Conclusiones tempranas

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: PSICOANÁLISIS, DROGAS & ROCK AND ROLL de Luis Darío Salamone 31 de agosto de 2023

Leonardo Hueso

Encontré como comunes denominadores: la soledad, traumas de la infancia, familias disfuncionales, presiones superyoicas, presiones de la prensa, exposición total del individuo, mente y cuerpo, la mirada del otro como condicionante para todo, rupturas del círculo familiar, amistoso, abandono del individuo mismo en pleno infierno y la muerte a temprana edad.
La frase sexo, drogas y rock and roll nunca encerró una buena idea o un mal chiste. Fue tomada como una suerte de mandato que nos mató a muchos artistas muy queridos, familiares y amigos.
El cantante británico Ian Dury compone y publica Sex, drugs and rock and roll cuya letra está cargada de ironía. Quería decir que si tu vida se sustenta en solo esas tres cosas, tenés un problema. Todo lo contrario a lo que resultó para el gran público. Para millones de personas, inclusive, fue y continúa siendo un verdadero himno del rock.
La frase casi graciosa del mundillo rocker que dice “no hay peor cosa que un rockero recuperado”, se diluye rápidamente al leer las primeras páginas de este libro. De hecho, tres de los cinco artistas están muertos (Barret, Cobain y Michel Jackson).
Las drogas son, apenas, un síntoma de los padeceres tortuosos de estas personas. La muerte es, tan solo, la consecuencia final. Casi todos atravesaron una infancia traumática que los dañó hasta el último estertor. Por ejemplo, Kurt Cobain fue un niño hiperactivo al cual sus padres llevaron a los médicos y fue tratado con Ritalin. Este fármaco, según afirma el autor, puede ser un abrepuertas para las adicciones adoptadas en la adolescencia o en la vida adulta. Por supuesto que estamos hablando de familias disfuncionales o, más simple, gente rota que al tener hijos no puede hacer otra cosa que romperlos.
El combo superyó, pulsión de muerte y la culpa es directamente letal en el mundo de las personas públicas o de cualquier ciudadano de a pie. Pero a esa letalidad la precede una agonía infernal que actúa erosionando al sujeto a través de años. Muchos años.
Me detengo en algunos conceptos que me dejó la lectura de este libro: las dualidades que presenta toda mente humana: esto es aplicable al superyó, la pulsión de muerte (que, entiendo que es la que predomina), el goce, según el concepto de Lacan. La vida humana transcurre en una suerte de ciénaga o de una agonía eterna para determinados individuos.
Con tanta droga y vida enloquecida hay poco espacio para el amor y casi nada para el sexo, y, en paralelo, siempre resulta más fácil salirse de los problemas odiando (aunque el odio nunca genere nada positivo para sí ni para el otro o los otros).

Papel del periodismo

El periodismo no sólo no ha aportado nada sano, vital o, al menos, colaborativo. Directamente han sido –y son muy influyentes– en la vida de estas y de cualquier otra persona (dejamos para otra ronda el papel de las redes sociales e internet en general). Algún día deberían pedir perdón por los daños que causaron con sus textos. La palabra es un arma que debe ser utilizada con absoluto respeto y cuidado. Algunos periodistas deberían pensar antes de escribir o hablar. La inmediatez o la mala leche traen serios problemas en la sociedad.
Hasta el día de hoy, la mirada, el concepto y las acciones sobre las drogas (lícitas e ilícitas), las adicciones y los adictos, infelizmente, sigue siendo la misma. Profundizo: para la mayoría de las personas sólo se replica como un eco eterno lo punible, la prohibición, la estigmatización, el señalamiento del adicto como el único culpable del problema (hermosa manera de no hacerse cargo de la vida en sociedad), y para no abundar, el descarte o la marginalización del sujeto (una ayudita, un empujoncito al abismo para mis ex amigos).
El sistema de salud en Argentina sigue provocando un agravamiento de esta problemática porque, de nuevo, al mantenerlo como condenatorio ofrece cuatro maneras de tratamiento: cárcel o clínicas y hospitales psiquiátricos (en muchos puntos el efecto es el mismo: empeoramiento del individuo), granjas y los dogmas de la religión, principalmente el ala evangelista y los testigos de Jehová.
En las clínicas u hospitales las personas conviven amontonadas, entrechocándose por los pasillos, adictos de todo tipo, abuelos seniles, paranoicos, esquizofrénicos y pibitos utilizados por las policías para delinquir y sin una mínima contención de sus entornos. Y los que se refugian en las creencias religiosas que distan mucho de ser una solución.
Vamos con los artistas que protagonizan el libro.

