¿Hacia dónde va el psicoanálisis? Una lectura de Sutilezas Analíticas

Carlos Jurado

Blog: ¿En función del nombre elegido para el seminario diurno, ¿qué nos podes contar sobre las lecturas que están interrogando, y las posibles resonancias sobre éstas respecto del tema del congreso 2024 de la AMP y de nuestra última jornada “Delirios de la vida cotidiana”?

En el año 2023 se impuso una idea de trabajo distinta para el seminario diurno “¿Hacia dónde va el psicoanálisis? Una lectura del curso de Jacques Alain Miller Sutilezas analíticas”. Pasó de ser un trabajo individual a grupal, esta fue la apuesta de reconstruir entre varios la orientación que propone Miller para el siglo XXI, orientación a lo real. Es decir que, si bien recorridos hay muchos, orientación hay una sola.
Uno de los aspectos para destacar es que Miller va trazando un camino en el cual consigue llevarnos a la idea de que nada es sin goce. Para ello el primer paso que da es el siguiente: “el goce no es transgresión”. (1) Consigue demostrar siguiendo a Lacan que este no fue un punto de partida, sino que exigió en Lacan mismo una serie de torsiones ya que en su primera idea el goce fue una copia exacta del modelo del deseo, el cual sí es transgresión, ya que su condición misma es la prohibición.
Lacan es múltiple y para orientarnos hacemos cortes, interrogamos momentos de su pensamiento, lo comparamos con otros momentos ulteriores, etc. Si ponemos la lupa en el seminario La ética del psicoanálisis vemos que lo que le sirve de referencia para pensar el goce es el deseo, citando la Epístola de San Pablo marca la dependencia de lo deseable respecto de lo prohibido, deseo-ley. El deseo es el efecto de la ley, marcando la reversibilidad de ley y deseo.
Al deseo se lo puede repartir entre lo prohibido, anulado, inhibido y el deseo que se realiza, pero respecto del goce esto no es así. Si nada es sin goce nos interesó entonces la pregunta de qué goce se trata.
Si apartamos la doctrina de la transgresión, Miller se pregunta si se eliminó el significante, argumento que desemboca o empalma con una noción que toma de Husserl y dice que el goce no es antepredicativo.
El goce no está antes que el significante, este punto se aclara mucho con la noción de acontecimiento, a partir de la cual podemos decir que cuerpo y significante surgen en el mismo instante, instante del acontecimiento que es también el origen de la iteración, como la actualización constante de ese goce idéntico. El cuerpo no es una realidad anterior al significante, por eso el parlêtre no es un cuerpo, sino que tiene uno.
En este mismo punto hace caer con Lacan la idea de la subjetividad, no se tratará del goce del Otro ni del sujeto, ni de su articulación al objeto, sino en cómo se articulan lalangue y el cuerpo para hacer gozar. Aquí encontramos la noción de sinthome, y dice sinthome porque no hay abordaje directo del goce. Nos interesó la distinción que tan detalladamente hace Miller para demostrar que el goce del sinthome no es sexual, el goce del cuerpo es autoerótico y no tiene en eso ningún alcance el goce fálico. Hace un recorrido por Freud, en particular por las pulsiones y concluye que hace existir la relación sexual.
Para Freud la relación sexual existe ya que las pulsiones parciales las organiza bajo la pulsión genital que no es ni más ni menos que el significante fálico. Arma la sexualidad bajo un programa biológico que debe cumplirse.
“Lacan con su no relación sexual produce una subversión al interior del psicoanálisis. Con las fórmulas de la sexuación pudo aislar un goce que no es fálico, el goce femenino. Es claro que las teorías freudianas de las pulsiones obedecen a la sexuación masculina, para todo x, aludiendo al elemento único fuera del conjunto que le da consistencia, el falo. Freud habló de la subordinación de todas las pulsiones parciales bajo el primado del órgano”. (2) Miller contrapone la teoría lacaniana del goce como no toda, no hay primado del falo porque falta ese elemento que haga excepción para constituir un conjunto.
A partir de esa idea, la del goce femenino, comienza un nuevo camino para Lacan ya que este es el antecedente directo del sinthome, el goce no sexual, aunque Miller dice que el goce fálico toma el camino del goce del pensamiento, lo que se puede verificar en nuestras consultas.
Como situábamos en un momento de nuestro recorrido Lacan hace caer la idea de la subjetividad, además de que no se tratará del goce del Otro ni del sujeto, sino en cómo se articulan lalangue y el cuerpo para gozar: es en este punto exacto en el cual podemos hacer la articulación con el tema de nuestro próximo congreso de la AMP “Todo el mundo es loco”, a este nivel no existe ninguna normalidad posible, por lo que afirmamos con anterioridad. No hay manera de que el goce entre en la norma ya que esta fuera del lenguaje.
