El cartel del pase. El problema del número

21-carteles-pii-ltXXV JORNADAS NACIONALES DE CARTELES DE LA EOL, MESA PLENARIA: EL CARTEL DEL PASE –La Plata, 10 de septiembre de 2016

 

 Luis Tudanca

 

El cartel del pase es y no es un cartel como los demás. Hay allí un primer problema.

En Lacan lo que hoy en día llamamos el cartel tradicional, para diferenciarlo del cartel ampliado y del cartel fulgurante, quedó reducido a la fórmula “cuatro más uno”.

El juntarse, pegarse y disolverse no hace a la especificidad del número. El número no es un dato menor en la conformación de un cartel, habida cuenta de que Lacan pensó el número como real.

Juntarse y pegarse aporta lo imaginario, disolverse agrega lo simbólico, el número soporta lo real.

Lo diré mejor: lo real viene de la mano de dos cosas: del tiempo, ya que como dice Lacan el cartel “sólo durará por lo temporario”, y del número (1). Pero mientras que el tiempo impide “no quedar tan pegados”, el número apunta a otra cosa.(2)

En 1980 cuatro se juntan y eligen al más uno pero…no fue siempre así.

En “RSI” y en Le sinthome Lacan propone otro número: 3 + 1, fórmula solidaria del nudo que Lacan construye y despliega en esos seminarios. ¿Por qué cambió?

De todos esos desarrollos todavía no hemos sacado las consecuencias y avanzamos un poco en tinieblas.

En el Seminario 23, Lacan da un ejemplo de un uso clínico del cartel. Avanza recordando su idea de que la psicosis paranoica y la personalidad son la misma cosa. Define la psicosis paranoica como aquella en que “lo imaginario, lo simbólico y lo real son una sola y misma consistencia”. (3) Inmediatamente agrega: “Si se entiende bien lo que hoy enuncio (en esta parte hagamos como que entendemos lo que Lacan enuncia y sigamos) podría deducirse que a tres paranoicos podría anudarse, en calidad de síntoma, un cuarto término que se situaría como personalidad en la medida en que ella misma sería distinta respecto de las tres personalidades precedentes y de su síntoma”. (4)

Más adelante aclara un poco, sólo un poco, su propuesta: “No se trata del sinthome como personalidad sino en la medida en que respecto de los otros tres él se caracteriza por ser sinthome y neurótico. La referencia en este caso es al más uno.(5)

Así que el cartel aquí es pensado con la fórmula 3 + 1 y para el tratamiento posible de la psicosis paranoica.

Por supuesto que crea algunas dificultades ya que hay que reunir tres paranoicos, plantearles un cartel sin que se vuelvan más paranoicos y estar seguros que el que se ofrece como más uno es neurótico. Pero lo podemos tomar como una indicación precisa de Lacan para un uso clínico del cartel.

El cartel del pase toma el relevo de esa idea de Lacan, preciosa, aunque el número actual es: 4+1.

Los colegas que tiene experiencia en tratamiento de psicosis en instituciones podrían decir algo más de esta propuesta que Lacan presenta en su Seminario 23.

 

Conformación del cartel

Los cuatro que se reúnen no lo hacen de la misma manera que en el cartel tradicional.

En mi experiencia de los últimos años resalto que en la constitución misma del cartel han cobrado importancia los AE en ejercicio o los que han culminado sus tres años.

Cuando se relanzó el cartel en la EOL, ya se pensó de ese modo incluyendo a los AE de períodos anteriores. Y en el siguiente cartel ya se incorporaron AE en ejercicio. No hay duda que ha sido una decisión de máximo consenso en nuestra comunidad, decisión política. Y los que no han sido AE han participado del dispositivo.

Los cuatro así reunidos eligen el más uno. No hay allí modificación alguna con respecto al cartel tradicional, aunque la elección recae sobre un colega que haya estado en el dispositivo.

No es una ley escrita, pero funciona así. Además se recurre a un éxtimo cada vez que el cartel considera una nominación.

Hay otra diferencia: terminados los dos años del funcionamiento del cartel, el más uno se incorpora en el siguiente como uno de los integrantes del mismo.

 

Funcionamiento del cartel

No hay una frecuencia predeterminada. El cartel se reúne cuando algún o algunos pasantes han presentado sus testimonios a los pasadores.