Kurt Cobain

“Me gusta infiltrarme en los mecanismos de un sistema haciéndome pasar por uno de ellos para luego corromper lentamente el imperio desde dentro”.
“Quiero ser el primero en descubrir y desechar la popularidad antes que llegue”.
Salamone afirma que “es evidente que Cobain trabajó y mucho para llegar adonde llegó. Y cayó cuando finalmente consiguió el éxito”. (1)
Freud en “Algunos tipos de carácter dilucidados por al trabajo analítico”, (2) plantea que nos mostramos confundidos y sorprendidos cuando ciertos hombres se enferman cuando se le cumple un deseo honradamente arraigado y perseguido, son los que fracasan al triunfar, aquellos que producen un vuelco trágico en su vida. La enfermedad se produce por el triunfo. Lo normal sería esperar que el problema fuera la frustración, sin embargo, es la conciencia de culpa, esa que aparece constantemente en los escritos de Kurt, la que azota.

Keith Richards

Keith Richards, un verdadero alquimista de su propio cuerpo y mente.
Es el que más se acerca al ideal del rockero. Un verdadero alquimista a la hora de drogarse y que además lo hacía con un control asombroso de las sustancias y, en general, el uso de las mismas en función de algún objetivo claro.
El viejo Keith fue un gran trabajador. Alguna vez dijo en una entrevista con la revista Rolling Stone “en mi caso las drogas nunca fueron para tanto. Pero igualmente no las recomiendo”.
Hoy, a sus 79 años, sigue tocando y componiendo canciones tanto con los Rolling como en su faceta solista. Igualmente, en este caso, estamos hablando de una persona que es todo un misterio a estudiar por la ciencia médica mundial.
Syd barret tampoco pudo soportar la presión ser el líder de una banda encadenando un concierto tras otro y terminó por colapsar convirtiéndose en una sombra de lo que alguna vez supo ser.
En el álbum “Un plato lleno de secretos” dice:
“Es tremendamente considerado de vuestra parte pensar sobre mí aquí. Y te estoy muy agradecido por dejar en claro que no estoy aquí”.
Phill Collins vive y sigue atormentado por los fantasmas de toda la vida que irrumpen en su mente en la infancia y a través de su padre, un hombre severo, ausente hasta en la presencia y que lo desautoriza permanentemente.
La vida de Phill está marcada fuertemente por la mirada y la aprobación del otro y, aún peor, la intrascendencia o el ninguneo, como el que le propinó nada menos que George Harrison.
La anécdota con Harrison es demoledora, bastante graciosa pero muy desafortunada para Phill: en el 82 invita a Harrison a tocar la guitarra en una canción suya y cuando lo saluda le dice que ya se conocían, le recordó cuando grabó es su primer álbum solista y el bueno de George le contesta “¿de verdad Phill? No lo recuerdo en absoluto”. Treinta años después recibe la cinta original de su actuación tocando las congas, queda traumatizado, no recordaba haber tocado tan mal. Y en la cinta irrumpe la voz de Harrison diciéndole a Phil Spector “crees que lo podríamos intentar una vez más pero sin el tipo de las congas?”. Lo rompió mal. Hay que tener mucho cuidado con algunos chistes.

El libro

Psicoanálisis, drogas y rock and roll es un libro que deposita conocimiento en cualquier lector. No es necesario ser psicólogo, ni médico, ni enfermero para entenderlo y tomarlo como herramienta para la vida. Es más, en un contexto social y político de sobreabundancia de odio y todo tipo de violencia, es un libro que conviene leer.
Para terminar, una definición hermosa, noble y adorable de Caetano Veloso: “De cerca, nadie es normal”.

Notas

(1) Salamone, L.: Sexo, Drogas y Rock and Roll, Editorial La llave de mandala, Buenos Aires, 2023.
(2) Freud, S.: “Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo analítico”, Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu editores, Buenos Aires, 2013.