Un saber que no sea eterno

LO TEMPORARIO. Tercera noche de carteles. 6 de septiembre

Yasmina Romano

“[…] le discutí al poeta pesimista que la transitoriedad de lo bello conllevaba su desvalorización. ¡Al contrario, un aumento del valor! El valor de la transitoriedad es el de la escasez en el tiempo”. (1)
Nos invitaron a hablar de “lo temporario” en el cartel, provocando a la elaboración, una vez más.
¿Cómo pensar la idea de lo temporario en entrecruzamiento con el dispositivo del cartel?
Lacan se refiere a esta intersección en el “Sr. A.”, una de las cinco veces que tomó la palabra luego de leer la carta de Disolución de la Escuela Freudiana de Paris en 1980. Allí enuncia: “Se trata de que la Causa Freudiana escape al efecto de grupo que les denuncio. De ello se deduce que no durará más que por lo temporario, quiero decir, si nos soltamos antes de adherirnos tanto que ya no se pueda volver atrás” (2). Más abajo dirá: “les doy su tiempo para comprender” (3) que, aclara, no se trata de cerrar un sentido, puesto que la guarida del sentido se llama religión.
¡El tiempo del cartel no es eterno, es acotado, hasta existen los carteles fulgurantes! Esto tiene su lógica y su función.
De uno de los carteles en lo que participo puedo hacer la siguiente crónica hasta el momento.
El inicio del cartel para mí fue el encuentro con el argumento del XI ENAPOL (Encuentro Americano de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana) “Empezar a analizarse”, lo digo en el sentido que lo dice Lacan: Yo no busco, encuentro. Lo cual también alude a una dimensión temporal. Especialmente el encuentro con la pregunta: ¿Cuándo comienza un análisis?
Con esta frase, lo que creía saber se evaporó, que el sujeto supuesto saber sea el pivote de donde se articula todo lo que tiene que ver con la transferencia, formalizable con el algoritmo de la de La Proposición de octubre del `67, ya no me era tan claro. Si alguna vez creí que lo sabía, esa ilusión de saber y de haberlo entendido para siempre, se había puesto en cuestión.
Fuimos varias las interpeladas por la propuesta de este Encuentro, pero también por hacer la experiencia del Cartel y por su intermedio, por estar en la Escuela.
El más-uno me devuelve la pregunta: al principio ¿está la transferencia? Y me dirige hacia El Seminario, Libro 11. El concepto de transferencia es problematizado en la clase “Presencia del analista”. En la misma Lacan se ocupa de distinguir la idea freudiana de la transferencia como resistencia, la transferencia como cierre del inconsciente, señalando la paradoja que implica expresar que “el analista debe esperar la transferencia para empezar a dar su interpretación”. (4) Para decir más adelante que es coherente abordar el concepto de inconsciente sin separarlo de la presencia del analista. Así la presencia del analista forma parte del concepto de inconsciente. A continuación, brinda una definición de inconsciente que sintoniza, entiendo, con lo que Miller afirma en Donc en “Cómo comienzan los análisis”.
“[…] indiqué que era necesario ver el inconsciente como los efectos de la palabra sobre el sujeto –en la medida en que dichos efectos son tan radicalmente primarios que el status del sujeto en tanto sujeto propiamente está determinado por ellos”. (5)
El sujeto lacaniano, aclara, es el sujeto cartesiano, “que aparece en el momento en que la duda se reconoce como certeza […] en cuanto a la certeza que yerra. Eso es el inconsciente”. (6) Y agrega algo más Lacan, compara el descubrimiento freudiano del inconsciente con los descubrimientos de la ciencia, Newton, Einstein, que “se caracterizan por trazar en lo real un nuevo surco con respecto al conocimiento eterno”. (7) Pero la diferencia que asegura al campo de Freud es la de ser un campo que se pierde, el inconsciente es pulsátil, abre y cierra. Y la presencia del analista es irreductible, es imprescindible por ser testigo de esta pérdida. Por esta razón, la presencia del analista debe incluirse en el concepto de inconsciente.
Si el analista no debe esperar la transferencia para empezar a dar la interpretación, entonces ¿cuándo comienza un análisis? ¿Cuándo se puede decir que alguien entra al análisis?
Una compañera de cartel, Marisa, me sugiere un texto de Miller: “Visto desde la salida”. Traigo solo dos frases de las que me sirvo: “Vista desde la salida, ¿qué es la entrada en análisis? No decimos habitualmente que se sale del análisis, mientras que decimos fácilmente que se entra en él; ¿será que no se está muy seguro de salir nunca de él, una vez que se ha entrado? […] Un análisis está hecho de entradas y salidas, dentro y fuera del consultorio del analista. […] El problema de la entrada en el análisis es el de la entrada del analista, de su entrada en el mundo del paciente”. (8)
Quienes asistan al ENAPOL podrán escuchar en las mesas clínicas los trabajos “Efectos mágicos” de Analía Rodríguez, “Drama Queen” de Marisa Saad y “Tomar-lo peor” de mi autoría, donde se pueden ver tres modos distintos de entrar al mundo de tres pacientes, una niña autista, una histeria enloquecida y una obsesión melancolizada. Estas presentaciones serán una muestra de lo que Miller en El ultimísimo Lacan, haciendo una lectura del Seminario Momento de concluir, afirma que la primera tesis de Lacan es que el psicoanálisis es una práctica: “A tal punto que Lacan reduce el sujeto supuesto saber a un supuesto saber cómo operar”. (9)
Volviendo al tema de la Noche, “Lo temporario”, luego de esta presentación puedo distinguirlo del tiempo en psicoanálisis, pero también distinguir lo temporario de la idea que Freud plantea en su escrito “La transitoriedad”, cuando se refiere a la naturaleza que tras cada destrucción por el invierno vuelve el año siguiente. Pienso que articulado al cartel, lo temporario es el mismo cartel, porque dura un tiempo, pero también el saber que se cree aprehender, dura hasta que un encuentro lo conmueve. Aunque a diferencia de la naturaleza, no es un volver a empezar, es darle una vuelta más a la pregunta ¿qué es un analista?

Notas
(1) Freud S.: La transitoriedad, en Obras Completas, Amorrortu Editores, Tomo XIV, pág. 309.
(2) Lacan J.: En los confines del seminario, Paidós, Buenos Ares, 2022, pág. 69.
(3) Ibíd., pág. 70.
(4) Lacan J.: El Seminario de Jacques Lacan, libro 11, Los Cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1984, pág. 132.
(5) Ibíd., Pág. 133.
(6) Ibíd., pág. 133.
(7) Ibíd., pág. 134.
(8) Miller J.A.: Cómo terminan los análisis. Paradojas del pase, Grama ediciones, Buenos Aires, 2022, pág. 86.
(9) Miller, J-A.: El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013, pág. 273