Presentación de libro: El retorno del péndulo. Sobre psicoanálisis y el futuro del mundo líquido, de Zygmunt Bauman y Gustavo Dessal
Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, 30 de Marzo de 2015
por Sebastian Llaneza
Introducción:
El pasado lunes 30 de marzo, Gustavo Dessal –destacado psicoanalista y escritor argentino, residente en la ciudad de Madrid– se presentó en el Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, invitado por la Secretaría de Extensión de la Facultad de Comunicación Social, y con el auspicio de la EOL Sección La Plata, con el fin de comentar su último libro intitulado El retorno del péndulo: sobre psicoanálisis y el futuro del mundo liquido (1), obra que consiste en una conversación junto al afamado sociólogo polaco –residente en Israel– Zygmunt Bauman.
Su exposición se desplegó alrededor de tres ejes temáticos que podrían ser resumidos del siguiente modo:
1-Sigmund Freud como puente para una conversación entre la sociología y el psicoanálisis.
2-La dimensión social del síntoma.
3-La globalización y la libertad.
A continuación, el interesado podrá leer una reseña de su disertación.
-Freud, entre la Sociología y el Psicoanálisis:
Dessal inició su presentación destacando su interés por la obra de Bauman y subrayando, a su vez, la existencia de cierta sintonía entre el pensamiento de éste y el psicoanálisis. Reconociéndose lector de los siguientes títulos Modernidad líquida, Amor líquido, Miedo líquido, y Vida líquida, entres otros, señaló que había encontrado cierta correspondencia entre la fragilidad de los lazos sociales, vale decir, el estado líquido de la civilización contemporánea y la declinación de la imago paterna, ya avizorada por Jacques Lacan en “La familia” (1938).
Debido a ello, Dessal comenzó a mostrarse interesado en entrevistar al prestigioso pensador. En uno de los viajes de Bauman a España, obtuvo su correo electrónico y la oportunidad se concretó. A partir de ese momento surgieron una serie de intercambios en los que Bauman confesó no solo haber sido lector de los llamados “textos sociológicos” de Sigmund Freud, – “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921), “El porvenir de una ilusión” (1927), y “El malestar en la cultura” (1930) –, sino también haberse inspirado en el maestro vienes para diseñar su propio método sociológico, razón por la cual se consideraba en deuda.
Por lo tanto, fue el padre del psicoanálisis la referencia que permitió una conversación entre Bauman y Dessal. Y lo que comenzó como una entrevista fue adquiriendo con el tiempo la forma que dio origen a El retorno del péndulo.
Habría que interrogar si la conversación entre un sociólogo y un psicoanalista tiene el estatuto de un diálogo interdisciplinar. En este punto conviene recordar la ironía empleada por el mismo Dessal, en ocasión de la presentación de su libro en la Escuela de la Orientación Lacaniana, con mucho humor supo decirnos: “Entre Bauman y yo… no hay relación sexual”.
Por lo tanto, más que de un dialogo interdisciplinar, se trata de una conversación en la intersección sociología y psicoanálisis donde, cabe destacar, hay encuentros y desencuentros. En esta oportunidad, el autor de El retorno del péndulo no dejó de enfatizarlo: Lacan siempre fue a contracorriente del entendimiento de la palabra, del diálogo, y de la comunicación.
A diferencia de lo que se piensa en el sentido común, hay que decir que el psicoanálisis no considera que hablando se entienda la gente. En eso consiste la revulsiva hipótesis del inconsciente: cuando hablamos no sabemos lo que decimos.
Eso no quiere decir que el psicoanálisis no esté dispuesto a dialogar con otras disciplinas. La apertura existe, con la advertencia de considerar los límites de la palabra, vale decir, con la advertencia del malentendido.
Es sabido que tanto para Sigmund Freud como para Jacques Lacan el psicoanalista debía tomar en cuenta las elaboraciones de saber que se instituían en otros discursos. Y no podemos dejar de reconocer que algunos sociólogos, filósofos, y escritores, han brindado un punto de apoyo fundamental para poder entender las coordenadas productoras de la subjetividad actual.
