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HernándezPrimer Encuentro de Lecturas en la Biblioteca: “El diablo enamorado, Cazotte y Lacan”

EOL Sección La Plata, 26 de mayo de 2015

 

Ariel Hernández

Agradezco a mis compañeros (1) de la Comisión de Biblioteca de la Sección La Plata, por la invitación a trabajar esta referencia de Lacan y el intercambio con Carlos Rios –escritor– y con Marcela Milone –pianista– quien interpretó una pieza de la obra. Fue en el marco de las lecturas elementales en la biblioteca,  fines de mayo de 2015. Comparto fragmentos de mi contribución.

Lacan cita la obra de Cazotte, El Diablo enamorado (2) en distintos momentos de su enseñanza (3) . Se sirve del che vuoi? en Italiano, ¿qué quiere?, lo fuerza un poco más y obtiene un: ¿qué me quiere?, ¿qué me quiere el Otro? Una lectura rápida, saltando de una referencia a otra, me hizo entrar en un embrollo, creo haber encontrado una salida a partir de situar al Otro en su justo lugar, cada vez; de acuerdo al modo en que Lacan entiende al Otro, puede leerse este che vuoi? Es una orientación y enseñanza que extraje de las referencias.

Seleccioné algunas para conversar e intentaré ponerlos en situación, trazar unas coordenadas del contexto sobre lo que Lacan trabaja y el uso que hace de ella en los Seminarios 4 y 10, como así también en “Subversión…” (4). Elegí un camino, entre otros y tomé como punto de anudamiento la inquietante presencia del Otro.

 

La dudosa realidad

En el Seminario 4 vemos aparecer el che vuoi? entre “La función del velo” y “El falo y la madre insaciable”, en la clase que Miller tituló “La identificación con el falo”. Lacan dice: “Hace tres años, anunciaba yo una conferencia sobre El diablo enamorado, de Cazotte. Pocos testimonios hay tan ejemplares de la más profunda adivinación de la dinámica imaginaria que trato de desarrollar ante ustedes, especialmente hoy. Hoy lo he recordado, como ilustración de primer orden que acentúa el sentido de aquel ser mágico más allá del objeto, al cual pueden adherirse toda una serie de fantasmas idealizantes».(5)

Hace referencia a otras dos obras literarias que, junto con El diablo enamorado, nos introducen en  esa dimensión, siempre inquietante, de la diferencia sexual, el travestismo, el falo, el fantasma y el amor. En la clase inmediatamente anterior trabaja la emergencia del falo entre el objeto fóbico, el objeto fetiche y la castración materna. Para dar cuenta de la función del velo, hace un rodeo por la naturaleza del falo y su función. Se trata, una vez más, de quién lo tiene, quién no, de quién debería tenerlo. Si está o no está. Presencias – ausencias. Estamos en una atmósfera fantasmática donde Lacan nos dice: “… se trata del falo que la mujer no tiene y que debería tener por razones que dependen de la dudosa relación del niño con la realidad”.(6)

 

La cortina

Busca situar las cosas más allá de la fenomenología y plantea el abordaje desde lo estructural, parte de la tesis que enuncia que lo que se ama en el objeto de amor es algo que está más allá. Es una posición de interposición: sujeto–velo–objeto–nada. Lo que se ama en el objeto es algo que está más allá y será por el lado del velo, la cortina, donde puede leerse la situación fundamental del amor, lo que se encuentra más allá como falta tiende a realizarse como imagen. “Sobre el velo se dibuja la imagen. Ésta y ninguna otra es la función de la cortina, cualquiera que sea. La cortina cobra su valor, su ser y su consistencia, precisamente porque sobre ella se proyecta y se imagina la ausencia” (7). ¿Por qué el velo le es al hombre más precioso que la realidad? se pregunta Lacan.

