FLORENCIA F. C. SHANAHAN (2)
Violaine Clément: Me dolió mucho no haber escuchado tu testimonio de pase, ya que estaba enredada en elecciones que hoy lamento. El hecho de que eso me haga falta probablemente me hizo más deseante. Hablamos hace dos meses sobre estos dos significantes, Dignidad y Silencio, que me dijiste eran significantes que afectaban a cada uno de manera diferente. ¿Puedes decirme cómo te afectaron?
Florencia F.C. Shanahan: Voy a poner eso en relación con lo que dijiste sobre no haber dejado ir las buenas cosas, las elecciones. Porque si tomamos la palabra dignidad, encontramos esta connotación de lo que, como decimos en inglés, es ‘worthy’, digno como lo que vale, lo que tiene valor. Y creo que una situación global como esta pandemia, que afecta, de una forma u otra, a cada uno de nosotros, se convierte para ciertos sujetos en la ocasión de hacer un balance sobre lo que cuenta, lo que importa.
VC: Entonces una especie de puntuación, respiración…
FS: Y luego, respecto del significante silencio, tuve una reacción un poco paradojal. Primero, reaccioné muy mal, lo tomé desde el lado imaginario, el silencio como una especie de mandato o imperativo, que para los AE que acaban de ser nombrados en este período, es cierto, no pueden hablar sobre su caso, comenzar su transmisión; y luego, por razones subjetivas, que tienen que ver con mi historia, el mandato de guardar silencio es muy pesado para mí, porque siempre implica una gran ferocidad: para mí el silencio es más feroz que las palabras, incluso que las palabras muy feroces La paradoja es que no me llevó demasiado tiempo poder producir una torsión, y volver sobre la noción de silencio tal como se lo experimenta en el recorrido analítico. Esta es toda la cuestión: cómo producir un silencio que sea un decir…
VC: Y también un silencio que abre a la palabra…
FS: Sí, y es por eso que también es muy importante que, tanto en la NLS como en las otras Escuelas, haya iniciativas puestas en marcha para tratar de lidiar con algo de lo que estábamos experimentando, y al mismo tiempo, que eso no sea pura defensa: fui muy sensible a estas palabras, porque esto tiene que ver con el tipo de defensa de cada uno. En mi caso, más en el lado maníaco. Entonces la cuestión es, estando advertidos, cómo hacer lugar de la buena manera a la pérdida en juego. Es esto lo que da su dignidad tanto al silencio como a la palabra. Podemos aplicar la palabra dignidad precisamente a este movimiento de poder situar, hasta dónde sea posible, lo que merece ser dicho, pero no desde el punto de vista de un valor universal, no porque ‘habría cosas que merecen ser dichas, y otras que no’, no, no… Se trata más bien de ubicar cómo, tanto cuando se calla como cuando se dice, se es sujeto de una enunciación.
VC: Entonces que ello diga, y detrás de eso, soy yo quien dice. Esta idea de conversación me parece interesante, porque lo que me dijiste hace dos meses tuvo consecuencias. También sentí que a los AE que entrevisté les gustó de todos modos poder hablar, sin esperar a que esto terminara, ya que no se sabe cuándo terminará. Entonces, no es porque eso no pueda decirse que deberíamos estar callados.
FS: ¡Exactamente eso! A fin de cuentas, esto es también lo que podemos decantar de la experiencia analítica como tal, es decir, llegar a circunscribir la diferencia entre lo que no se dice, lo que no se puede decir por haber sido reprimido, rechazado, y aquello que no puede decirse pues es lo imposible de decir.
VC: Si hacemos Escuela, podemos, incluso debemos decir algo al respecto… Entonces, cuando también me dijiste, hace dos meses, que hay muchas tonterías que se dicen, eso me hizo pensar en lo que dijo Lacan sobre las tonterías y el inconsciente, Une-bévue…Hemos tenido mucho blablablá durante esta pandemia, también para poder sostenernos al borde del agujero. Dijimos muchas tonterías, tal vez tú lo dijiste con más elegancia, ¿qué puedes decir al respecto?
FS: Es muy interesante que plantees este punto, porque durante el último mes he estado trabajando en un cartel, obviamente por zoom, con cuatro colegas, sobre el tema de la estupidez, de la tontería. La línea de trabajo que he elegido es ubicar en la obra de Lacan la diferencia entre la bêtisey connerie, si existe… Pero, sobre todo, este cartel nació de un Witz que surge en una conversación con estas tres amigas, en Argentina, donde hay una carcajada al darnos cuenta del efecto de ‘atontamiento’ en que nos encontramos, en medio de esta pandemia. Allí, comenzamos a tratar de pensar sobre todo en la cuestión del ‘para todos’ y la identificación, y cómo eso da una especie de tontería, que siempre se estructura para los neuróticos. Pero Lacan también hace una especie de elogio de la tontería… Incluso he podido circunscribir mi rasgo un poco más, porque quiero tomar el tema en la tríada delirante-débil-incauto…
VC: ¡Nos alegramos!