-La dimensión social del síntoma:
Es en esta perspectiva que Dessal reconoció los aportes de la sociología para poder elucidar, de una manera más clara, las nuevas presentaciones del síntoma, vale decir, su dimensión social.
Definiendo al síntoma como una interferencia, más precisamente, como aquello que no marcha en la vida de un sujeto, en un país, en una institución, o en un momento determinado de la historia, destacó su composición: el síntoma tiene dos caras, una social y otra “asocial”. Mientras que la primera da cuenta de lo que cambia, la segunda expresa lo que no.
La cara social del síntoma es aquella que manifiesta una relación al Otro, es variable por ser sensible a su época. “Si tomamos la locura como índice de lo que es el malestar, descubrimos que el loco es posiblemente una antena directamente vinculada a la sociedad y al discurso social, es decir, es extraordinariamente sensible a la relación con el otro.(…) las manifestaciones de los síntomas cambian y efectivamente es en ese punto en donde la sociología nos puede aportar elementos invalorables que nos obligan a enriquecer nuestro acercamiento a las problemáticas que los sujetos pueden traer a la clínica psicoanalítica”.
A su vez, explicó que el componente “asocial”, la cara más autista del síntoma, es aquel que trasciende los cambios de la historia; es el elemento que no cambia, que resiste a las modas y a la evolución del tiempo. En el decir de Freud, se trata de una “satisfacción paradójica” que expresa que, en el malestar mismo, el hombre encuentra un goce extraño y desconocido por su conciencia.
Por lo tanto, así como la sociología nos puede ayudar a pensar la envoltura formal de los síntomas actuales, Dessal afirmó que el psicoanálisis puede hacer sus contribuciones destacando la presencia del goce en el malestar.
-El psicoanálisis y la globalización:
Abordando los problemas sociales de nuestra realidad actual, Dessal destacó que en su libro se abordan las problemáticas derivadas de la denominada globalización, síntomas que afectan a todos los seres hablantes, tanto europeos como latinoamericanos, pues nadie puede escapar a la globalización. En esta línea, recordó el modo en que Bauman supo elaborar una definición: “(La globalización) consiste en el hecho de que no existe lugar en el mundo donde uno pueda refugiarse del capitalismo, red siniestra que va colonizando todo”.
Como el lector podrá apreciar que para Zygmunt Bauman el capitalismo tiene una fuerza tal que termina colonizando el globo, se trata de una potencia perversa que atraviesa tanto los sistemas políticos como las ideologías, convirtiendo cualquier objeto, sea animado o inanimado, en una mercancía.
Ante el mencionado panorama, y en el marco de una conversación con el auditorio, Dessal recordó a su amigo Jorge Alemán quien, en su opinión, tiene un pensamiento más alentador por el hecho de pensar que es posible una subversión del sujeto que pueda resistir al discurso capitalista, considerando que dicha respuesta solo puede provenir desde el mundo latinoamericano.
Dessal no dudó en decir que es el psicoanálisis el que puede ayudar al sujeto a encontrar cierto margen de libertad, sobre todo a partir de reconocer aquello a lo que se haya sujetado. “La mayor libertad que podemos obtener –precisó– consiste en separarnos de aquello que nos condiciona y que llamamos inconsciente”.
Finalizando su presentación, el destacado psicoanalista hizo referencia al futuro del mundo líquido. Explicando que lo líquido es la metáfora de la fragilidad de los vínculos humanos, aseveró que sus causas son más bien sólidas. “Lo líquido es el resultado de algo sólido que provoca que otra cosa se disuelva”. El retorno del péndulo anuncia entonces un futuro donde lo que viene es más bien duro, denso, y consistente, pues, en palabras de su autor, lo líquido siempre tiene un reverso sólido.
Notas:
(1) Dessal, G; Bauman, Z.: El retorno del péndulo. Sobre psicoanálisis y el futuro del mundo liquido. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014.