 

Otro sin Otro

Dibuja el grafo en el Seminario 5 y lo finaliza en el 6, “Subversión del sujeto…” es el lugar donde Lacan ordena y comenta estás nuevas formalizaciones que lo llevaron a realizar un giro decisivo en la concepción del Otro, en tanto que descubre una hiancia en el Otro. Fue necesario que Lacan pase del Otro de la palabra, que le inspiró el encuentro con Hegel, al Otro del significante producto del encuentro con los lingüistas. La incompletud del Otro es un hecho de estructura, y por eso al final de los años ‘50 es definido como A tachado, este Otro está marcado por una falta.

Lacan nos introduce en esa inquietante experiencia de la presencia del Otro. Más inquietante aún, en tanto que es un Otro sin Otro. (8) En el Seminario 4 pone el acento en las tres formas de la falta de objeto, en el Seminario 10 realiza la revisión del estatuto del objeto y nos presenta una falta irreductible al significante. Nos encontramos en una enseñanza en actos, un período de giro a lo real, donde la angustia es la cita, el nuevo  anudamiento entre el sujeto y el Otro; un corte que podemos ubicarlo a partir del límite que lo simbólico presenta, el matema SȺ –significante de una falta en el Otro– escribe lo que por estructura no se articula en lo simbólico y que como tal, queda por fuera de la cadena significante.

 

Che vuoi? Bisagra

En el grafo nos plantea las condiciones de existencia del sujeto, dado que éste no es un punto de partida, sino que se constituye pasando por el lugar del Otro, en tanto que la estructura del lenguaje –a esta altura– pre existe al sujeto. El lado derecho es el del Otro y el izquierdo el del sujeto, se trata entonces de localizar cómo es subjetivado lo que viene del campo del Otro.  Se convoca a un Otro al que le falta algo y esta falta es lo que Lacan ubica en el segundo piso del grafo con el matema significante de una falta en el Otro. Esto implica, entre otras cosas, que el Otro nada puede decirle al sujeto sobre “tu eres esto o aquello”, no habrá un significante que pueda responder por lo que es.

En el primer piso del grafo tenemos lo que se produce cuando el ser viviente padece la estructura del significante; en el segundo –que es el que me interesa en este momento– se trata de que el sujeto ya asume el acto de hablar, momento lógico donde se constituye la cadena significante inconsciente en tanto que discurso del Otro, es así como en “Subversión…” advertimos que el uso que hace de la referencia ya no va por la dinámica de lo imaginario y no será el diablo quién encarne esa voz, sino que estará vinculada a un nuevo compañero y al “saber-hacer” de éste.  El che vuoi? se presenta como una bisagra, pueden leerlo en la pág. 775 (9), es función del analista encarnar esa pregunta y así se produce ––consentimiento del sujeto mediante– una apertura al segundo piso del grafo.

 

Mantis religiosa

En las coordenadas del “Seminario 9”, en la sesión del 4 de abril del ’62 (10), plantea la relación de la angustia con la presencia del Otro, anteriormente se sirvió de la mantis religiosa en los Seminarios 5 y 8 con relación a la perversión animal y de allí a ciertas puntuaciones sobre la sexualidad, el erotismo y el goce sexual femenino. En este seminario, la mantis es convocada en relación al deseo del Otro, plantea que la angustia es la sensación del deseo del Otro.

En el apólogo Lacan arma una escena donde se encuentra en una habitación cerrada, a solas con una mantis religiosa; se sabe vestido con los ropajes del macho de la especie, y mira su imagen en el ojo de la mantis. Entonces sabe sobre su ropaje de mantis macho y puede verse en el globo ocular de la hembra, se pregunta ¿esto es la angustia? y responde que solo está cerca, dado que la angustia se trata “hablando con propiedad, de la aprehensión pura del deseo del Otro, como tal, si justamente desconozco, ¿qué?, mis insignias; a saber, que yo estoy vestido con la piel del macho. No sé que soy como objeto para el Otro”. Un mes después, acentúa que si en un comienzo habló de la imagen que se reflejaba en el ojo, era para decir que la angustia comienza a partir de ese momento esencial en que esa imagen falta.

