NOCHE DE DIRECTORIO: LA INTERPRETACIÓN QUE DESPIERTA– EOL Sección La Plata, 19 de junio de 2019
Fernando Vitale
Voy a comentar algunos párrafos del Seminario 24 de Jacques Lacan (1) que pienso que nos dan pistas firmes sobre como pensar hoy la noción de interpretación en psicoanálisis a la luz de su ultima enseñanza la cual se apoya en la ultima noción de síntoma como acontecimiento de cuerpo y en la nueva escritura que le provee el nudo borromeo.
Ustedes saben que en ese contexto hay varias alusiones a la poesía en general y en especial a la escritura poética china por lo que vamos a poder conversar con la poeta que nos acompaña hoy.
Lacan plantea que es allí hacia donde hay que girar porque la lingüística es una ciencia muy mal orientada.
Increíble esa observación si uno la compara a lo que planteaba por ejemplo Lacan en La Instancia de la letra (2) ¿no es cierto? ¿Recuerdan? Allí Lacan, por el contrario, afirmaba que con Saussure la lingüística había conquistado su pleno estatuto científico mediante la escritura del famoso algorítmo que todos conocen. Decía allí Lacan que lo que ese algoritmo escribía era nada mas ni nada menos que equivalente a la tópica del inconsciente mismo, y por si esto fuera poco, que además la lingüística era la ciencia piloto que había permitido una nueva clasificación de las ciencias donde poder finalmente inscribir al psicoanálisis!!!
¡!!Como es que ahora afirma que es una ciencia mal orientada!!!
En esos párrafos del Seminario 24 Lacan va a plantear que hay que distinguir lo que de la lengua se ocupa la lingüística, y de lo que se ocupa nuestra practica a la que va a designar como linguistería; es decir como un lugar donde se hace algo con ese instrumento. Eso sin dejar de subrayar el aporte especifico que podría brindar a la lingüística misma, el estudio de la especificidad de la interpretación analítica. Como ven Lacan no se andaba con chiquitas…
Entonces dice que la lingüística es una ciencia muy mal orientada a excepción de Jakobson quien no había dejado de subrayar que era necesario incluir en ese campo las cuestiones que plantea la poética, que es el campo donde se unen más estrechamente el sonido y el sentido. ¿Qué quiere decir esto?
En un texto famoso de Jakobson que se llamo Seis lecciones sobre el sonido y el sentido (3), Jakobson comienza por plantear que en principio ese tema no es otro que el de abordar el misterio del signo lingüístico. Recuerda entonces el nacimiento de la fonología como separada de la fonética tanto acústica como motriz; es decir, como la ciencia que estudia no el sonido en su aspecto puramente acústico ni en las particularidades del aparato fonador que lo produce, sino en el estudio de cómo cumplen los sonidos su función de vehiculizar el sentido en cada lengua. Y ahí apareció la clave, lo importante no era el estudio del sonido en si, sino el de establecer en ese campo cuales eran las unidades mínimas propias de cada lengua particular –los fonemas- que permitían distinguir por diferencia para los hablantes de esa lengua, a cada una de ellas del conjunto de todas los demás. Los fonemas son entonces entidades que como vemos solo podían ser definidas en su aspecto negativo opositivo y relacional cosa que no es posible sino dentro de un sistema, de una estructura. Los fonemas constituyen entonces para la ciencia lingüística, elementos que sin tener significación propia son sin embargo determinantes para entender como se gesta la producción de la significación.
¿Por qué repasamos esto dirán ustedes?
Porque vamos viendo ya la distancia que fue tomando Lacan respecto de esa orientación, es decir, la posibilidad de ubicar en la lengua un nivel donde los elementos en juego fueran elementos absolutamente desprovistos de sentido al modo de las letras de la ciencia. Ya en el Seminario 18 en un el capitulo que Miller titulo justamente Contra los lingüistas (4), Lacan ya criticaba la famosa doble articulación de Martinet. Justamente lo que desarrolla Cheng en su escritura poética china es que esa supuesta doble articulación es absolutamente inhallable en la lengua china. Ahora bien, ¿no enseña acaso lo mismo la experiencia analítica? Prosigamos entonces.