FS: Hay modos y modos de ser tonto, de atontarse, no es lo mismo. El psicoanálisis no sugiere que haya una solución, una forma de no ser tonto…
VC: ¡Se sabría!
FS: Por el contrario, y volvemos a la pregunta por la dignidad, para Lacan siempre es cuestión de hacerse responsables del inconsciente del que uno es sujeto.
VC: Delirio, debilidad e incautación… Y después de este confinamiento, mis nietos pudieron volver a visitarme otra vez…escuchándote ahora recuerdo lo que Guy de Villers me dijo que era lo mejor que podíamos transmitir a nuestros hijos y nietos: cómo hacerse incauto de la manera correcta… Tú también transmites mucho, así que, leyendo lo que publicas, con mucho trabajo, me sorprendió leer este texto que hablaba del affectio societatis. (3)
FS: Sí, este maravilloso texto de Jacques-Alain Miller. Paso mucho tiempo en Internet y leo, intento leer en todos los idiomas de la AMP, el trabajo que produce cada Escuela, y también promover que ciertos textos se traduzcan al inglés. Esto es algo de lo que me ocupo como parte de la acción lacaniana (obviamente con otros, en particular con mis colegas de ICLO en Irlanda, de la LS en Inglaterra, de LC en USA), de encontrar la manera de hacer que los textos que han sido brújulas para nuestra comunidad durante cuarenta años pasen al inglés.
VC: Nuestra comunidad, dices, una palabra que hoy significa todos aquellos que siguen a la misma persona en Internet… Esta expresión ‘affectiosocietatis’ me hizo pensar en la expresión francesa «copainscommecochons» (4) (risas) que es un error, que proviene de la antigua expresión: amigo / compañero como empresa, como socio…
FS: Bueno, también podríamos hacer cosas con la palabra comunidad, este es todo el problema que Lacan quiso abordar en relación con la cuestión del nudo entre la producción de un analista y la forma de hacer grupo. Este es un problema que ocupó a Lacan desde el principio. Con su Escuela, quiso inventar una forma asociativa que no se sostuviera en cualquier tipo de ‘común’. Lo que cada uno tiene de más singular nunca es en común con otro u otros. Entonces, esta es una cuestión muy delicada, difícil de transmitir: ¿qué puede devenir el vínculo social, la modalidad de formar un grupo, cuando se ha atravesado el plano de las identificaciones? ¿en qué se basa a partir de entonces la relación con los demás? Sabemos que Lacan habla de identificación con el síntoma, y eso está precisamente cortado de todo vínculo con el gran Otro. Esta es una pregunta sobre la cual Éric Laurent dio una excelente conferencia en Brasil,(5) hablando de la identificación no segregativa. En este punto, dos puntos aún: las comunidades del siglo 21 que evocas, en Internet, no son las de los años 60 o 70, las de los hippies, por ejemplo… Todavía no había nacido, yo nací cuando estas utopías comenzaban a caer. Creo que este modo de pasar del ‘soción’(socio) al ‘cochon’ (cerdo), va muy bien para el psicoanálisis, porque hay algo en este punto a partir del cual uno se separa del Otro, este punto de singularidad absoluta que por definición no hace lazo, y que es lo más refinado de lo que hace la diferencia en cada uno. Sabemos que este punto es siempre es un poco sucio, nunca es un punto bonito (risas), no es jamás un punto que huele bien.
VC: ¡Apesta un poco!
FS: En el esfuerzo por producir la Escuela, permanece el signo de interrogación sobre lo que sería una comunidad de soledades… Esto es lo que Jacques-Alain Miller desarrolla en su Teoría de Turín de la que se habló en otra entrevista de esta serie.
VC: De hecho, esta producción de AEs en Turín nos interroga, esta producción de la que Sergio Caretto habló como fresas, pero también como residuos agalmáticos.