“Evidentemente, no todo en el psicoanálisis es del orden del matema” (3) aislar esta frase nos permitió avanzar en un tramo de la obra de Lacan, lo que Miller llamo “el despertar del sueño matemático” (4) en la conferencia de Río de Janeiro del año 2014 leemos: “La gran solución que durante años Lacan había encontrado era el objeto a -del que hacia su invención mayor-. El objeto a, al mismo tiempo que forma parte de la armadura del fantasma, está en el corazón de la pulsión y tiene algunas propiedades del significante. Especialmente se presenta por unidades, es contable y numerable. Ya es pues un goce. Si es plus de goce, es un plus de goce que ya es un degradado del goce, un modelado del goce según el modelo del significante. “El viraje no está cumplido hasta que Lacan no hará saltar este cerrojo en El Seminario 20, donde lo vemos degradar el objeto a como un falso semblante”. (5)
Dice que el plus de goce es un degradado del goce, e indica que ese degradado cumple su viraje final en El Seminario 20 donde el objeto a se semblantiza. Lo primero que nos surgió como pregunta es lo siguiente, si el objeto a era la marca de lo real y a partir del Seminario Aún es simbólico-imaginario, ¿cómo ubicar lo real? Lacan da una primera respuesta a partir de la lógica, lo real es el impasse de la formalización matemática. Comienza ahora a trabajar la lógica modal para dar una respuesta. En el esquema que aparece en la página 109 pone al objeto a como semblante en el vector que va de lo simbólico a lo real, y ¿dónde ubica el goce? en una vacuola que se abre entre real e imaginario, tiene una apertura hacia lo real pero ya no tiene relación con el objeto a.
Otra respuesta que encontramos en este seminario es que “Lo real son los misterios del cuerpo hablante, el inconsciente” (6), y como resalta Miller “misterio no es matema, es incluso lo opuesto” (7). Comienza a partir de aquí una nueva perspectiva, que opera una cesura respecto del inconsciente de lógica pura. Entonces, el inconsciente proviene del cuerpo hablante. Hagamos notar que el sujeto del inconsciente no tiene cuerpo, es un sujeto dividido, “tiene una dimensión ontológica, no tiene manifestaciones físicas”, “no se puede constatar como la realidad de manifestaciones físicas” (8). Sin embargo, el parlêtre es del registro de la óntica, referente a la existencia de los entes, allí se inscribe el misterio en el cual tenemos que avanzar.
Miller en su conferencia de 2014 en París hizo un gran aporte, sostuvo allí que el cuerpo es real, y remitió a Descartes, Marleau Ponty y Husserl, de este último tomo la definición de cuerpo vivo como “mi carne” (meinen Leib), o sea, lo que no es un simple cuerpo sino carne. Es cierto que es el lugar donde se encarna todo el pensamiento, pero es el cuerpo vivo del aquí y ahora, del instante, que está por fuera del tiempo. En tanto hablemos de instante no estamos hablando de un momento en el tiempo, un momento tiene necesariamente cierta duración, un instante no. Es el cuerpo en tanto ente que se vuelve instrumento para el hombre, al cuerpo se lo tiene, no se lo es.
Encuentra en Husserl la carne viva, que nos permite salir del cogito cartesiano en tanto pienso-soy, ya no parte del lugar del pienso-soy, sino justamente parte de un punto externo al pienso-soy. No es un cuerpo constituido por lo simbólico-imaginario, sino que es lo constituyente por excelencia. Es el punto del instante, o sea del acontecimiento.
Eso se llama el goce del cuerpo, el goce real que es el goce del propio cuerpo hablante. Se parte de la negación del inconciente. El cuerpo vivo no tiene nada que ver con el inconsciente porque es un “no pienso”, y el inconsciente es “pienso-no soy” es lo que dice Lacan en la lógica del fantasma: no pienso entonces soy, y pienso entonces no soy, lo trabaja con el cuadrángulo de Klein.
Entre el inconsciente y la pulsión Lacan pone la transferencia, para poder unir esos dos términos, y fracasa. Con la transferencia, que es sujeto supuesto saber, se fracasa porque no hay saber posible sobre el cuerpo vivo. Entonces queda siempre un resto, resto sintomático inalcanzable. La única solución a esa problemática es el escabeau. Lacan con la noción de escabeau viene a encontrar la solución para poder hacer algo con el cuerpo vivo. Es hacer algo con el cuerpo vivo que no es con los escabeaus de la cultura.

Responsables del Seminario Diurno ¿Hacia dónde va el psicoanálisis? Una lectura de Sutilezas Analíticas Carlos Jurado. Marina Rodríguez, Valeria Martinez y Daniela Gonzalez. Colaboradores: Guido Matusevich.

Notas
(1) Miller, J-A.: Sutilezas anatlicas, Paidós, Buenos Aires, pág. 285.
(2) Ibíd., pág. 288.
(3) Ibíd., pág. 69.
(4) Miller, J-A._ “Habeas Corpus”, en Revista Lacaniana N° 21, Buenos Aires, pág. 36.
(5) Ibíd., pág. 41.
(6) Lacan, J. El Seminario, Libro 20, Aun, Paidós, Buenos Aires, pág. 236.
(7) Óp. Cit (4), pág. 28.
(8) Óp. Cit (4), pág. 28.