Bueno, muy bien, pero lo interesante del enfoque de Jakobson que Lacan subraya es que por incluir la poética dentro del campo a estudiar, planteó que esa orientación –la del signo linguistico- no agotaba las relaciones a pensar entre el sonido y el sentido y que incursionar en ese terreno hacia necesario revisar el llamado dogma saussuriano de lo arbitrario que postulaba que el significado de una palabra no esta ligado por ninguna relación interna a la serie de los fonemas que le sirven de soporte significante y que por lo tanto podían ser representados por cualquier otro como lo prueba la diferencia entre las diferentes lenguas.
La poesía, por el contrario, demuestra que se constituye a partir de la relación indisoluble que establece entre el sonido (que va mas allá del plano sonoro) y el sentido. Recuerda entonces que como lo había formulado el poeta Valery, un efecto notable por el que se puede comenzar a pensar cual es la particularidad que tiene un poema respecto de otras producciones de nuestro lenguaje ordinario, es que justamente a contrapelo de lo que es el caso corriente, no muere luego de haber servido de instrumento para transmitir su mensaje y que “tiende enigmáticamente a reproducirse en su forma e incita a nuestro espíritu a reconstruirlo como tal”. En la poesía –para tormento de los traductores. El signo es insustituible y permanece inseparable de su mensaje en la memoria del oyente. ¿No hay también algo de eso en el campo de lo que llamamos interpretaciones inolvidables?
Abrir esa cuestión, es plantear que la poesía no opera solo por la reapertura del campo del sentido que cuestiona las significaciones coaguladas a las que estamos familiarizados, sino que hay algo más por la cual el sonido en juego parece en ocasiones como presentar a la cosa como tal. Analizando el poema de Poe El cuervo- The raven- y haciendo referencia al estribillo melancólico en la que vemos repetirse varias veces el termino nevermore (5), Jakobson afirma que la semántica no agota todo su valor ya sea en su significación general como contextual y que la facultad onomatopéyica encerrada en los sonidos de esa palabra hacen aparecer el graznido del cuervo mismo.
Ahí se juega lo de la razón-reson. Algo resuena y produce un efecto de referencia y no solo de sentido, pero eso para nosotros más que decir que parece presentar como a la cosa misma, es que además de abrir el plano del sentido parece tocar al cuerpo en tanto tal.
Por eso dice Lacan que si bien el sentido-sin sentido que es lo que resuena con ayuda del significante y cuestiona la significación, eso no llega lejos porque se tapona rápidamente. Eso ya lo planteaba Lacan en el seminario 11 cuando planteaba que el inconsciente se abre pero a poco de andar vuelve a cerrarse en el fantasma que -como planteo Miller en Donc (6) – es como la regla de comprender propia de cada uno. Por eso para Lacan la cuestión es si la interpretación es capaz de producir lo que llama un efecto de sentido real.
Eso implica un cambio de perspectiva sobre lo que entender por el efecto de sentido capaz de ser inducido por la interpretación analítica a entender no ya solo por el lado de lo que llamamos efectos de verdad que relanzan la elaboración analizante, sino que intenta hacerla bascular en otra dirección. Una interpretación que no apunta a la prosecución del despliegue de la cadena significante. Es a eso a lo que alude la idea de la interpretación jaculación, que produzca un acontecimiento de cuerpo, como plantea Eric Laurent. Es decir, un efecto de sentido que por su resonancia toque el cuerpo e incida en el campo del goce.
El tema es como hacerlo de la buena manera .
