Reseña por Carlos Jurado
El sábado 10 de agosto, en el marco de la Primera Conversación Clínica organizada por el MOL La Plata, se llevó a cabo la presentación del libro del Segundo Coloquio-Seminario “La Clínica Lacaniana”. Dicha actividad tuvo lugar en el Pasaje Dardo Rocha de nuestra ciudad.
De la mesa participaron: Gustavo Stiglitz y Christian Ríos, y Cristina Coronel, como coordinadora de ese espacio. Quisiera destacar de sus palabras respecto del libro lo siguiente: “La creación del MOL marca ya una diferencia, un paso adelante en esta dirección a la Escuela, y de Escuela con un objetivo bien definido, implica también una diferencia en lo que ha sido la edición de este segundo libro”. Agregó también que “es una producción colectiva, donde se puede encontrar algo del estilo de cada uno”; entiendo que este decir capta un rasgo importante de esa producción.
Luego de enmarcar la actividad haciendo una reseña del trabajo realizado por el Cartel de Publicaciones (1), se dio lugar al primer trabajo “En la ruta de la Escuela” en el cual Gustavo Stiglitz, ya desde su título y reafirmándolo en sus primeras palabras, ubica la presentación misma del libro como un acto de Escuela por el deseo sostenido de los miembros de una comunidad, haciendo serie con los dos Coloquios-Seminarios realizados.
La presentación dio vida a cada uno de los textos que encontrarán en el libro, los puso en escena a todos, uno por uno, extrayendo un sesgo central, lo que podría ser una brújula que oriente a otros para leer las producciones.
Según Stiglitz se pueden encontrar “enseñanzas sobre la práctica, la experiencia, la clínica psicoanalítica y sus anudamientos” en alusión al texto de Graciela Brodsky; luego se adentró en distintos recorridos, uno de ellos fue las relaciones entre el ser de desecho, entusiasmo y producción del analista.
Puso sobre el tapete el esfuerzo constante por definir la clínica lacaniana, interrogante que atraviesa el libro, y formuló la siguiente pregunta: “¿Que diferencia a una práctica que se orienta por el psicoanálisis de la orientación lacaniana de otras?”, pregunta que recoge de uno de los textos como un hilo de Ariadna en relación al tema del Seminario.
Otro aspecto que destacó fue la sección “Lógica de la cura”, en donde tras los desarrollos teóricos de la primera parte están las pruebas de la práctica analítica en la ciudad, con casos que transitan bordes propios de las curas.
Afirmó que la pregunta “¿qué es un analista?” esta sostenida en la Mesa Redonda sobre “La clínica y la experiencia en la formación del analista” -en la cual participaron Graciela Brodsky, Adriana Testa, Enrique Acuña, José Matusevich y Eduardo Suárez- y subrayó que en ese espacio “se tomaron temas fundamentales como la autoridad analítica, el final del análisis, la figura del analista vivo, con una versión irrepetible del deseo del analista por estar contaminada por su propio goce, cuya práctica está infiltrada por su sinthome, por supuesto, con la garantía de una distancia” entre otros.
Por su parte, Christian Ríos nos presentó en su trabajo cómo esta conformada la estructura del libro. Comenzó por el texto de Graciela Brodsky, de donde extrajo lo siguiente: “sitúo el argumento del Seminario como aquello que da a grandes rasgos la descripción del tema; luego están los detalles, que los ubico en la “Disciplina del comentario” para pasar a “La lógica de la cura” que son las consecuencia que se extraen de una práctica, para finalizar con “Perspectiva del concepto” como aquellos textos que resuenan en otros discursos”. Hubo un agregado en esa ocasión, la Mesa Redonda que ofició como el cierre al trabajo del segundo Coloquio-Seminario.
Ríos recorrió los textos y extrajo de cada uno de ellos lo que podríamos llamar “una lectura posible”. Del seminario dictado por Graciela Brodsky sobre La Clínica Lacaniana, citó: “la hiancia entre la experiencia y la clínica constituirá el eje central que se desplegará, con diversos matices, a partir de dos tiempos: en primer lugar, el encuentro con la experiencia y, luego, la clínica como elucubración de la misma. La clínica psicoanalítica deviene como elucubración, como saber que se extrae, de una experiencia que tiene como base el decir del analizante”.Y agregó: “Otro matiz que se pondrá en tensión lo constituye el punto acerca de la utilidad del diagnóstico a la hora de la experiencia. Múltiples referencias recorren dicho punto”. La clínica lacaniana como una clínica del testimonio y la resonancia, es una respuesta diferente con la cual contamos.
Por otra parte, en los otros apartados, recorrió diversos trabajos que abordan y profundizan temáticas atinentes a la clínica lacaniana. Por ejemplo, en “Disciplina del Comentario”, José Damiano concluye, en el intento de situar un rasgo específico de la clínica lacaniana, que la misma se especifica por “… trazar un recorrido que parte del trabajo del sujeto hipotético supuesto al inconsciente y se encuentra con la repetición escrita en el síntoma”.
En el apartado siguiente, “Perspectiva del Concepto”, Cecilia Fasano sitúa una pregunta inicial que se ubica en la misma dimensión que el trabajo anterior: ¿Qué diferencia una práctica que se orienta por el psicoanálisis de orientación lacaniana, de otra práctica que no se inscribe en ese campo? Aquí coincide con Stiglitz pues ambos resaltan el mismo punto de ese texto, lo que nos hace pensar en la importancia de la dimensión del goce para el campo lacaniano.
También nos recordó que, en la “Lógica de la cura”, tres casos clínicos mostraron la tensión entre la clase y lo singular y permitieron ejemplificar lo que fue el tema de esa jornada.
Sobre el final de su presentación puso el acento en el trabajo de la mesa redonda, “La Clínica y la experiencia en la formación del analista”. El texto respeta el formato de conversación que caracterizó a dicha mesa y nos invita a corroborar el despliegue alrededor de un eje principal, “la experiencia, la práctica y la clínica”, que allí encontraremos. La mesa redonda dio lugar al cierre del Segundo-Coloquio.
Luego de la presentación de estos trabajos tuvo lugar la Conversación Clínica.
Notas:
(1) Cristina Coronel, Fátima Alemán, Christian Ríos, Carlos Jurado y José Ioskyn (más uno),