Jornada Clínica del Seminario del Campo Freudiano. Sábado 25 de noviembre de 2023
Verónica Escudero
Quisiera partir de una referencia de Eric Laurent, que está precedida por una diferenciaciación entre supervisión grupal y presentación de casos. Allí Laurent nos dice que la presentación de casos le parece “un ejercicio especialmente interesante para los Institutos […] ya que es el psicoanálisis aplicado a la terapéutica. Son casos en los que hay que tomar siempre en cuenta la dimensión terapéutica de lo que ocurre. […] la entrevista con el paciente tiene que ser útil a la terapia con el paciente, que le sirva a él. Hay que mantenerse en esto, no es un juego especulativo. Es preciso tomar en cuenta cómo hay que dirigirse a este sufrimiento y darle todo su valor”. (1) Me resultó una indicación precisa, y una orientación preciosa para animar cada conversación clínica.
Dicho esto, voy a avanzar en transmitir algunas cuestiones de aquella mañana de noviembre de 2023, en la que tuvo lugar la Jornada Clínica que dio el cierre al SCF 2023. Maria Laura Errecarte, responsable de casuística del seminario, participó coordinando la primera de las dos mesas de la jornada, en la que Gabriel Tanevitch –miembro de la Sección– comentó el material clínico que nos compartiera Camila Beltrán Yague. Gabriel eligió poner de relieve las intervenciones de la analista, destacando que la manera en que Camila situó las mismas permitían hacer una lectura de la lógica del caso en torno a ubicar los arreglos, y por lo tanto desarreglos también, del sujeto. Esta lectura introdujo la perspectiva del sinthome como orientación que conviene al analista para abordar las presentaciones actuales. Un analista que se oriente por esos divinos detalles, no solo rectifica la demanda de eliminación del síntoma que sostenían los padres en el caso del adolescente que nos trajo Camila, sino que propicia un espacio y un tiempo para que el mismo sujeto encuentre la manera de hacer con eso su vida. En ese arco que Gabriel señaló con su lectura, se inscribió la conversación que aportó aspectos que tenían que ver con el diagnóstico de estructura, la transferencia, el imaginario corporal entre otros temas.
La segunda mesa, reunió otros dos recortes clínicos, el primero de Lucia Capponi, el que tuve el gusto de comentar y el segundo el de Ana Cerutti, que fue puntuado por Betina Burgos. Los casos hicieron resonar, cada uno en su variante, la importancia de producir “un-decir” en transferencia como punto de anclaje para cualquier dirección de la cura posible. El primero de los casos ilustró la particularidad de la práctica institucional de la ludopatía, y el desafío de producir un decir que anude la transferencia con esa analista, maniobra necesaria para poder discernir las coordenadas singulares en las que se inscribe la adicción y la función que tiene en la economía libidinal del sujeto. Otra vez los divinos detalles orientaron una lectura posible en la que se puso en relación la función de la adicción en el caso con la manera en que la paciente logró nombrar su malestar: “no poder parar”, y que lanzaba al sujeto a excesos sin pausa.
Por su parte, el material que trajo Ana, y que Betina se encargó de escandir con su lectura iluminó lo que siempre nos orienta respecto que el diagnóstico es en transferencia. Fue así que la diferencia que precisó Betina respecto del dicho y el decir nos reenvío a pensar la transferencia en esas coordenadas, dejando señaladas la diferencia entre enunciado-enunciación y dicho-decir, siendo este último par el que emparenta el goce con la palabra. En este sentido la inhibición y el miedo que paralizan a la paciente de Ana, se trenzan con significantes que resuenan en el relato de su historia, y nos enseña que lo dicho en un análisis requiere de la escucha de un analista para que se pueda escribir un decir singular.
Notas
(1) Laurent, E.: “Como se enseña la clínica”, ¿Como se enseña la clínica? Cuadernos del Icdeba 13, Instituto clínico de Buenos Aires-Colección cuadernos, CABA, 2019, p. 56-57.