Tomemos como ejemplo lo que plantea Lacan en la pag 140 del Seminario 3 (7) cuando hace referencia a lo que ocurre el día que Schreber llega bastante agitado a la consulta con Fleschig y este comentándole los grandes avances que había realizado la psiquiatría le anuncia que le van a aplicar uno de esos sueñitos que le van a ser muy fecundos… Ahí dice Lacan que quizás eso era precisamente lo que no había que haberle dicho.
Sin duda eso resonó pero evidentemente entonces hay resonancias y resonancias…
¿Es a hacer resonar ese real, al que apuntamos?
Algo de eso desarrolle en las ultimas Jornadas de la Red. Me voy a permitir citarme:
“si lo que resta de lo que dio el análisis del inconsciente como el único real que logró finalmente atravesar la prueba óntica de la existencia, es el estatuto del Uno en tanto completamente solo, ese que lalengua vehiculiza y que introduce ese tipo de goce parasitario y fuera de cuerpo que llevó a Freud a forjar la noción de pulsión de muerte, ¿en qué real se sostiene nuestra práctica, o es que en ella no hay otra dimensión real en juego que la de lo real del Uno?
Para ceñirlo de la buena manera no hay otra que apoyarse en la escritura del nudo.
Volvamos a la manera en que introduce Lacan en el seminario la cuestión de la escritura poética china, lo cito: “Es cierto que la escritura no es aquello a través de lo cual la poesía, la resonancia del cuerpo, se expresa. Pero es sorprendente que los poetas chinos se expresen por la escritura. Es necesario que tomemos en la escritura china la noción de qué es la poesía. Puede ser justamente que Uds sientan ahí algo otro, otra cosa que los poetas chinos solo pueden hacer escribiendo” Y más adelante agrega: “¿están eventualmente inspirados por algo del orden de la poesía para intervenir en tanto psicoanalista?, es claramente hacia allí que hay que girar porque la lingüística es una ciencia muy mal orientada”.
Vayamos entonces a algunas de las cuestiones que podemos extraer de los desarrollos de F. Cheng acerca de la escritura poética china(8).
Lo primero que va a plantear es que lo que muestra esa escritura es una dimensión de lo escrito que no esta al servicio de traducir la lengua hablada sino que añade algo al lenguaje , algo ciertamente indecible, una suerte de mas allá del lenguaje a la cual han tendido no solo la poesía sino también toda otra serie de artes como la caligrafía, la pintura etc. Todas de algún modo apuntan a lo mismo a como lograr por distintos medios hacer resonar la experiencia corporal de un vacío.
Tomemos entonces un breve ejemplo extraído de las primeras páginas del libro de Cheng, pero hagamos antes una aclaración. Lacan nos pone tras la pista de esa referencia pero no aclara demasiado el asunto , hay que arreglárselas un poco solo con esa referencia, porque aunque lean el libro de Cheng si no ponen algo de sí .
Un poema por ejemplo, hay que seguirlo no sólo como yo lo voy a hacer leyéndoselos sino que además hay que ver cómo está escrito y cómo los caracteres- cada uno de los ideogramas que lo componen- producen ya en su despliegue una secuencia con sentido. El poema puede ser el siguiente “ramas, extremo, magnolia, flores”, lo que puede ser leído también como: “en el extremo de las ramas, flores de magnolia”.
¿Les resuena?
¿Cómo comenta ese poema Cheng? Dice que un lector aunque sea ignorante del chino, puede igualmente ser sensible al aspecto visual de los caracteres donde la sucesión de los mismos ya se conecta con el sentido del verso. Y entonces dice que observándolos , “uno tiene la impresión de asistir al proceso mismo del desarrollo del árbol que florece”. Pero detrás de esto que es denotado, el sentido normal, -dice Cheng-, “un lector que conoce la lengua no dejará de poder captar allí a través de esos ideogramas, una idea sutilmente escondida, la del hombre que se introduce en espíritu en el árbol, y que participa de su metamorfosis” (9). Por supuesto eso si uno es sensible a ese tipo de poesía. “Por una economía de medios, el poeta hace revivir bajo nuestros ojos una experiencia mística en sus etapas sucesivas”. El poeta busca sugerir que a fuerza de contemplar al árbol, uno termina por hacer cuerpo con él y que entonces vive desde el interior la experiencia misma de esa eclosión.