En el cartel del pase en el que participé recibíamos a los pasadores por separado. También se los suele recibir a los dos juntos. Siendo pasador he tenidos ambas experiencias.

Luego de las presentaciones de los pasadores, el cartel realiza una elaboración a partir de lo escuchado.

Realmente se verifica que el cartel del pase se deja enseñar. Cada uno de los testimonios perfora el saber adquirido previo de los integrantes del mismo. Allí quizás esté un pequeño secreto del cartel del pase: dejarse sorprender.

En ese punto, el cartel del pase es un lugar privilegiado para hacer avanzar al psicoanálisis, sostenido en lo real de una práctica y sus resultados efectivos.

 

El rasgo y el producto

En mi caso, como me pasó muchas veces en un cartel, entré pensando un rasgo y después de dos años se modificó esa idea primera. Entré pensando privilegiar síntoma y fantasma y eso derivó en sinthome y estilo. De eso hablé en la Noche sobre las enseñanzas del cartel del pase.

Esta última no hace más que dar el marco al producto de cada integrante del cartel. Es una Noche de carteles casi podríamos decir. No es sólo eso, por supuesto, pero eso también.

¿Qué enseñanza imparte el cartel del pase? Enseña sobre lo que restó a su no saber y aún así resulta insuficiente. Se retira de la experiencia sin resolver que no se sabe lo que es un analista. Pero atrapó en algunos el deseo del analista y, de ese trabajo del cartel, se deriva el trabajo del AE, agotador por otra parte.

 

Conclusión: el deseo de nominar

En la noche de enseñanzas del cartel del pase se subrayó el deseo de nominar del mismo.

El término deseo de nominar corresponde al uso clínico del cartel del pase pero es un término difícil de elucidar. Como deseo es un deseo “raro”. No es un deseo histérico, no es metonímico, pero tampoco estrictamente metafórico. Pero algo se sostiene en lo que como deseo es deseo del Otro, siendo ese Otro la Escuela.

Es aún más difícil definir la parte nominar. Seguir en Lacan las sucesivas formulaciones sobre lo que pensó respecto a la nominación es una tarea ardua. Pero una distinción que se encuentra en su «Seminario 21», en la clase tres, aplica a esta formulación. Lacan recurre al idioma inglés para subrayar la diferencia entre naming y nomination.

Lacan considera que “es un hecho que el naming, en tanto nombre propio…” y sigue. (6)  Usa el término inglés naming en el sentido del nombre propio, una invención de un nombre que no tiene ninguna preexistencia en el Otro. Por lo que la nominación en el sentido de nomination está más cercana al nombre común.

Y qué más cercano al nombre común que la nominación AE. Es por ello que podemos hablar de los AE. Pero si tomamos a un AE, ese AE singular, tenemos que recurrir a otra cosa.

Allí escuchamos significantes extraños: “cimino”, «el calzador sin medida«, “Rhinocerós”, «el peleador impolítico«, por mencionar sólo algunos.

Nombran ¿qué?  Graciela Brodsky lo trabajó desde otra perspectiva y señaló que se trata de “un elemento absolutamente singular, neológico, sin sentido y que sin embargo suele decidir la salida de la experiencia”. (7)

Agregaré que, en general, corresponde a un salto de ex—sistencia con respecto a la hystoria.

El AE es naming y nomination, sin Otro pero recurriendo al Otro de la Escuela, aporta un neologismo pero desea que pase y resuene, a pesar del fuera del sentido en algunos otros.

Ese elemento, desprendido de la historia y resto de una lógica que se transmitió en el dispositivo, despierta y sostiene el deseo de nominar del cartel del pase, no sin el proceso mediante el cual se extrajo.

 

Notas Bibliográficas:

(1) Lacan, J.: “El señor A”, La Escuela, Manantial, Buenos Aires, 1989, pág. 26.

(2) Lacan, J.: “Decolage o despegue de la Escuela”, Ibíd., pág.24.

(3) Lacan, J.: El seminario Libro 23, Le sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, pág. 53.

(4) Ibíd., pág.53.

(5) Op. Cit. N° 3, pág. 53.

(6) Lacan, J.: “El seminario Libro 21: Los desengañados se engañan”, Clase tres. Inédito.

(7) Brodsky, G.: “De creyentes e incautos”, Revista Lacaniana  Nº 20, Grama, Buenos Aires, 2016, pág. 116.