 

Che vuoi ?– angustia, fantasma

En el Seminario 10, sin hacer referencia a Cazotte, y ligado (el che vuoi?) nuevamente a esa  presencia monstruosa, recuerda a sus oyentes el apólogo y parte de ese punto donde la imagen falta y dice: “Como yo mismo no sabía qué máscara llevaba, pueden imaginarse fácilmente que tenía alguna razón para no estar tranquilo ante la posibilidad de que, debido a algún error sobre mi identidad. La cosa quedaba acentuada por lo siguiente, que añadí, yo no veía mi propia imagen en el espejo enigmático del globo ocular del insecto”. (11)

El sujeto queda confrontado a una falta: no sabe qué es para el Otro, busca una imagen en el globo ocular (espejo regulado por el Otro) qué le diga cuál es su imagen i(a), pero esa imagen falta, hay un nuevo estatuto de lo imaginario, en tanto que está agujereado. El sujeto queda confrontado con la pregunta ¿qué soy para el otro?, ¿qué me quiere? Lacan nos hace llevar esa pregunta un poco más lejos, qué quieres como objeto de tu deseo, y también qué quieres en lo concerniente a este lugar de yo, a esa imagen que buscas en mí para tu deseo. Ubica a la angustia en suspenso entre los dos pisos del grafo: d – $<>a; i(a) – m, entre el deseo y la identificación narcisista.

El che vuoi? será, entonces, la pregunta con la cual el sujeto tiene su encuentro –siempre contingente– con el deseo del Otro; mas allá de lo que el Otro dice, más allá de lo que el Otro pide, incluso en su silencio: ¿qué quiere?, ¿qué me quiere? El fantasma aparece como respuesta.

“La castración –nos dice Lacan– no es, a fin de cuentas, nada más que el momento de la interpretación de la castración”. (12)

 

Notas

(1) Carlos Jurado, responsable, Rosana Salvatori, Brigida Griffin y Mónica Boada.

(2) Cazotte, J.: El diablo enamorado, Madrid, Siruela, 1985.

(3) Lacan, J.: El Seminario, libro 4, La relación de objeto, Paidós, Buenos Aires, 2007.

Lacan, J.: El Seminario, libro 6, El deseo y su interpretación, Paidós, Buenos Aires, 2014.

Lacan, J.: El Seminario, libro 10, La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006.

Lacan, J.: El Seminario, libro 16, De un otro sin Otro, Paidós, Buenos Aires, 2008.

Lacan, J.: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos 2, 2da. edición Siglo XXI Editores Argentina,  2008, pág. 775 y siguientes.

(4) Lacan, J.: El Seminario, libro 4, La relación de objeto, Paidós, Buenos Aires, 2007.

Lacan, J.: El Seminario, libro 10, La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006.

Lacan, J.: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos 2.- 2a ed.  Siglo XXI Editores Argentina,  2008, pág. 775 y siguientes.

(5) Lacan, J.: El Seminario, libro 4, La relación de objeto, Paidós, Buenos Aires, 1994, pág. 171.

(6) Ibíd., pág. 154.

(7) Ibíd., pág. 157.

(8) Hay un trayecto en Lacan que va de “hay Otro del Otro” a “un Otro sin Otro”, los referencio al Texto de Miller Un Otro sin Otro. http://www.freudiana.com/articulos.php?idarticulo=71#footnote-238-2-backlink

(9) Lacan, J.: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos 2.- 2a ed.  Siglo XXI Editores Argentina,  2008, pág. 775 y siguientes.

(10) Lacan, J.: “El Seminario 9, La identificación”, sin editar.

(11) Lacan, J.: El Seminario, libro 10, La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006, pág. 14.

(12)  Ibíd., pág. 56.