EDITORIAL

Por Laura Arroyo

“Estoy en el mar, capitán de un pequeño navío. Veo cosas que se agitan en la noche de un modo que me hace pensar que puede tratarse de un signo. ¿Cómo voy a reaccionar? Si no soy todavía un ser humano, reacciono mediante todo tipo de manifestaciones, […], modeladas, motoras y emocionales, […], comprendo algo […] En cambio, si soy un ser humano escribo en mi bitácora: A tal hora, en tal grado de longitud y latitud percibimos esto y lo otro”