Marisol Gutierrez
Primera Noche de Directorio. EOL Sección La Plata, 22 de marzo 2023
El Directorio en acuerdo con la Instancia Diagonal ha decidido para este año trabajar orientados por el próximo Congreso de la AMP, a realizarse en febrero de 2024, “Todo el mundo es loco”. Para abordar el tema a lo largo del año tomamos como hilo un recorte de una cita de Miller -a desbrozar- de “El inconsciente y el cuerpo hablante”: “Ser incauto de un real -lo que yo alabo- es la única lucidez al alcance del cuerpo hablante para orientarse. Debilidad – delirio – embaucamiento, tal es la trilogía de hierro que hace resonar el nudo de lo imaginario, de lo simbólico y de lo real […] Analizar al parlêtre exige jugar una partida entre delirio, debilidad y embaucamiento. Es dirigir un delirio de tal modo que su debilidad ceda al embaucamiento de lo real”.(1)
Nos ocuparemos en cada una de las noches de cada término de la trilogía. En esta primera, abordaremos la locura, por lo que hemos titulado a este encuentro “La práctica analítica, entre locura y debilidad mental. Todos locos”. Luego pondremos a trabajar la debilidad mental para, en la última, abocarnos al embaucamiento. Si bien intentaremos poner la lupa sobre cada término, es claro que cada uno de ellos está en relación con los otros dos. Decidimos, a la vez, poner énfasis en la práctica analítica.
Con esta propuesta, invitamos a Gabriela Camaly, Directora de la EOL, miembro de la EOL y de la AMP y a Ana Simonetti, asociada de la EOL Sección La Plata a trabajar sobre la locura articulada a la práctica.
Señalaré algunos puntos de partida para luego pasarles la palabra a ellas.
Para comenzar, ¿por qué todo el mundo “es” loco y no “está” loco?
En francés el verbo être reúne lo que en nuestro idioma se distingue entre ser y estar. Me preguntaba entonces, cuando escribía -porque el corrector corrige- por qué fue traducido por “es”. No lo sé fehacientemente, pero en castellano “es” -del verbo ser- se utiliza para describir estados permanentes, mientras que el estar describe un estado temporal. Entonces me pareció que es un detalle que podemos considerar, incluso porque el ser está ligado al lenguaje, en tanto sólo tenemos un ser por el hecho de hablar. El lenguaje, la palabra -condición del ser hablante- trae consigo la locura.
¿De qué hablamos cuando hablamos de locura?
Si bien Lacan en algún momento de su enseñanza empleaba el término locura para referirse a la psicosis, en 1946, en “Acerca de la causalidad psíquica», planteaba la locura como un fenómeno de pensamiento, inherente al ser del hombre y al lenguaje. “El fenómeno de la locura no es separable del problema de la significación para el ser en general, es decir, del lenguaje para el hombre” (2). Ubicaba las primeras elecciones identificatorias del niño como determinantes de “esa locura, gracias a la cual el hombre se cree un hombre” (3), “la ilusión fundamental de la que el hombre es siervo […], esa pasión de ser un hombre, […] el narcisismo”. (4)
En 1955, en el seminario Las Psicosis, Lacan se refiere a Pascal, quien formula que “hay sin duda una locura necesaria, y que sería una locura de otro estilo no tener la locura de todos”. (5)
Podemos encontrar esa locura necesaria, esa locura de todos, propia del ser hablante, tempranamente en la enseñanza de Lacan.
No voy a desplegar el sesgo de “todo el mundo es loco”por el lado de la forclusión generalizada y la clínica universal del delirio, ya que lo va a tomar Gabriela Camaly.
Situemos el contexto del aforismo de Lacan que nos ocupa, que Miller extrae y lo pone al trabajo en la AMP, en la conferencia de cierre del último congreso al anunciar el próximo. Es de 1978 y se encuentra en “Lacan por Vincennes”, un texto muy cortito que dice mucho. Luego de ubicar el discurso analítico en un lugar de excepción respecto al resto por no creerse la verdad, no tener pretensión de dominio y no enseñar nada por no tener nada de universal, Lacan se pregunta “¿cómo hacer para enseñar lo que no se enseña?”. De la cita que sigue se extrae el aforismo en cuestión: “En esto precisamente Freud se abrió camino. Él pensó que nada es más que sueño, y que todo el mundo (si es lícita semejante expresión), todo el mundo es loco, es decir, es delirante. Esto es lo que se demuestra en el primer paso hacia la enseñanza”. (6)
Y unas líneas después, agrega: “La enseñanza se renueva confrontándose con su imposible, se constata”. (7)
Once años antes, en Mi enseñanza (“Entonces, habrán escuchado a Lacan”, 1967) Lacancriticaba la idea de tradición filosófica de que es posible purificar el pensamiento de las pasiones, angustias, miedos, locuras, la ilusión del pensamiento transparente para sí mismo, y ponía en valor la fractura que operó Freud al respecto con su descubrimiento del inconsciente en una época donde la superioridad del pensamiento era indiscutible, destacando en Freud la estructura de lenguaje en la psicopatología de la vida cotidiana, la interpretación de los sueños y el witz. Dice allí: “eso piensa en un nivel donde no se aprehende en absoluto a sí mismo como pensamiento […] no quiere de ninguna manera aprehenderse”. (8)
Señala que se trata para nosotros de interrogar seriamente el origen del pensamientoy lo ubica como “una condición previa en el interior de la cual se alojan como pueden toda una serie de funciones animales” (9) para destacar que lo importante es “volver a poner en discusión todo este escalonamiento de entidades que tiende a hacernos entender los mecanismos orgánicos como algo jerarquizado, cuando de hecho quizás haya que situarlos en el nivel de cierta discordancia radical del marco de quizá tres registros que designo como lo simbólico, lo imaginario y lo real”. (10)
Y enseguida advierte al psicoanalista: “debe ser capaz, en su práctica, de presentificarse en todo momento como el que sabe cuál es su propia dependencia respecto de algunas cosas que en principio debió palpar en su experiencia inaugural, y por ejemplo su dependencia con respecto a cierto fantasma […] Él no debe considerar que sabe, con el pretexto de que se lo va a ver en calidad de lo que he llamado el sujeto supuesto saber. No se lo consulta sobre lo que está al margen de un saber cualquiera, ya sea el del sujeto o el saber común, sino sobre lo que escapa al saber, precisamente, sobre lo que cada uno radicalmente no quiere saber […] Conviene que el analista no crea poder introducirse en semejante cuestión aceptando simplemente el papel que le ha sido conferido bajo la forma del sujeto supuesto saber. Él sabe bien que no sabe y que todo lo que pueda forjar como saber propio corre el riesgo de constituirse solo como una defensa contra su propia verdad”. (11)
Agrega entonces que lo que se trataría de obtener de los analistas es que «conquisten la justa situación de depuración, de “despojamiento” ». (12)
En la misma época se refería al inconsciente como “un inconsciente que piensa tenazmente. Es loco lo que se elucubra en este inconsciente” (13).A la vez que destacaba que su enseñanza es el lenguaje y ninguna otra cosa, ubicaba la dimensión de la verdad que se instala a partir del momento en que hay lenguaje: la palabra cobrando valor de palabra a partir del Otro. El pensamiento se sirve del lenguaje; el lenguaje será material del pensamiento.
