por Belén Zubillaga
A poco tiempo de la creación de este espacio virtual, fruto del trabajo de la nueva Sección de la EOL, nos preguntamos en perspectiva al próximo Congreso de la AMP: ¿Qué real para la Escuela del siglo XXI?
La inquietud nos atraviesa de lado a lado, ya que en la ciudad es incipiente su presencia. Surgen así más preguntas: ¿qué ha cambiado o cambiará en la formación de los analistas y como consecuencia, en la práctica? ¿Qué del lazo entre ellos? ¿Qué, en ese sentido, nos conviene priorizar de la temática de lo real?
La Escuela que pretende Lacan, es con y gracias a lo real. Todo indica que sin real no hay Escuela pero ¿cómo sostenerlo, cómo evitar erradicarlo?
Hemos debatido intensamente sobre los grupos y sus avatares. Sobre lo disoluble y lo que resiste a toda disolución. Por eso, bien sabemos que hay algo irreductible. Ese es un real con el que nos las tenemos que ver.
Decía Jacques-Alain Miller a poco de fundada la EOL: «para darle al ejercicio del psicoanálisis toda la radicalidad de la que es capaz, supone no olvidar jamás que la Escuela está hecha para el psicoanálisis y no a la inversa, y no para sus miembros».
Ese, es un buen rumbo para cernir lo real y contamos con el trabajo venidero para esclarecerlo y dar cuenta de ello a «cielo abierto».