Hablar de una experiencia mística ya es una alusión a algo de algún modo indecible, pero que al mismo tiempo hace resonar algo para quienes son sensibles a esa poesía, por supuesto. Lo que hace resonar eso es un Otro goce en el cuerpo muy conectado a lo que Lacan va a llamar el goce de la vida.
Cuando uno lee el libro y trata de seguir el trabajo que se toma Cheng para intentar explicarnos a los occidentados en qué consisten los medios de que se valen en esa escritura para aludir a ese indecible, es por una cantidad de recursos que tratan de introducir la máxima equivocidad para hacer que la relación sujeto/objeto quede quebrada permanentemente. Por eso van a a aparecer muchas veces fenómenos como de indistinción en los que uno no sabe si el que habla es el objeto o el que habla es el sujeto.
Si eso nos puede servir para la interpretación analítica es para pensar como lograr con el equivoco introducir el vacío que permita que el sentido no se cierre del lado del fantasma para hacer resonar esa otra cosa en el cuerpo.
Podemos pensar que las permanentes referencia a fenómenos de la Naturaleza en la poesía china aluden a la exterioridad de ese goce y de como seria posible obtener una cierta participación en dicha Otredad.
Si hay algo que entonces nos permite pensar esa cuestión del último Lacan y el nudo, es que lo que permite distinguir la escritura del nudo es que hay diferentes maneras de acercamiento a la cuestión del goce. Y por eso, por ejemplo en el nudo hay un campo que Lacan llama goce fálico distinto de otro campo a distinguir al que llama goce del Otro. Podríamos decir que lo que hizo resonar el comentario de Fleschig no es lo mismo que hace resonar el poema chino que acabamos de leer.
Seguramente a Schreber esas palabras en su equivocidad –un sueño muy fecundo-le hicieron resonar indudablemente una experiencia de goce. No nos olvidemos que todo el delirio de Schreber se centraba en la idea de que iba a ser transformado en la mujer de Dios, a partir de lo cual iba a ser creada una nueva raza acompañado de toda una cantidad de fenómenos en el cuerpo de despedazamiento absolutamente insoportable. No parece ser eso adonde apuntaría la interpretación analítica, sin embargo no hay duda de que es una interpretación que produce algo en el cuerpo y que produce resonancias, y no por el lado del sentido indudablemente. Quería agregar que la cuestión de cómo acceder a ese punto Otro, no es algo que nos aleje absolutamente de lo que llamábamos atravesamiento del fantasma, ¿por qué? Porque efectivamente hay una necesidad de un efecto de separación de la relación del sujeto al objeto que se encarna en el fantasma para que se perciba el vacío que podría introducirnos a esa otra dimensión. Tenemos la famosa referencia que ya hemos trabajado tantas veces hasta elevar a la condición de paradigma de la interpretación que Lacan le hizo a S. Hommel, en torno al equivoco Gest-a-peau/ Gestapo. Lo resumo brevemente: es una analizante de Lacan, una mujer alemana que se fue a París de joven y que nos transmite que una de sus experiencias más traumáticas, algo que le había quedado como una marca de repetición en su vida, era el recuerdo sonoro de todo lo que había ocurrido por la noche, cuando en el edificio donde ella vivía de niña entraban los nazis, la Gestapo, para llevarse a los judíos que vivían allí. Bueno, la cuestión es que ella cuenta que más allá de todo lo que había visto en análisis, tenía siempre una pesadilla donde se despertaba con una angustia que la remitía a eso: Gestapo. Lo que cuenta entonces es que un día Lacan se levanta, -eso yo creo que claramente se puede pensar como una jaculatoria, un lanzar algo como lo indica su etimología-, se levanta de la silla y le pasa la mano al lado de la cara. Y a ella eso inmediatamente le resuena en el cuerpo: gest-a-peau, gesto en la piel, caricia. Ella testimonia sobre el efecto de esa escena que a pesar de que por supuesto, no produjo ni la abolición del recuerdo ni la negativización del goce ligado a esa marca, introdujo un antes y un después en su vida. Es un efecto de resonancia, un efecto de equívoco que efectivamente va más allá del efecto de sentido y que toca el cuerpo introduciendo la referencia a un otro goce que hace de limite al Uno que traumatizaba su cuerpo. Entonces, para terminar, cuando Lacan termina estos párrafos después de hablar de lo del sonido y el sentido, de la ciencia mal orientada dice “es de otra resonancia de que se trata a fundar sobre el chiste”. ¿Y por qué dice sobre el chiste?, porque el chiste lo que pone en juego es una cuestión de economía.
