Todos Maleducados*

CUARTA NOCHE PREPARATORIA HACIA EL VIII ENAPOL-CONVERSACIONES: ¿MALEDUCADOS? –Buenos Aires, 1 de junio de 2017

 

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Ana Simonetti

 

Una pregunta nos convoca esta noche para conversar acerca de los «Asuntos de Familia y sus enredos en la práctica»: ¿Maleducados? Asociación directa con los imposibles Freudianos, puntapié para pensar e intentar transmitir algo de la relación de las familias y las instituciones educativas, tal como es el tema de la conversación de la cual formo parte. Hace unos años ya que trabajo en una Escuela primaria, perteneciente a la Universidad Nacional de La Plata, como practicante del psicoanálisis formando parte del equipo de orientación educativa.

Eric Laurent en una nota titulada “¿Cómo criar a los niños?” (1), del 2007, plantea que desde que existe la igualdad de derechos, sea entre hombres y mujeres, entre niños y padres o entre las generaciones, se desplazó la manera en cómo se articulaba la autoridad. Y agrega que no hace tanto que la escuela tiene un lugar tan importante para criar a los niños, en tanto es una de las pocas instituciones con tanto peso frente a la caída de otras, convirtiéndose en “La gran institución escolar” que recoge a los niños y trata de ordenarlos a partir de un saber; educarlos. Educación que, por su parte, se tornó universal y pone a todos los niños en el mismo dispositivo bajo el mandato de la inclusión.

El derecho a la educación queda enmarcado en lo que conocemos como la “Convención internacional sobre los derechos del niño”, este es el tratado que más rápidamente entró en vigor en la historia de los tratados de derechos humanos, diversas razones pueden explicar tal generalizada y rápida aceptación. La que comúnmente se invoca es que en todo el mundo los niños son considerados las personas más vulnerables y que por lo tanto requieren protección específica. Esto significa un cambio radical. Con su aprobación se genera la oposición de dos grandes modelos para entender y tratar con la infancia, podríamos decir entre un modelo tutelar y el actual, que se plantea en términos de ciudadanía y derechos para los mas jóvenes. En la literatura especializada sería sustitución de “la doctrina de la situación irregular” por la “doctrina de la protección integral”, lo que significa considerar a los niños como sujetos plenos de derecho.

Si alguien prueba que el Estado no cumple con esta obligación, puede denunciarlo.

Contamos con instrumentos específicos, documentos, protocolos, reglas y directrices, que tratan sobre temas tales como la delincuencia, la escuela, el rol de la familia, el rol de la comunidad y la justicia; se inaugura una era de ciudadanía de la infancia.

“Se definen los derechos de los niños y se establece que en caso de que alguno de esos derechos se encuentre amenazado o violado, es deber de la familia, de la comunidad y/o del Estado restablecer el ejercicio concreto del derecho afectado a través de mecanismos y procedimientos efectivos y eficaces tanto administrativos como judiciales si así correspondiere (…) se establece, en todo caso, que quien se encuentra en “situación irregular” cuando el derecho de un niño se encuentra amenazado o violado, es alguna persona o institución del mundo adulto (familia, comunidad o estado)” (2). Cuando se dice “derechos amenazados” léase a la vida, la salud, la alimentación, la educación, la recreación, la profesionalización, la cultura, la dignidad, el respeto, la libertad y colocarlos a salvo de la negligencia, discriminación, explotación, violencia, crueldad u opresión.

Hay algo fundamental que cambia con este paradigma, y es que los representantes del Estado encargados de velar por los derechos de los niños somos todos, quienes trabajamos en una escuela, por ejemplo, debemos denunciar estas irregularidades, hacer público, cada vez más, lo secreto como obligación; los asuntos de familia se convierten en asuntos de todos ante la ley.  No son sólo las ficciones científicas (se multiplican los equipos de terapias cognitivas haciendo entrar fuertemente sus discursos a las escuelas y las familias) sino también las jurídicas, las que nos dicen cómo criar a los niños haciendo existir el “para todos” a riesgo de perder de vista lo singular. Conviene estar advertidos que ninguna de estas ficciones podrá dar cuenta del punto real que habita en cada uno.

Desde el psicoanálisis de orientación, lacaniana la familia es algo particular, al decir de J.-A. Miller en “Cosas de Familia en el inconsciente”: “La familia tiene su origen en el malentendido, en el desencuentro, en la decepción, en el abuso sexual o en el crimen ¿acaso está formada por el marido, la esposa, los hijos, etcétera? No, esta formada por el Nombre -del-Padre, por el deseo de la madre y por los objetos a. ¿Están unidos por lazos legales, derechos, obligaciones, etcétera? No, la familia está esencialmente unida por un secreto, está unida por un no dicho. ¿Qué es ese secreto? ¿Qué es ese no dicho? Es un deseo no dicho, es siempre un secreto sobre el goce: de qué gozan el padre y la madre”. (3)

Jean-Claude Milner, en “La política de las cosas” (4), plantea que las garantías jurídicas e institucionales parecen una vestimenta, deseable sin duda, pero irremediablemente ilusoria y ubica en el derecho al secreto, el único garante material para las libertades efectivas. Podría ser entonces ésta la brújula para la intervenir, ni conservadores, ni abrazados a utopías progresistas, dando lugar a lo íntimo, advertidos que de los enredos del goce nadie está a salvo y educarlo es un imposible.

 

 

*Texto presentado en la Cuarta Noche Preparatoria en la EOL, el 1° de junio de 2017, en el marco de las Conversaciones hacia el VIII ENAPOL. Conversación: Las familias y las instituciones educativas. Responsable: Diego Villaverde (EOL).

 

Notas:

(1) Laurent, E.: “¿Cómo criar a los niños?”, La Nación online, Buenos Aires, 2007, http://www.lanacion.com.ar/912774-como-criar-a-los-ninos

(2) Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, Ley 23949 (Art. 4 y 5), https://www.unicef.org/argentina/spanish/7.-Convencionsobrelosderechos.pdf, 1989.

(3) Miller, J.-A.: “Cosas de Familia en el Inconsciente”, Mediodicho. Revista de Psicoanálisis #32: Maldita familia, Córdoba, 2007, pág. 19.

(4) Milner, J.-C.: La política de las cosas, Miguel Gómez ediciones, Madrid, 2005.