FS: Allí, encuentro que la contribución de Véronique Voruzen Gante, que puedes leer en francés en el próximo número de Mental, y en inglés en el último número de TheLacanianReview, en su texto «Nuestro capital agalmático», indica cómo el momento de producción de un analista es siempre el momento de producción de un deshecho, o más bien los momentos en que el discurso analítico demuestra, en un doble movimiento, que la función del acto analítico no puede ocurrir sin la caída del analista que pudo llevar este tratamiento hasta el final. Pero el momento de nominación de un AE y el momento de transmisión del AE son cosas distintas para la comunidad. Este es realmente el punto en el que tenemos que preguntarnos cómo y por qué, eventualmente, alguien querría hacer pasar este momento de la soledad más íntima, más radical, al Otro de la Escuela…
VC: Pasas mucho tiempo leyendo en todos los idiomas de la AMP. Yo, que no conozco otro idioma, siempre tengo la impresión de que escucho al otro hablar en un idioma extranjero. Tú dijiste que testimoniarías en cualquier idioma de los pasadores que te fueran asignados. Me fascinó… ¿Los significantes equívocos pasan por la escritura? A veces los testimonios de los AE no ‘pasan’en la traducción…
FS: Lo que me viene a la mente son las posiciones de Freud y de Lacan. Freud aprendió español para poder leer a Cervantes. Lacan se esforzó por enviar a sus alumnos de vuelta a leer a Freud en alemán, por ir a otros idiomas con el fin de encontrar precisamente las cosas que no pasaron, o pasaron mal. Este es nuestro interés, poder localizar lo que no pasa.
Por lo tanto, el pase tiene algo que ver con este poder decir algo sobre aquello no pasa. Como dijo Jacques-Alain Miller, el AE debería transmitir su forma singular de fracasar, no la forma singular de su éxito. Y para mí, con los idiomas, viste que dejé el título de mi primer testimonio en español. Fue una decisión. A tal punto que un querido amigo y colega en España me envió un mensaje de texto para decirme que en el programa de Gante que acababa de ser publicado en la lista NLS, el título estaba en español. «¿Es esto un error? me preguntó. Este significante, ‘error’, es un significante muy importante en mi caso.
VC: Pero también la cuestión de la ‘errancia’, ¿es un significante lacaniano?
FS: Encuentro allí uno de los nombres que produjo la neurosis como respuesta al punto de falta de nombre. La neurosis es eso: es una construcción-respuesta al punto del que habla Lacan en su improvisación sobre el ombligo del sueño, este punto de exclusión del sujeto de su origen. (6)
La experiencia analítica nos permite desplegar la producción de los nombres que hemos ido encontrando, produciendo, hasta el hueso. La ‘errancia’ se basa en otra lógica. Aquí podríamos oponer «error» y «errancia» quizás.
Entonces, mi experiencia cuando me encuentro con el primer pasador, es que hago esta verificación de aquello que no pasa, de lo que no tiene traducción. Y luego, una vez que verificamos eso, vemos que para poder sostener, en el discurso analítico, la función del analista, debemos escuchar lo que cada analizante dice como si fuera una lengua extranjera, lo que Lacan expresó en términos de «no comprender». Además, en mi historia (excepto en un punto del cual aún no he hablado), no hay ningún elemento que tenga que ver con los idiomas. Nadie en mi familia habla otra lengua.
VC: ¿Eres la única?
FS: Sí, y esto es algo que forma parte de mi solución al sufrimiento asociado a esta fortaleza yoica que me dejaba a merced de la ferocidad de la comprensión. Es una forma de salir de lo que he llamado mi ‘enfermedad de la identidad’. En el aprendizaje de lenguas extranjeras, encontré algo enigmático para mí y para mi familia: cuando comencé a los 12 años a pedir ir a la Alianza Francesa para aprender francés, al Instituto Goethe para aprender alemán, nadie entendía de dónde venía eso, y yo tampoco (risas). Y luego, obviamente, es una característica de mi relación misma con la Escuela, con la NLS y con la AMP.
VC: ¿Crees que podríamos detenernos allí?
FS: ¡Por supuesto! Me gustaría agradecerte por esta conversación, que abre, no solo a un diálogo con otros, sino que también me permite continuar mi trabajo de elaboración, sin dejar caer la palabra, dejando que eso pase…
Notas:
1-Publicada originalmente en francés en el Blog de la ASREEP-NLS, Sociedad Suiza de la NLS. http://asreep-nls.ch/conversation-avec-florencia-f-c-shanahan/
2 – Florencia Fernández Coria Shanahan es psicoanalista y psicóloga clínica en Dublín, Irlanda. Miembro de ICLO-NLS, la New LacanianSchool (NLS) y la AMP. Editora de TheLacanianReview Online (LRO). Nombrada AE por el cartel del pase NLS-EFP el 14 de julio de 2019.
3-Jacques-Alain Miller, AffectioSocietatis., LRO 229, Junio 2020.
4-En Argentina diríamos probablemente “como chanchos”.
5-Éric Laurent, “Las tres dimensiones de la Escuela y el lugar de la interpretación”, Curso-Seminario en la EBP, 22/11/18.
6-Jacques Lacan, « L’ombilic du rêveest un trou » [Réponse à Marcel Ritter] (El ombligo del sueño es un agujero. Respuesta a Marcel Ritter), La cause du desir, n° 102, Junio 2019.