Es a partir de la escritura del nudo que lacan logra contar con la escritura que le permite finalmente diferenciar en el campo del goce, entre aquel goce que transcurre entre S-R y al que llama Goce fálico y que define como un goce fuera de cuerpo, y el que transcurre entre I-R y al que nombra como Goce del del Otro y que es un goce que se experimenta en el cuerpo.
Pensar la interpretación con la referencia al acontecimiento de cuerpo no se entiende si no pasamos antes por algo que Lacan ya había planteado en La tercera y es que para él, el sintoma no se reduce al goce fálico y es por eso que el real del síntoma en tanto anudante no hay que pensarlo como equivalente al real de la pulsión de muerte.
Creo que esas referencias pueden resultarnos útiles para poder pensar la operatividad de la interpretación como un tratamiento posible de la disrupción del goce introducida por el uno fálico. Finalmente como dice Lacan el problema que enfrentamos es el de elucidar como es posible llegar a deshacer con la palabra lo que esta hecho por la palabra.
-Bueno, gracias a los tres por los textos. Vamos a dar lugar a la conversación, tenemos unos minutos. No sé si alguien ya tiene una pregunta, un comentario.
Fernando Vitale: Bueno, a ver, algunas cuestiones. Respecto de lo que había desarrollado Anahí, a mí me resultó interesante de Ponge esa expresión el partido tomado por las cosas, es otra referencia que me parece interesante para pensar esa reversión que Lacan llamó el atravesamiento del fantasma, esa reversión súbita de la relación sujeto/objeto. O sea, no la relación que mantiene al sujeto persiguiendo pulsionalmente al objeto a los fines de resolver su división, sino la experiencia de encontrarse con el objeto que divide al sujeto y eso tiene siempre un efecto separador. Lo que Lacan dejaba abierto es por qué esa operación podría tener algún efecto en la relación del sujeto al goce. Estas ultimas referencia podrían hacernos avanzar al respecto.
Sobre la cuestión del despertar, es difícil decir algo porque Lacan utilizó esa expresión en muchos sentidos diferentes y siempre en contra de lo que se iba coagulando de su propia enseñanza. Por ejemplo podía decir “no hay ningún despertar”, el despertar es un sueño. Creer que uno se va a despertar es un sueño, el más grande de todos los sueños. También dijo que el despertar sería como querer ver de frente a la muerte.
