Una terapéutica lacaniana

Seminario del Campo Freudiano. CITA CON LA PRÁCTICA II: ¿Por qué el psicoanálisis no es una terapéutica como las otras?

Cecilia Valfiorani

El título de la actividad de hoy lleva implícitas, en su pregunta, dos afirmaciones: el psicoanálisis es una terapéutica, y no es una terapéutica como las otras. Es importante, entonces, poder establecer cuáles son las condiciones que determinan que sea diferente, cuál es la marca de una terapéutica lacaniana.
Decimos que esta marca es la orientación por lo real, que entre otras cuestiones implica que nos orientamos por el síntoma y por lo que tiene de incurable, por el goce que es tratable y también por su opacidad, por lo que hay y por lo que no hay.
E. Laurent plantea que hay un saber del psicoanalista freudiano sobre el fracaso, el sufrimiento, lo que falla. En lo que falla puede percibirse un saber que se revela a través de dicho fracaso. Freud aísla un malestar fundamental para el que no promete ningún remedio, sino una manera de hacer con ese malestar. (1)
Retomando este planteo, Gorostiza afirma que, si bien la terapéutica lacaniana aísla lo incurable de la estructura, es necesario no hacer de esto una formulación cerrada que impida cualquier posible invención, partimos de un saber en fracaso, y nos situamos desde allí para interrogar qué es lo que efectivamente podemos hacer desde nuestra orientación, qué es lo que podemos inventar, se trata de inventar un saber sobre el psicoanálisis aplicado. (2)
Es necesario tener en cuenta las diferencias que existen entre el psicoanálisis aplicado a la terapéutica y la psicoterapia, el psicoanalista y el psicoterapeuta tienen posiciones diferentes en relación a la escucha y fundamentalmente al síntoma. El psicoanálisis acredita que el síntoma es lo que no marcha, que es lo más real para el sujeto, haciendo lugar a aquellos elementos “anormales”, la psicoterapia, en cambio, implica el intento de “normalizar” lo que falla bajo un objetivo de adaptación.
Si bien en ocasiones trabajamos con los mismos instrumentos, se trata del uso particular que se hace de ello, así como de las herramientas y conceptos compartidos.
El encuentro con un analista puede instalarse como un paréntesis que le permita al sujeto buscar el sentido de la identificación que lo amarra aunque la desconozca, es por eso que se vuelve necesaria la producción de ese sentido, lo que resulta contingente, no va de suyo. Allí la presencia del analista, su acto, son condición de posibilidad. Es necesario que el analista encarne el lugar de objeto, y que se preste con docilidad a los múltiples usos que puedan hacerse de él.
E. Laurent nos dice que “Se trata de rearmar, reintroducir, a partir de la perspectiva de la última enseñanza, los instrumentos que ya existían, transformados. Esto nos da los elementos necesarios para, en la práctica, ayudar al sujeto, -no solamente ayudar sino alentar, empujar al sujeto- a poder hacerse un mundo vivible”. (3)
El material clínico aportado por Marisa Saad y Lucas Manuele, trae presentaciones de sujetos que llegan sin una pregunta que los implique y que tampoco está dirigida claramente a un otro, lo que conlleva dificultades en la formalización del síntoma y en la instalación de la transferencia. Presentaciones en las que no hay un concernimiento en relación a los propios dichos, tampoco una suposición sobre un saber inconciente, y donde se hace presente que, desde el inicio, está el goce.
La clave de lectura de mi comentario es el deseo del analista como operador que introduce la contingencia que puede devenir en la “buena fortuna de analizarse”, una ocasión provocada a partir del acto del analista.
Tomo como referencia un texto de XI Enapol 2023, de Sergio de Mattos, (4) de allí extraigo:
-Un análisis como un modo de crear algo nuevo, que actúa desde el presente sobre lo que concierne a la potencia del pasado.
-Presentaciones de la época que ponen de manifiesto que desde el principio está el goce. Es necesario tomar en cuenta esta dimensión libidinal que carga de afecto los decires del sujeto desde el inicio.
-Producir una ocasión provocada: se trata de que el acto del analista pueda provocar una ocasión que él debe proporcionar como una buena suerte. Pensar allí el deseo del analista y la contingencia de la transferencia.