Miller desarrolla en la conferencia mencionada la cita de “Lacan por Vincennes” y lee allí una doble paradoja:
-por un lado, una ligada a la época, a la despatologización. La sustracción progresiva de los tipos clínicos del gran catálogo clínico parece validar el fin de la clínica utilizando términos de la clínica; ubica en su lugar los “estilos de vida libremente elegidos”. (14)
-por otro, una crítica a la función de la enseñanza, cuando está defendiendo el Departamento de Psicoanálisis de Vincennes (enseñar es una locura, el discurso analítico no es materia de enseñanza; no habla del psicoanálisis, sino de la práctica). Lacan advierte a sus alumnos: nada de lo que será enseñado sobre el psicoanálisis en la universidad les permitirá ahorrarse el hacer un psicoanálisis, será necesario que cada uno ponga de su parte.
En el mismo punto en que Lacan reconoce a Freud ubicar la continuidad sueño-locura y que desprende de su pluma “todo el mundo es loco”, Miller marca la distancia que Lacan toma de Freud a partir de su invención de lo real (respuesta sinthomática al inconsciente freudiano), citándolo en la clase 9 de El Seminario 23, titulada “De lo inconsciente a lo real”: “la instancia del saber que Freud renueva, quiero decir innova, con la forma del inconsciente, no supone en absoluto obligatoriamente lo real del que me sirvo”. (15)
Esto nos abre la vía de la orientación por la lucidez, la única al alcance del cuerpo hablante para orientarse: ser incautos de un real. La locura queda en este sentido ligada a la elucubración: por nacer del lenguaje, el ser hablante elucubra a lo loco. Si el análisis se orienta por la vía del saber y la verdad -que tiene estructura de ficción-, se ubica entre la debilidad y el delirio de a dos, en un intento de atrapar lo real mediante el sentido. Cuando la verdad resulta verdad mentirosa, defensa, la lucidez la aporta el dejarse embaucar por lo real.
En el curso Todo el mundo es loco, Miller se refiere a la locura genérica y universal y la diferencia de la psicosis como categoría clínica, que también se inscribe en este universal. “Es una locura que es delirio y el delirio, en el fondo, ya comienza con el saber. El delirio comienza cuando, a un significante que está solo, se le articula otro, por lo que solo se convierte en uno” (16). En este momento el efecto de significación que se produce es equivalente al delirio.
Notas bibliográficas
(1) Miller, J.-A.:“El inconsciente y el cuerpo hablante”, Conferencia de clausura del IX Congreso de la AMP, en Scilicet: El cuerpo hablante, Grama, Buenos Aires, 2015, p. 34.
(2) Lacan, J.: “Acerca de la causalidad psíquica”, en Escritos 1, Siglo veintiuno editores, Buenos Aires, 1985, p. 156.
(3) Ibid. p. 177.
(4) Ibid. p. 177, 178.
(5) Lacan, J.: El Seminario, Libro 3, Las Psicosis, Paidós, Buenos Aires, 1984, p. 30.
(6) Lacan, J.: “Lacan por Vincennes”, en Revista Lacaniana de Psicoanálisis, número 11, EOL, Buenos Aires, 2011, p. 10.
(7) Ibid. p. 10.
(8) Lacan, J.: “Entonces, habrán escuchado a Lacan», en Mi enseñanza y otras lecciones, Paidós, Buenos Aires, 2022, p. 68.
(9) Ibid. p. 72.
(10) Ibid. p. 72.
(11) Ibid. p. 72, 73.
(12) Ibid. p. 74.
(13) Lacan, J.: “Lugar, origen y fin de mi enseñanza”, en Mi enseñanza y otras lecciones, Paidós, Buenos Aires, 2022, p. 15.
(14) Miller, J.-A.: “Todo el mundo es loco”, en Revista Lacaniana de Psicoanálisis, número 32. EOL, Buenos Aires, 2022, p. 17.
(15) Lacan, J.: El Seminario; Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 130.
(16) Miller, J.- A.: Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015, p. 340.