¿Qué política para la biblioteca? Por Rosana Salvatori

Por Rosana Salvatori

Debo decir que en cuanto recibí la invitación a participar de esta noche acepté con entusiasmo y me aferré al afecto sin saber de qué hilo iba a tirar para tramar algo que provocara la conversación entre nosotros, cuál era la propuesta.

Al recibir el argumento que elaboró la Secretaría, recorté lo siguiente: “poner al trabajo los principios políticos que fundan una biblioteca del campo freudiano…con las coordenadas de la época que nos atraviesan”. Es una buena propuesta que puede ser tomada en el sentido en que fueron planteadas las noches de biblioteca: leer un texto. Leer como nombre posible del deseo del analista.

Los principios que fundan una Biblioteca del Campo Freudiano pueden resumirse en las palabras de Judit Miller: “Una Biblioteca de la Orientación lacaniana es una de las modalidades de trabajo en el Campo Freudiano. Lo que tiene al menos consecuencias”.(1) Entonces, en primer lugar,  los principios políticos que fundan deben ser medidos por las consecuencias.

En ese mismo texto de la FIBOL, Judith ubica 5 puntos a modo de declaración de principios. Tomo algo de 3 de esos principios:

1) “La FIBOL sigue desde hace años una orientación política tendiente a situar a las Bibliotecas como eslabón práctico, en su lugar de acción lacaniana, con los aficionados al psicoanálisis y con la opinión ilustrada de cada ciudad.”

En la Sección, desde su creación en 2013, la Biblioteca tomó el sesgo de poner en acto la extensión del psicoanálisis, siempre anudado a la intensión en una relación de extimidad. Fue la propuesta de Lacan para su Escuela, los temas del Otro social, de los otros discursos, aparentemente exteriores, se vuelven lo más interior de la institución analítica. La formación de los analistas se sirve de esta topología moebiana. De estos tiempos fundacionales cuyo responsable fue Carlos Jurado, los remito al texto de Carlos publicado en la revista Colofón número 35, donde señala: “ubicamos la creación de la Sección como ese acto político que dio lugar a una nueva sección de la EOL y lo anudamos a la acción lacaniana en nuestra ciudad. Recuerda allí la actividad de la noche de biblioteca en que se presentó el seminario 6 de Lacan con la representación por parte de un actor platense de dos fragmentos de Hamlet, permitiendo “captar in situ la diferencia que Lacan sostiene entre leer una obra de teatro de Shakespeare  y ver su representación” (2). Las consecuencias de esos principios que Lacan sostuvo: la inclusión de no analistas, fueron de una fuerte repercusión en la ciudad, particularmente en algunas facultades: Bellas Artes, Letras, en el Departamento  de Filosofía.

Una política de acción lacaniana que se sostuvo fuertemente, por ejemplo, en las Ferias urbanas culturales.

2) “Tiene una política de adquisiciones que da prioridad al psicoanálisis”. En este punto, me gustaría conversar sobre la política que nos fuimos dando tanto respecto de las donaciones que recibimos como de las decisiones de descarte, ya que una biblioteca es no-toda no solo porque no va a contener nunca todos los libros, sino porque nos reservamos el derecho a la elección de su contenido tanto por el problema de la capacidad física como del criterio político que vamos forjando acerca de qué libros queremos atesorar y ofrecer a la comunidad.

Quiero señalar también que esta gestión realizó un enorme trabajo, invisible, de selección y ordenamiento de no sé qué cantidad de libros archivados en cajas. Se necesitó poner el cuerpo innumerables veces para ese trabajo. Me gustaría que nos comentaran más en detalle este trabajo.

3) “Sostener polémicas, practicar la discusión e instruirse en nuevas fuentes… Por ello las Bibliotecas de la Orientación Lacaniana no pueden contentarse con poner a disposición de los lectores una gama lo más amplia posible de volúmenes, sino que deberán poner empeño, en particular, en la organización de presentaciones, conferencias, debates y cualquier otra forma de ampliar, subrayo el ampliar, el terreno de las discusiones con ocasión de las obras que vayan apareciendo, para poner así de relieve la lectura que de ellas permite hacer el Campo Freudiano”.