Caso de Lucas Manuele: De la disfunción al síntoma: reintroducir el enigma
Desde el título se retoma la orientación de la terapéutica lacaniana: la orientación por lo real, por el síntoma. Precisamente en el caso, se trata de la búsqueda de la formalización del síntoma.
Afirma Lucas “fe en el cálculo más que en el inconsciente”, ya que es evidente que no hay en esta presentación una relación al inconsciente, al menos al inconsciente transferencial.
Si no contamos con esta relación, ¿cómo intervenir? Podría pensarse una intervención en relación al inconsciente real que resulte eficaz, aun cuando no se trate de un análisis en curso. Allí es necesario contar con el operador del deseo del analista
Se trata de una presentación bajo la forma del trastorno, de la disfunción que demanda solución externa sin incluir en ella, ni tampoco en el padecimiento, al propio sujeto. Desde el inicio la apuesta del analista será la formalización del síntoma a partir de la introducción de su “opacidad irreductible”.
El analista interviene con sus gestos, no comprendiendo, mostrando sorpresa, convocando una y otra vez a que sea necesario que el sujeto ponga de su parte. Hay una operación de lectura sobre el detalle del relato, que es lo que posibilita que comience a tomar forma de síntoma el padecimiento, introduciendo un forzamiento en el que se vuelve necesario que el sujeto pueda pronunciarse acerca de lo que relata.
El sujeto consiente, comienza a poder historizar acerca de él mismo, su posición, su historia. Surge allí su propia pregunta, que lo incluye, le concierne. Se abre una puerta

Caso de Marisa Saad: Drama Queen. Adicta al drama
La paciente es derivada posteriormente a una consulta fallida, con la advertencia de que es una “paciente difícil”. Su presentación resulta muy complicada, tanto con su cuerpo como con sus palabras hace saber que está allí queriéndose ir. No supone un saber en juego ni en su padecimiento ni en la analista.
Se trata de una presentación que en acto, en la escena de la transferencia, pone en juego un modo de lazo con el otro que da cuenta más de un rechazo que de una posibilidad. ¿Cómo maniobrar allí para propiciar un lugar para un analista? Será necesario un forzamiento que no resulte, a la vez, expulsivo. Forzar de la buena manera, con la apuesta de que otra cosa diferente pueda desplegarse.
La posición de la analista es una escucha atenta, silenciosa, amable. Se ofrece una posibilidad.
Disponibilidad de la analista que aloja y propone un espacio sin forzar. Algo ofrece aunque no es claro qué, se introduce allí una “x” que invita al sujeto aun sin decir a qué. Invitación en la que ya puede leerse algo del deseo del analista. A partir de allí algo diferente surge, algo consiente a ser puesto en palabras.
Será necesario rodear de manera indirecta ese punto que se vuelve intratable para el sujeto, y poder esperar que retorne. Paciencia.
Las intervenciones apuntan a localizar el goce cada vez, localización que va delimitando un trayecto que permite construir una distancia que posibilita una lectura de aquello que se vuelve propio y ajeno a la vez.
Surge “lo otro”, lo nuevo que puede producirse en una experiencia analítica, a partir de la posición del analista. Que el análisis sea un umbral.
Para finalizar creo que ambos materiales clínicos dan cuenta que queda a cargo del deseo del analista, que sostiene su acto, la posibilidad de introducir la buena suerte de que un encuentro se transforme en la ocasión para que un nuevo decir se produzca.

Notas

(1) Laurent, E.: “Usos actuales, posibles e imposibles del psicoanálisis”, Psicoanálisis y Salud mental, Tres Haches, Buenos Aires, 2014, p.45.
(2) Gorostiza, L.: “Enfermar de honor”, Ornicar digital, página de la AMP, https://wapol.org/ornicar/articles/224gor.htm
(3) Laurent, E.: “El Uno solo”, Revista Freudiana, Número 83, mayo-agosto 2018.
(4) de Mattos, S.: “La buena suerte de analizarse”, XI ENAPOL “Empezar a analizarse”, 2023, https://enapol.com/xi/portfolio-items/la-buena-suerte-de-analizarse/