Presentación

¡QUÉ HISTORIA IDIOTA! Segunda Noche de Biblioteca. 11 de septiembre

Camilo Cazalla

En El Seminario, Libro 14, en el apartado “La economía del fantasma”, más precisamente en el capítulo “La cuestión del goce”, luego de sostener “No hay Acto sexual” y “Solo hay goce del cuerpo”, en lo que resulta un claro antecedente de las fórmulas de la sexuación, Lacan introduce la cuestión del valor de goce y la pregunta por el goce femenino. Nos habla, en definitiva, sin decirlo así, del desplazamiento que la significación fálica introduce entre el cuerpo y el goce. 

Tomando la dialéctica de Hegel nos dice que el amo goza del esclavo, por lo cual su goce se encuentra ya desplazado. Podemos decir que es el precio que paga por ser amo. El goce del esclavo será metáfora del goce del amo, pero ¿de qué goza el esclavo? Del cuerpo.

Quiero leer un párrafo que resulta importante: “(…) la relación entre el hombre y la mujer está sometida a funciones de intercambio, lo que a su vez implica la existencia de un valor de cambio (…) la parte necesaria para constituir el valor de cambio se toma del goce masculino en la medida en que éste sabemos dónde está”. (1)

Y en la página 314 dice “el cuerpo de la mujer que es mi -mi mujer- es ahora la metáfora de mi goce (…) Pues bien, este goce está justamente en tela de juicio y ello constituye la dificultad del acto sexual. La cuestión es saber cuál es”. (2)

Bien, vamos a la referencia que toma Lacan de la comedia romana, antigua. Se trata de La Andriana de Terencio, del Siglo II a.C., recordemos que Terencio fue un esclavo que escribe esta historia a los 19 años con el permiso de su amo quien además le cede su nombre.

Argumento: Dos señores romanos Simón y Cremes acuerdan el casamiento de sus respectivos hijos Pánfilo y Filomena. Rápidamente se advierte que Pánfilo está enamorado de Gliceria, que es hermana de una cortesana y que espera un hijo suyo. Cremes busca cancelar la boda. Davo, el esclavo de Simón, conduce mediante engaños y enredos a realizar una falsa boda y convence a Pánfilo a que finja aceptar el casamiento y rehusar de su amada para no desahuciar los deseos de su padre. Finalmente se descubre que esta mujer Gliceria, es hija de Cremes, y que se la creía muerta luego de un naufragio en la isla de Andrios, de ahí “La Andriana”. La comedia se resuelve con el casamiento de Pánfilo y Gliceria y Filomena se casa con un amigo de Pánfilo, Carino.

Qué nos dice Lacan de esta comedia “¡Qué historia idiota!” (se refiere a ella como la eterna historia de los reconocimientos) y agrega “Lo lamentable de razonar así es que no ven que en toda esta comedia solo hay una persona interesante y que se llama Davo (…) es un esclavo, es el que maneja todo, es el único inteligente entre todas esas personas (…) El Padre desempeña el papel paterno hasta el grado esperable de embrutecimiento, un grado en verdad redundante. El hijo es una pobre criatura extraviada por completo, las hijas en cuestión no interesan a nadie. Pero hay un esclavo que lucha por su amo, si bien de un minuto a otro corre el riesgo -está escrito- de ser crucificado, y él lleva las cosas con mano de amo.” (3)

De esto se trata la comedia antigua, aunque para nosotros tiene un solo interés: el de mostrarnos lo que ocurre con el goce una vez que, habiéndose introducido entre el cuerpo y el goce la función del sujeto, se produce entre ambos un pequeño movimiento de desajuste. Verchiesbing (desplazamiento).  

Notas

(1) Lacan, J.: El Seminario, Libro 14, La lógica del fantasma, Paidós, Buenos Aires, 2023, pág. 316.

(2) Ibíd., pág. 314.

(3) Ibíd., pág. 315.