Pero creo que estas referencias como las del budismo zen y la realización subjetiva de un vació que recorre Eric Laurent en su texto sobre la interpretación jaculatoria podemos pensarlas también como efectos de despertar. Efecto de despertar, en ese sentido a mi entender sería un efecto de separación del fantasma fálico; si no hay ese efecto no hay la posibilidad de que resuene esa otra cosa que en el fondo era lo que lo sostenía al sujeto. Recuerdo cuando presenté mi testimonio en las ultimas jornadas de la EOL que Graciela Brodsky me preguntó cómo entender el sentido de todo el recorrido del análisis si se llega al final a algo que ya estaba desde el principio. Sí, pero eso podía estar mientras uno no estaba en eso, yo estaba en otra cosa y fue necesaria la deconstrucción del Otro y del fantasma condensado en la neurosis de transferencia para acceder a ese punto. Y en ese sentido, yo lo que traté de plantear en las jornadas de la red es que al mismo tiempo que toda la última enseñanza hace repensar la idea de interpretación, hace también repensar cómo entender la noción de transferencia, que son dos cuestiones que no se pueden pensar como separadas. Entonces, dejemos por el momento de lado la cuestión de la entrada, pero todo el desarrollo del análisis que es la constitución de la neurosis de transferencia, si el análisis funciona lo que debe ocurrir es que todo el tiempo, la expectativa fantasmática que el sujeto coloca en el campo de la transferencia sea disconfirmada o sea que jamás obtenga el sujeto eso que supuestamente cree que va a encontrar. El duro deseo de duelar como planteo Eric Laurent. La pregunta entonces se desplaza a que es lo que hace que uno siga yendo. ¿Qué es esa práctica de seguir yendo a un lugar donde una y otra vez se trata de disconfirmar la misma expectativa del fantasma puesto en acto en la transferencia , si no hubiera otra cosa anudada en ese espacio, otra cosa que se constituyó de entrada. Yo en el testimonio recorté una que me pareció que podía resonar un poco más. En un momento frente a esa repetición de desencuentros transferenciales, yo digo “al final acá siempre me pasa lo mismo”. Parece el final los análisis que Freud relata en Más allá del principio del placer, Y entonces, la respuesta fue “vos no me dejás otra que ser tu pesadilla”. Ahora, la cuestión es ¿por qué esa pesadilla no tiene el estatuto que tenía la pesadilla que yo traía como efecto traumático anteriormente? Bueno, esa cuestión es clave porque permite como lo trabajó Eric Laurent en Barcelona repensar el enigma de la transferencia positiva, que no es otra cosa que el del amor de transferencia. No el amor de transferencia en el sentido del amor/odio de odioenamoramiento que es lo que ocurre cuando lo que esta en juego es el objeto articulado al fantasma que produce un fenómeno de bascula permanente. Pero en análisis hay algo más que esa báscula, hay algo que sostiene y que si no está, no se puede entender por qué la palabra puede resonar en ese otro lugar. Imagínense a alguien que se le acercan a hacerle así en la cara como a S. Hommel, el efecto que eso puede producir, podría ser un efecto de espanto. Sin embargo, a ella le produjo otra cosa, ¿cómo explicar eso? Van a tener que pensar en el enigma de qué anudaba ese espacio para ella. Me acuerdo que en otro texto publicado en el blog de la Sección, una entrevista a Susanne Hommel donde habla de la escena de dar la mano en la puerta del consultorio que finalmente todo el análisis podía reducirse a esa escena. Cuando la volví a leer después de estar trabajando estos temas, me pareció efectivamente como un ejemplo para el libro de Cheng , algo así como en el umbral de la puerta, mano teniendo…
-No me acuerdo mucho, pero lo que me queda de la entrevista esa es cómo termina la entrevista que le hizo Cristian Birch, que es un colega platense que está viviendo en Francia, y le hace ese mismo gesto con la mano. No sé si recordás algo que le decía Lacan a ella.
Fernando Vitale: Si, le dice la palabra Maintenant mientras le da la mano. .Ella lo que refiere es lo que siente en el cuerpo a partir del equívoco del maintenant, del “mano teniendo”. Entonces plantea que todo este análisis podría reducirse a ese otro gesto, a ese sostén que estuvo presente desde que empezó el análisis hasta el final.