Me parece fundamental esta perspectiva. La Biblioteca puede organizar actividades permanentes como encuentros de lectura abiertos a la comunidad, de algún texto de psicoanálisis o afín al psicoanálisis, referencias en la obra de Lacan, de Miller, etc. Un poco a la manera en que se organizó el “Busca cartel” como un dispositivo permanente, con día y horario fijos. Por otra parte, estos grupos pueden ser un terreno fértil para la conformación de carteles. Tener en cuenta que cuando se presenta un libro nuevo en las noches, se puede por ejemplo organizar una entrevista con el invitado en la radio, en un diario, en algún medio de comunicación. Alguna vez lo hicimos. Tuvo efectos.

Ampliar el campo, volver a la biblioteca un lugar cada vez  más deseable, creo que son acciones necesarias en esta coyuntura post pandemia en la época  del Otro que no existe. Renovarle la cara visible para que los libros sean consultados. Ampliar el campo de las transferencias de trabajo con la Escuela y con el Campo Freudiano en las conversaciones con otros discursos, que tengan un lugar para hacerse escuchar. Dijo Eric en la entrevista que le realizamos en el momento de la fundación de la Sección: “Esta resonancia del discurso analítico a través de los otros discursos o del arte, en general, es algo que siempre tuvo un lugar destacado en la orientación lacaniana. Lacan hace vibrar el discurso universal con sus referencias múltiples a la cultura, tan precisa y profunda que permite, al inscribirse la tradición lacaniana en este surco precisamente, acoger, dialogar, con las fuerzas vivas que hay en el lugar.” (3)

Recuerdo también el piropo que nos dirigió, su reconocimiento: “Una biblioteca no solo es de libros silenciosos en las paredes. Una biblioteca es también hacer hablar a los libros. Implica presentar libros y ésto en Argentina especialmente, es algo que se sabe hacer aquí” (4). Cada actividad de presentación de libros estuvo a la altura de ese saber hacer en la Sección, mientras que estos dos años nos trajeron la novedad de un trabajo sobre la operación lectura, tan pertinente como la presentación de libros para una Secretaría de Biblioteca.

Sabemos todos que los años de pandemia provocaron la discontinuidad de lo presencial y sus efectos de impasse. La pandemia tuvo la potencia de reforzar lazos a la vez que el hastío de las pantallas lo amenazaba. Estamos saliendo. Recuperando de a poco lo que Spinoza llamaba hilaritas colectiva, la “alegría integral que un cuerpo alcanza cuando se halla en plena posesión de su potencia de afectar” (5). Una biblioteca en el reverso de la biopolítica es entonces la que posibilita hacer hablar a los libros orientada por la lógica del no todo, la que supone a los cuerpos hablantes, una política, como señaló Luis Tudanca, “de cuerpos afectados por otros cuerpos en tanto cuerpos de las pasiones tratados por una política”. (6)

Notas bibliográficas:

(1) http://www.nel-amp.org/index.php?file=Bibliotecas/FIBOL.html

(2) Jurado, C.: “¡Una Biblioteca más!”, en Revista Colofón N°35, Acto Político, Grama, Buenos Aires, 2015, pág. 61.

(3) Tres preguntas a Eric Laurent, Blog de la Sección La Plata, Escuela de la Orientación Lacaniana, 28 de diciembre de 2013. https://blog.eol-laplata.org/index.php/tres-preguntas-a-eric-laurent/

(4) Ibid.

(5) Tatián, D.: Spinoza disidente, Tinta Limón ediciones, Buenos Aires ,2019, pág.74.

(6) Tudanca, L.: X ENAPOL, “Lo nuevo en el amor. Modalidades contemporáneas de los lazos”.