Lo real y la experiencia del tiempo

FLASHES DEL BLOG # 15: CONVERSACIÓN SOBRE ¿QUE REAL PARA EL PSICOANÁLISIS?

Por José Matusevich

Mi hipótesis es: la experiencia del tiempo en la sesión de análisis depende de la orientación a lo real del analista.

Supongamos que lo real sea la cosa en sí, y  en tanto que ella no participa de la experiencia, tal  como la piensa Kant, por estar por fuera de la intuición espacio tiempo, el analista no tendría por qué  intervenir en relación a la duración de la sesión. Lo que justifica la rutina de los 50 minutos.

 El tiempo es lo que no debe variar para no contaminar la experiencia, de acuerdo al modelo de la ciencia.

Así se produce el vacío del tiempo y el espacio en la sesión, vacío de subjetividad, como en la ciencia, (ejemplo:¿qué es el tiempo?, espacio sobre  velocidad).

 Me pregunto: ¿Por qué Lacan habrá puesto en cuestión la duración de la sesión? Cosa que le costó la expulsión de la IPA.

Para él, el sujeto del psicoanálisis es lo forcluido de  la ciencia y por lo tanto  el tiempo y el espacio es subjetivo.

En su retorno a Freud, Lacan no sólo se toma de la mano de Saussure, sino también de Hegel.

 En el prefacio a la Fenomenología del Espíritu Hegel dice que no quiere una filosofía que sea amor al saber sino del “saber en lo real”, y más adelante en el mismo texto que lo “real es racional.” Lacan hace suyos estos dos enunciados.

En  el texto de la Instancia de la letra o la razón desde Freud, el título mismo permite ubicar (en la razón) que  hay lo real del psicoanálisis y su real es la letra.

Que lo real es la estructura es una primera forma de circunscribirlo. Recuerda Jaques A Miller en su seminario “L’Uno-tutto-solo”

Los tres modos de la repetición que podemos aislar en la enseñanza de Lacan, permiten  circunscribir la anfibología del concepto de real.

 Pensemos con el tiempo lógico y las tres modalidades del tiempo en la Grecia antigua; Aion, Cronos, Aion, a Hamlet el procastinador para mostrar tres variantes de la repetición:

1)-Instante de la mirada: el encuentro con el fantasma del padre, momento de desencadenamiento (no importa de neurosis, psicosis o perversión), acontecimiento sin el cual la obra no existiría. Eso es Aion, el tiempo de la vida que no conlleva a la muerte sino a la repetición del instante. Es lo que Nietzsche llamó el eterno retorno de lo mismo, según Deleuze es el caos que no se somete a ningún orden.

Lo real sin ley que reduce la sesión sólo al momento de ver.

Es una de las razones que llevó a Lacan a las sesiones breves. 

2)-Tiempo para comprender: busca un saber que le dé certeza y ocasión para actuar. Alargar este tiempo lo lleva a la procastinación. Cronos es el tiempo cuantificable, es el de la serie. Tiene un origen y un fin: la muerte. Es la repetición como insistencia del significante.

Lacan en La carta robada demuestra con los más y los menos, la determinación significante y de lo imposible, como agujero en el saber. De allí se deduce porque Hamlet procrastina. Cruel destino del hombre del saber, hombre moderno.

 Lo real es lo imposible.

Lacan lo llama el inconsciente Freudiano, automaton. Es el de la sesión de tiempo variable. 

3)-Momento de concluir: Lacan demuestra que el duelo por Ofelia, o sea del reencuentro con el objeto perdido, lo precipita al acto para el  que fue convocado.

Kairós es la ocasión, se lo representa con pies alados, calvo pero con un gran mechón a sus espalas y en sus manos una balanza con los platillos desequilibrados. Por eso aleja a Cronos de Aion, no ordena ni cuantifica.

Es sin duda la repetición de Nuestro inconsciente como Lacan lo llama en el seminario XI, marcado por el encuentro con esos trozos de real que son los objetos “a”.

Las sesiones transcurren bajo la prisa.  

Fecha de recepción 4/8/2020