Seminario del Campo Freudiano en La Plata

Paula Vallejo*

Los inicios del Seminario del Campo Freudiano

El Seminario del Campo Freudiano (SCF) comenzó en La Plata en 2014, junto con la creación de la Sección La Plata de la EOL. Es decir que de entrada fue necesario sostener una buena vecindad entre ambos espacios -Escuela e Instituto-, un equilibrio que permitiera distinguir sus incumbencias y a la vez incluyera su posible articulación. Era un tiempo nuevo para el psicoanálisis en la ciudad y rápidamente el Seminario convocó a quienes estaban en transferencia con la Escuela y buscaban un lugar de inscripción para sostener su formación.

Al inicio se planteó un programa de trabajo teórico-clínico y se eligió estudiar el Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, considerando que podía ser una buena entrada a la formación, por tratarse de un seminario que conllevaba un acto de recomienzo para Lacan, luego de su Excomunión por parte de la IPA.

Durante los años sucesivos se fueron proponiendo temas diversos, que orientaron el trabajo y fortalecieron los lazos de transferencia con la Escuela, permitiendo que quienes se acercaban al Seminario se interesaran en actividades de la Sección. Luego llegó la Pandemia y con ella la virtualidad, cuyo efecto fue un tanto paradojal, ya que provocó cierto borramiento de los límites específicos del Seminario, pero a la vez permitió cierta apertura a otras voces y finalmente fue uno de los factores que incidió en la necesidad de una reformulación del mismo.

¿Cómo surgió la reorganización actual del SCF?

A diez años del inicio, el curso 2023 se propuso como un momento de relanzamiento. Se planteó la vuelta a la presencialidad, no sin la posibilidad de sostener lo virtual para quienes residen lejos de la ciudad. Con el apoyo de la Directora de la Sección, Marisol Gutiérrez, que tiene a su cargo la responsabilidad general del Seminario, y de los asesores del mismo, Graciela Brodsky y Mauricio Tarrab, se reformuló la estructura de los cursos para que cada participante pudiera elegir su trayecto singular y se convocó a un nuevo plantel docente, que hasta el momento había tenido mínimas modificaciones. Se creó también una página web exclusiva para el SCF, que agilizó el intercambio, la difusión de las actividades, y mostró más claramente la diferencia de ambos espacios y su vecindad. Todo esto en cuanto al funcionamiento. Pero lo esencial de este cambio reside en haber podido ubicar la propuesta del Seminario en la ciudad y en relación con la demanda de formación de los jóvenes, tanto egresados como estudiantes, que buscan una orientación por fuera de la Universidad.

Habiendo aceptado dirigir el Seminario en esta coyuntura, presté atención a lo que escuchaba de parte de jóvenes estudiantes respecto de la dificultad de leer a Lacan, en el primer encuentro con sus textos en la Universidad. Y pensé que un buen modo de recomenzar sería volver a priorizar la lectura, organizando espacios ajustados al trabajo de disciplina del comentario, que permitieran una inclusión más activa de los participantes. De allí surgió el tema del año: “Saber-leer en psicoanálisis: los divinos detalles”, que atraviesa todos los cursos que se dictan actualmente.

Otra orientación importante fue volver a la enseñanza clásica de Lacan, que resulta tan fecunda para formalizar la clínica psicoanalítica y no deja de tener vigencia para repensar los tiempos actuales. Un desafío nuevo fue abordar los escritos de Lacan, en los que decanta el trabajo de sus seminarios, y entusiasmar a los recién llegados y a los no tan recientes, a leer a Lacan por Lacan.

Elegir un Seminario y articularlo con los escritos que de él se producen fue el punto de partida de un trabajo minucioso, necesario, algo que hace falta hacer para no extraviarse en las vueltas de una enseñanza abierta, aún en curso. Lo que nos orienta es la ambición de acentuar en el trabajo del SCF lo que constituye su función esencial: que cada uno se comprometa a poner algo de su parte en la formación que sostiene.

La perspectiva a futuro

Creo que quienes participamos como docentes y responsables de las actividades del SCF, y quienes estarán a cargo de ellas en el futuro, debemos mantenernos atentos a lo que sucede en el espacio social. No porque nos orientemos por los avatares de la época sino porque no podemos estar al margen de la época en que vivimos. Como dice Miller, ya no estamos en la época de Freud y tal vez tampoco en la de Lacan, pero continuamos sirviéndonos de sus elaboraciones para repensar la nuestra. En ese contexto, el conocimiento de los textos, la transmisión clínica y la formalización, constituyen un background cada vez más necesario para los jóvenes practicantes que se acercan al psicoanálisis buscando una referencia rigurosa entre las innumerables propuestas terapéuticas de hoy en día. Y no podemos encerrarnos en nuestros consultorios, ni dar por sentada la llegada que el psicoanálisis tenga o no en las nuevas generaciones. Tenemos algo valioso para ofrecer, siempre y cuando estemos dispuestos a encontrar, cada vez, la mejor manera de transmitirlo. En esta perspectiva, el SCF trabaja codo a codo con la Escuela buscando hacer resonar la causa freudiana, en cada uno de los que están interesados en el psicoanálisis y en los próximos por venir.

* Directora del SCF