parteneire síntoma”) donde se pregunta “¿Qué es el no-incauto? -y dice- aquel que se burla de los poderes de la palabra, cree que no es más que semblante. Esta creencia es errónea y por este motivo es un tonto, yerra, y si es psicoanalista (y, por ende, especula con los poderes de la palabra), se convierte en un canalla. Lo real en juego se le escapa, se lo vela su risa”. (5)

Notas
(1) Miller, J.-A.: “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Conferencia de clausura del IX Congreso de la AMP, en Scilicet, El cuerpo hablante, Grama, Buenos Aires, 2016, pág. 34.
(2) Lacan, J.: “El Seminario, Libro 24, L´ insu que sait de l’une-bévue s’aile à mourre”, Clase del 11/1/1977, inédito.
(3) Ibíd., Clase del 14/12/1976, inédito.
(4) Lacan, J.: El Seminario, libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2013, pág. 83
(5) Miller, J.-A.: El partenaire-síntoma, Paidós, Buenos Aires, 2020, pág. 484