Cuerpo y objeto en el autismo

SEGUNDA NOCHE DE CARTELES: AUTISMOEOL Sección La Plata, 5 de julio de 2018

 

 

 

María Cristina Piro

 

I

A partir de una investigación realizada en la cátedra de Psicopatología II de la Facultad de Psicología de la UNLP, que tenía como objetivo analizar el aumento exponencial del diagnóstico de autismo que en niños y adolescentes se presentaba en contextos médicos, escolares y sociales, resultó necesario abordar el tema a partir de lo que podía definirse como un invento o solución particular que los sujetos autistas se daban frente a las dificultades que implicaba el contacto con el Otro.  La revisión de los autores clásicos (Kanner y Asperger, entre otros) así como los aportes principales de los pos-freudianos y de los primeros psicoanalistas lacanianos, fue dando forma a un interés particular en cuanto al valor y al estatuto que adquiere el cuerpo y el objeto autístico, así como también a la pregunta por la relación que podría establecerse entre ambos.

Desde este interés particular retomé un texto de Patrick Monribot –“Inventar un borde, construir un cuerpo” (1) –que resultó luminoso y sirvió de orientación para la elección de mi rasgo en el cartel en el que participo, a saber, cuerpo y objeto en el autismo.

Punto de partida para un análisis en relación con algunos conceptos novedosos que tanto J.-C. Maleval, como E. Laurent y otros autores psicoanalíticos, han establecido en los últimos desarrollos de sus teorías y en particular en relación “al uso del borde” que podría considerarse como una de las condiciones para la dirección de la cura en el autista.

 

II

Patrick Monribot parte de una cita de Eric Laurent: “en el autismo el retorno del goce se produce sobre un borde (…) Muchos comienzos de tratamientos dan testimonio, precisamente, de que este borde forma un límite casi corporal infranqueable, más allá del cual ningún contacto parece posible con el sujeto”. (2)

Se pregunta cómo ilustrar y entender estas notas de Eric Laurent. Luego de establecer la diferencia entre esquizofrenia y paranoia, en cuanto al modo en que cada una se defiende del goce, concluye que en el autismo la incorporación del lenguaje articulado no ha funcionado, ni tampoco ha operado el estadio del espejo. El autista centrará su trabajo defensivo en inventarse un borde, un cuerpo.

Este fenómeno de borde es lo que algunos autores han denominado “comportamiento de frontera”, “caparazón” que revela desde nuestra perspectiva una tentativa topológica de trazar y hacerse un cuerpo para regular el goce nocivo, neo barrera corporal que permite encapsular al sujeto en una burbuja protectora al precio de aislarlo del mundo. “Para constituir tal borde es necesario un objeto”, dice Patrick Monribot. (3)

Si la consistencia corporal en la neurosis tiene como condición la extracción del objeto a, ¿qué sucede con el autista?, ¿qué objeto puede poner en función el autista para inventarse algo que haga las veces de cuerpo?

Muchos autistas de alto rendimiento han puesto de manifiesto el valor utilitario de sus invenciones (Temple Grandin, Joey de Bethetlheim) que no tiene otra virtud que el valor de protección de un borde (función pragmática del objeto) a lo que se agrega otros métodos, centros de interés, que conducen al sujeto a desarrollar “islotes de competencia” que prolongan el efecto del borde sin perder por ello la inmutabilidad del autismo. “¿Cómo encontrar fijezas en lo simbólico?  ¿Cómo mantener el mundo en un orden inmutable?” (4), cuyo fin lejos de ampliar el horizonte del autista tiene como finalidad clausurar lo simbólico “en un campo circunscripto con el fin de hacerlo perfectamente controlable (…) mundo de coherencia bien provisto de referencias fijas”. (5)

 

III

Por último, voy a retomar una viñeta clínica de Monribot que –a mi criterio– permite visibilizar el impacto que tiene el uso del borde en la dirección de la cura. A partir de contingencias que se suceden, de las que el analista se sirve, es posible situar el valor de escansión que abre paso a separar el objeto del cuerpo y desplazar el neo borde aportando una nueva flexibilidad al sujeto.

El caso

Se trata de P., un autista de 45 años, que se presenta con manifestaciones típicas del autismo: balanceo, literalidad, especialista en datos con una memoria mecánica significativa para alguno de ellos. En relación al objeto, manifiesta una marcada prolongación metonímica de los centros de interés vinculados con él y una extrema rigidez. Dirá: “Solo en la bicicleta soy yo”.

Desde sus 15 años integra un club de cicloturismo. Su práctica de bicicleta es extremadamente rígida y se ajusta a una hoja de ruta fijada por el club que cumple más allá de las adversidades del clima que, en ocasiones, lo ponen severamente en riesgo. A partir de ciertas contingencias (pinchadura de la bicicleta, accidente mortal de un compañero de ciclismo) el analista se sirve de ellas para introducir en la fijeza de su funcionamiento una pequeña variación en sus centros de interés:

– inclusión en la hoja de ruta de variaciones (puntos de reparación de bicicleta en los pueblos que atravesaba, distintos itinerarios)

– un saber sobre el objeto (marcas, modelos y especificidades)

– cambio del kilometraje por primera vez en 30 años (de 80 a 40 km.)

– práctica del ciclismo sujeta al pronóstico del tiempo

“Lo que es evidente para cualquier compañero, en él es el testimonio de una increíble concesión respecto a una posición fosilizada” (6).  P. ya no se balancea y discute acaloradamente sobre la programación anual de la salida fijadas por el club y el kilometraje.

Tal como Monribot concluye, es el precio que paga por esta nueva flexibilidad.

 

 

 

Notas:

(1) Monribot, P.: “Inventar un borde, construir un cuerpo”, El Psicoanálisis N° 27, Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, ELP, Barcelona, 2015.

(2) Laurent, E.: “Les espectres de l’autisme”, La cuse freudienne n° 78, 2011, pág. 56-57, citado por Monribot, P.: “Inventar un borde, construir un cuerpo”, El Psicoanálisis N° 27, Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, ELP, Barcelona, 2015, pág. 161.

(3) Óp. Cit. n° 1, pág. 162.

(4) Maleval, J-C.: El autista y su voz, Gredos, Madrid, 2011, pág. 170.

(5) Ibíd., pág.170-171.

(6) Óp. Cit. n° 1, pág. 163.