-Y la conexión con el Gestapo también porque no sé si Lacan cuando hace ese gesto, no murmura.
Fernando Vitale: – no dice nada , por eso me gustó mucho el título de esa entrevista porque le pusieron “El gesto y la traducción”. Es claramente una referencia a hablar con el cuerpo.
Paula Vallejo: -Bueno, gracias. Les agradezco mucho porque cuando tiramos la idea de hacer esta noche, había muchísimos vectores, nos costó un montón definir el nombre de la mesa y teníamos como una suerte de intuición, porque en definitiva cuando uno propone un tema es para trabajarlo, para investigarlo, y teníamos esa punta incipiente para poner en relación el despertar con estas dos modalidades de la interpretación, las vías por las cuales en los textos se lee que Lacan anduvo. Entonces, nos preguntábamos qué es la réson y qué es la jaculatoria. Por supuesto que quedan muchas cuestiones para trabajar, pero lo que yo pude captar en lo que han traído es esta idea de producir el vacío en las dos vías; tanto por el lado de la poesía, la réson, como por el lado de la jaculación, que también remite a la jaculación mística. Esta idea de hacer resonar ese vacío como modo de lograr que el sentido no se cierre del lado del fantasma, eso abrocha muchas de las cosas que se dijeron, que el analista tiene que trabajar produciendo esa apertura, esa zona, Mónica hablaba de abrir el espacio, y vos hiciste Fernando una mención, varias veces mencionaste, el hacer que sea sensible. Entonces, yo me preguntaba cómo se es sensible, porque jugábamos con Adriana con que a nosotras nos falta sensibilidad a veces, creo que a todos nos pasa, pero Lacan habla de “el eco en el cuerpo de que hay un decir”, del cuerpo sensible, entonces te pregunto si el psicoanálisis, el recorrido analítico, es una manera de sensibilizar el cuerpo en la medida en que produce ese vaciamiento del aturdimiento del fantasma. Porque el fantasma viene a ser lo que aturde con sentido y lo que las chicas planteaban en relación a producir con la significación un vaciamiento de sentido, que es algo que hace Ponge permanentemente, y que se supone que en el análisis, con la materialidad, trabajando con la materialidad del significante, de la palabra, se trata también de producir algo de ese vaciamiento. Entonces yo me preguntaba si para poder ser sensible, o más sensible, es como un movimiento a posteriori del atravesamiento del fantasma o si tiene que ver – porque dijiste “hay que ser sensible a esa poesía para que algo te pase”- con que hay gente que no es sensible.
María: -Bueno, quería agradecer la mesa, el trabajo, a Mónica. Me enganché con esto que traía Vitale de Lacan sobre la lingüística como una ciencia mal orientada y recordé la anécdota que había leído hace mucho tiempo de cuando Lacan se encuentra con Chomsky y le pregunta qué hace la lingüística: Es como que hasta ese momento Lacan tenía una expectativa aun respecto de la lingüística, todavía no se le había caído del todo. Y cuando pregunta, qué hacen ustedes, qué lugar tienen para la lingüística, el fallido, el lapsus, todo lo que no anda en el lenguaje, y Chomsky le contesta que ninguno, que es un desecho, que no tiene importancia porque es como un error que se aleja del universal de la función, y que eso hay que desecharlo para entender la función de un órgano. Entonces, cuando dicen que Lacan dijo que era poeta, me parece que se refería a ir a la singularidad, cómo la orientación del psicoanálisis se separa del universal que es necesario para el progreso de la ciencia, creo que es ahí donde él hace su primer ruptura y dice soy poeta, luego soy poeta, que ya es definirse por la resonancia, la poesía china. Me acordé de esto, y además agradezco recordar la perla que es la entrevista de Cristian que la podemos subir que está buenísima.
