De lo que no hay a lo que sí hay

XXVIII JORNADAS NACIONALES DE CARTELES DE LA EOLEOL Sección La Plata, 24 de agosto de 2019

 

Agustín Barandiarán

 

El síntoma analítico no puede prescindir de la creencia y posición que tiene el sujeto respecto de su padecimiento. Freud inventa el psicoanálisis como repuesta a una época, donde reinaba la represión sexual, lee allí en la prohibición, el malestar humano. Así el síntoma es expresión desfigurada de un deseo reprimido. Tiene valor de verdad que hay que rebelar. Lacan otorga esta primacía a lo simbólico cuando define al Inconsciente como el discurso del Otro. Sin embargo con el matema SA tachado, anuncia la inconsistencia del Otro.

En  Inconsciente y cuerpo hablante  Miller refiere que es un hecho que el psicoanálisis cambió.  Justamente el modo de goce de nuestra civilización ya no está ordenado desde la perspectiva del Nombre del Padre, sino que el discurso hipermoderno muestra su envés.  La época nos fuerza a pasar los límites. Se trata nos dice, haciendo referencia a la pornografía “…de la provocación de un goce destinado a saciarse en la modalidad del plus de gozar…” (1). Es un modo de decir que el a se ha tragado al Ideal. El objeto a en lo alto de la civilización es justamente el revés del malestar en la cultura.

La inconsistencia del Otro se verifica en consultas que no se dirigen a la verdad. El síntoma no interpela en su significación sino más bien en su normalidad o anormalidad desconociendo la singularidad.  Los síntomas actuales revelan la cara de adicción que el síntoma tiene. Su aspecto más actuador, su sinsentido

La toxicomanía con su forma de síntoma contemporáneo muestra el desenganche del Otro que puede llegar al extremo del desarraigo social como enseña la película Transpotting en el monólogo del protagonista al referir  no elegir la vida y sin razón para ello puesto que no se necesita una razón cuando se tiene heroína, siendo su único propósito “desengancharse para siempre”. Esta referencia ilustra la definición lacaniana  del objeto droga “… es lo que permite romper el casamiento del cuerpo con el hace pipi” (2).

Debemos preguntarnos si la adicción, cualquiera fuese, nos evidencia la cara real del síntoma en su iteración., que no es lo mismo que la repetición  significante que remite a una perdida, a una falta.  Es repetición de lo que sí hay.  Vale la pena hacer un pasaje por aquí. En Aún Lacan plantea el lenguaje como una elucubración de saber sobre lalangue aquí el sentido del Otro, el S2, tiene como efecto la pérdida de goce del sujeto. Este es  el pasaje de lo que hay a lo que no hay. En el congreso de la NLS de 2011, Jacques Miller completa esta perspectiva afirmando que al síntoma hay que leerlo, apuntando a la letra no a la palabra semántica.

El psicoanálisis cambia, es por ello que Miller elije como brújula el neologismo parletre que sustituye al inconsciente  freudiano. Es el pasaje del inconsciente transferencial a un inconsciente más real.  Lo que retorna del síntoma es la cara de goce, su sinsentido, ese real que Freud llamo compulsión de repetición, y que es justamente aquello que da la persistencia al síntoma, su estatuto diferenciado de otras formaciones del inconsciente.  En esta perspectiva se funda la advertencia que Miller hace en Una fantasía al proponer no quedar del lado del palabrerío del síntoma, corriendo el riesgo de dejarnos en lugar de escucha de puro semblante.  Por ello hay que dar cuanta de nuestro real que hace agujero en el saber de la ciencia, la no relación sexual, cara negativa del goce que hay.  De lo que no hay a lo que sí hay.

Hay un más allá de la interpretación significante, en el goce no hay Otro, por tanto no hay sentido. Por ello en La fuga de sentido nos dice que la interpretación debe introducir lo imposible, el eso fracasa de la relación sexual.  Esto es la interpretación por el equívoco como contrasentido.

Es necesario abordar la interpretación, en principio porque es nuestra técnica con ella operamos sin bisturí, sin más herramientas. Siendo la cara técnica de la Ética que nos orienta particularmente en la clínica. Ética relativa al discurso del analista, no a la norma. Es con el bien decir desde donde ella debe operar, al que debemos agregar el saber leer, apuntando al síntoma en su singularidad no en su normalidad, es decir en la perspectiva del no todo.

 

Bibliografía:

  1. Naparstek, Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo II, Grama, Buenos Aires, 2009
  2. Miller E. Laurent, El Otro que no existe y sus chomites de Ética, Paidós, Buenos Aires, 2005
  3. Miller, “Una Fantasía” en Punto Cenit. Política, Religión y Psicoanálisis. Diva, Buenos Aires, 2011.

 

Notas:

  • .J. Miller, “El inconsciente y el cuerpo hablante” en Presentación del tema del X Congreso de la AMP en Rio de Janeiro 2016, online, EOL Buenos Aires.
  • J Lacan “Clausura de las jornadas de carteles de la EFP, inédito., 1975