Síntoma, drogas y rock and roll

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: PSICOANÁLISIS, DROGAS & ROCK AND ROLL de Luis Darío Salamone en la EOL Sección La Plata. 31 de agosto de 2023

Eduardo Suárez*

Buenas tardes. Mi agradecimiento al TyA, a los amigos que están en el Zoom, y a los de La Plata, por la invitación a esta inauguración de actividades. Aprovecho para felicitar a todos los integrantes, especialmente a Christian Ríos, que no hubo un año que no preguntara, insistiera, con la creación de este departamento. Y a 30 años del TyA, y a punto de cumplir diez años la Sección, tenemos TyA La Plata. La creación de cada sección, departamento, delegación, en el Campo Freudiano lleva siempre muchos años. Hoy, como decís vos Christian en el Blog, es necesario un trabajo sostenido en el tiempo, donde se pone a prueba la constancia y la seriedad de ese trabajo, hasta que finalmente se plasma en alguna entidad que nos sirve como paso. Felicitaciones por eso.
Como miembro de la Instancia Diagonal me parece importantísimo tener una sede del TyA en La Plata porque es una vía regia a los estudios del goce en su relación con la subjetividad contemporánea, en todos los planos: clínico, epistémico, político. Por razones de época, y por razones profundas, me parece que no hay un solo problema del psicoanálisis respecto del cual no pueda venir un aporte interesante del TyA, así que esperamos mucho de los trabajos, de los carteles que se pueden armar, en fin, que la vida de la Escuela puede estar renovada por la existencia del TyA.
Empezar por este libro me parece muy interesante, no por la cuestión de la difusión, ni de la ganancia de autoridad que nos puede traer Luis con sus trabajos, ni con su serie de trabajos sobre esto. Necesitamos buenas ideas y métodos, y formas de trabajar que nos involucren rápidamente en un entusiasmo y en una salida del aplastamiento universitario que siempre está en nosotros, y que nos quita mucha creatividad y espíritu de trabajo más libre, y me parece que este libro enseña mucho, transmite mucho de lo que puede ser el interés que puede tener cada uno, los hobbies, los síntomas. Bueno, Luis fue AE, y se trata de poner eso al servicio del avance del psicoanálisis, así que desde esa perspectiva me pareció buenísimo el libro, muy llevadero, muy atrapante.
Me interesa mucho también el método, la operación al abordar, la relación del psicoanálisis con el arte, con los artistas. No se trata, digamos, de un psicoanálisis aplicado y que nosotros descifremos cosas de esas vidas, sino más bien, la idea de Lacan es al revés, es dejarse enseñar. Cuando una obra produce un agujero en el saber analítico o dice muchas cosas que el psicoanálisis desconoce, y los ejemplos son fuertes porque son escritos como “La carta robada”, que nos puede enseñar sobre la idea de falo y del falo como letra escrita. Siempre es así en Lacan, siempre tiene esa orientación. Hay que leer todo “El Banquete” para poder saber que es lo le enseña ese texto a Lacan sobre la transferencia. Esa perspectiva, ese método lo destaco, y destaco dos puntos en general, seguramente después conversaremos cada cosa.
Uno ve en cada uno de estos artistas el continuo trabajo del síntoma, podemos decir, de los intentos de arreglos y desarreglos y las luchas por sus vidas, y sus obras, y sus partenaires, entre los cuales está la droga. El libro nos muestra las relaciones con las mujeres, con el Otro y en sujetos sin análisis, de lo cual sabemos poco, porque lo que sabemos nosotros de cómo se las arregla la gente es por nuestros pacientes o por lo que nos han contado, y nos cuentan los que hicieron un análisis. Pero el ejemplo de Lacan, Joyce, es alguien que sin análisis pudo hacerse una vida, hacerse de muchas cosas que hacen a lo soportable de la vida, y acá nos encontramos con éxitos y fracasos, pero se ve el intento, y está muy bien mostrado, así como los golpes que va sufriendo también cada uno en ese trabajo continuo, especialmente, los golpes del éxito, ¿no? Una sociedad en la que todos queremos el éxito, bueno, vemos en prácticamente todos los casos como el éxito hay que soportarlo y que, en general, es imposible de soportar.
Un punto acerca de lo que se transmite: también podemos leer y evocar cómo, para los que tenemos cierta edad, estos artistas y estas obras nos han ayudado en nuestro propio nudo y nos han colectivizado. En el caso de Syd Barrett, no conocía esa historia, cómo ese sujeto, el fundador de Pynk Floyd, con su locura y su desaparición de la música, pudo servir para generar todo el desarrollo posterior de la banda. Luis muestra bien cómo se retoman los temas que compuso, los arreglos, en general, la cuestión musical, cómo eso puede ser transmitido también y ayudar a organizar algo.
Por otro lado, se aprende mucho de una cosa, que no la seguimos tanto como debiéramos, como lo es la clínica de las melancolías, no lo digo en sentido diagnóstico, sino en general, en las cuestiones que hacen al problema de la culpa, del suicidio, del dolor de existir. A propósito de Kurt Cobain, después vos nos dirás algo Luis si podés sobre eso, porque lo he visto en otros pacientes, un dolor que los médicos estudian y estudian, pero como se dice muy bien acá el libro, se trata de una cosa extraña porque Kurt no lo siente cuando se duerme, pero apenas despierta, su existencia se ve atravesada por ese dolor. En fin, hay mucho de esos temas en este libro, lo cual es realmente un aporte.
La otra gran cuestión, me parece, es lo que Lacan llama la poubellicatión en “Lituraterre”, donde, tomando a Joyce, a Becket, y a Santo Tomás de Aquino se permite forjar este neologismo que condensa publicación y basura, y hablarnos del destino de resto que tiene el arte a la corta o a la larga más allá de la idealización y de lo que nosotros podemos apreciar en cada obra, siempre la espera un destino de resto, de algo que va a parar al basurero. Me parece que en el libro se ve como, en varios de estos artistas, la obra es algo que sirve para separarse del propio destino de resto que tiene ese sujeto, que se le revela en algún momento de su vida o que lo registra desde que nació, por decir así y, en general, se ve en todos. Por ejemplo, en Michael Jackson la función de las operaciones en su rostro, los tratamientos de la piel, etc. como un intento de no ver ningún rastro del padre en el espejo, o en la exigencia de perfección de una obra, que, si no resultaba así sobrevenía rechazo y la locura. Se ve en particular en el trabajo sobre el álbum Billie Jean, es decir, que entre la maravilla o la porquería no hay matices.
Bueno, dejo por acá citando, no al libro, si no el caso de Kate Richards. Vos contás que Eric Laurent te recomienda esas memorias a las que tituló “Vida”. De esta obra que es la vida del tipo que dice que vivió como tres vidas gracias a las drogas, porque dormía poquito, entonces, se ve lo que es el uso de las drogas para el cultivo del semblante, cómo él dice las usaba como una caja de cambios, él va manejando la obra, sus semblantes, las drogas, y ahí lo tenemos, aún con vida, componiendo. No voy a terminar haciendo una apología de las drogas, por supuesto, pero sí del sinthome. Gracias.

* Desgrabado por el equipo del TyA, revisado por el autor.