-Algo sobre esto del cuerpo sensible que traía Paula, y lo que introducían como que el cuerpo puede resonar todo el tiempo, de distintas maneras y esta frase con la que Laurent siempre nombra cuando se está a punto, esto de la buena manera, cuando algo puede ir de vuelta para la vertiente del sentido común podríamos decir, introduce esta modalidad de la buena manera. Por eso hacía tanto hincapié en las razones, porque me parece que lo que da ahí, el buen lugar de dónde o cuándo algo puede resonar de la buena manera, lo da el haber agotado, el haber inconsistido toda una historia de razones, de sentidos que, a medida que eso se va reduciendo, va cavando el hueco donde hay que hacer resonar algo. Y para cada uno, por más vacío que sea para todos ese punto, no es el mismo lugar, por eso lo singular de la palabra que pueda hacer resonar eso.
Fernando Vitale: -Bueno, respecto a lo de la resonancia y la sensibilidad no haría diferencias. Con sensible me refería a que uno puede leer la poesía y no pasarle nada al no ser alcanzado por el equivoco y a otro que sí, eso tiene siempre una singularidad. Efectivamente hay una sensibilidad en el cuerpo, pero esa sensibilidad no nos aclara si es la sensibilidad del lado, como dice Lacan, del goce fálico, del chancro que introduce la lengua en el cuerpo, eso es un tipo de sensibilidad. Eso es el Uno de lalangue traumatizando al cuerpo porque no hay relación sexual. Lacan se preguntaba ¿por qué enferma el pensamiento? Y responde que sería algo así como la peste. En realidad no es que el pensamiento sea en sí mismo una enfermedad, lo es para quien no tiene defensas contra eso. No hay programa que nos diga qué hacer con esa inyección de goce que parasita el cuerpo, hay que ver qué se inventa cada uno para hacer frente a eso. Entonces, la sensibilidad de ese lado es una, en cambio esta otra que trata de evocar con la poesia china es de otra índole y está mas allá de lo simbolico por eso es indecible . Lo que si me parece es que es verdad que en cierto momento hay un “es eso”, y que no es un relanzamiento de la cadena y que es conclusivo. No hay más nada que buscar o todo lo que se suponía que se buscaba queda eclipsado frente a ese encuentro que introduce un enigmático efecto de puntuación. Por eso es interesante cuando Lacan dice que la interpretación ataca al doble sentido, mantiene un sentido y al otro lo vacía y le pone una significación, quiere decir que para lograr eso tiene que haber algo que tiene que funcionar como punto. Hay que ver qué es lo que hace de punto, si es un significante, al estilo la última palabra y el cierre que introduce en el sentido del discurso del amo, o lo que hace punto es esa experiencia del encuentro con esa otra cosa que pone un límite, y que si se produce ya no hay mas sed como dice Lacan. Eso también es interesante pensarlo, es una nueva manera de pensar un efecto de límite que no le debe nada al
nombre del padre.
Muchas gracias
Bibliografía
-Lacan, J., Hacia un significante nuevo, Revista Lacaniana de Psicoanalisis N 25, Bs. As., 2018, pag 11-19.
-Lacan, J., La instancia de la letra en el inconsciente o la rzón desde Freud, en scritos 1, Siglo Veintiuno editores, Bs. As. ,1985.
-Jakobson, R., Seis lecciones sobre el sonido y el sentido, en www.teebuenosaires.com.ar.
-Lacan, J., El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Paidos, Bs.As., 2009, pag. 45
-Jakobson, R., Lingüística y poetica, Ediciones Catedra, Madrid, 1988, pág. 63.
-Miller, J-A, Donc, Los cursos psicoanaliticos de Jacques Alain Miller, Paidos, Bs.As., 2011, pág. 99.
-Lacan, J., El Seminario, Libro 3, Las Psicosis, Paidos, Bs.As., 1985, pág 140.
-Cheng, F., L Ecriture poetique chinoise, Seuil, Paris, 1985.
-Cheng, F., op. cit., pág. 18.