VI JORNADAS DE LA EOL SECCIÓN LA PLATA: INTERPRETAR LA VIOLENCIA, 2 de noviembre de 2019
Paula Vallejo
Antes de comenzar, quiero agradecer en nombre del Directorio a todos aquellos que han trabajado para construir esta VI Jornada Anual de la EOL Sección La Plata; en primer lugar a la Comisión Científica, por la elaboración del precioso Argumento que nos orienta en este camino difícil que nos hemos propuesto, a la Comisión de Bibliografía, que aportó las citas para las contribuciones preparatorias de los boletines, y a los colegas de la Comisión organizadora quien junto a su Directora, Cecilia Fasano, hicieron todo, pero todo, lo que se puedan imaginar para darle a este evento un relieve único. También a quienes han sabido responder a la convocatoria y han decidido participar con el envío de trabajos para las mesas simultáneas, y a los colegas invitados de la EOL, y de las Secciones, que gustosamente han comprometido su presencia y su trabajo para este día. Una Jornada es un tiempo de concluir un trayecto epistémico y una apuesta a lo que allí acontezca, con la posibilidad para cada uno, de recoger un saldo singular y abrir, a partir de allí, otros caminos. Por eso, merece ser también un momento de celebración.
Cuando llegó el momento de pensar con mis compañeras del Directorio en un tema para estas VI Jornadas Anuales, tuvimos en cuenta la propuesta de trabajo planteada para este año en la Sección, que como muchos saben, se orientó en torno a la cuestión de la interpretación. Si bien es importante y muy necesario para la formación el abordaje de diversos aspectos de la enseñanza del psicoanálisis en intensión y su articulación con el estado actual de la misma, nos pareció que, además, hacía falta abrir el horizonte epistémico para alojar lo que como psicoanalistas nos interpela hoy respecto de las nuevas formas dellazo, en una perspectiva más clínica. Decidimos entonces centrarnos en el tema de la violencia, tan vigente como fenómeno de masas en estos momentos e interrogarnos acerca de qué puede hacer el psicoanálisis con la violencia, si es posible interpretar la violencia, y en ese caso, cuál/es podrían ser las interpretaciones capaces de producir una incidencia del discurso analítico no sólo en las subjetividades singulares sino también respecto delo colectivo y sus modos de agrupamiento.
Los síntomas del odio y de la violencia están extendidos en el campo social pero también irrumpen en las instituciones y en los consultorios, reclamando una respuesta singular desde el psicoanálisis. El feminismo, la segregación, el racismo, el fanatismo, se presentan directa o indirectamente ligados a estas manifestaciones violentas.Por ello, nos interesó proponer un marco de trabajo para repensar estos fenómenos, diferenciarlos, y estudiar qué tiene el psicoanálisis para decir, cómo interpreta estos acontecimientos en su raíz singular y pulsional. Interrogarnos sobre su relación, – o no- con la represión, y con el rechazo de la alteridad y la caída de la autoridad. Preguntarnos también qué puede aportar el psicoanálisis para ir en contra de su consistencia imaginaria.
Hubo mucho trabajo preparatorio para llegar al día de hoy. Muchos colegas de la Orientación Lacaniana aceptaron el desafío de aportar su granito de arena, y con todos ellos hemos podido construir el marco epistémico de esta VI Jornada, que hoy nos tiene reunidos en este imponente y querido Colegio Nacional de La Plata, jornada de la cual esperamos, a lo largo del día, poder extraer algunos efectos de formación.
Pensando en la Apertura, evoqué las imágenes de una exposición que tuve oportunidad de ver en la Pinacoteca de San Pablo, cuando viajé en septiembre con motivo de la realización del IX Enapol. Se trata de la exposición de la artista portuguesa Grada Kilomba, titulada “Desobediencias poéticas”, en alusión a esa práctica única que ella sostiene, y con la cual desobedece poéticamente las diversas disciplinas, perturbando las narrativas comunes de las galerías de los museos con un “lenguaje descolonizado nuevo y urgente”. “¿Quién habla? ¿Quién puede hablar? ¿Hablar sobre qué? ¿Y qué sucede cuando hablamos?”. Son preguntas permanentes en las obras de Kilomba, en las que crea imágenes singulares para desmantelar los conceptos de conocimiento, poder y violencia.
De las 4 obras que componían la muestra, me impactó, sobre todo, un video en el que la artista presenta el mito de Edipo no desde la perspectiva del deseo sino como una historia de la violencia. La imagen de la esfinge aparece allí como el símbolo de esta condición: el personaje mítico interroga a Edipo acerca de su saber, recordándole que algo terrible ha pasado y que nadie puede escapar a su propio destino. La esfinge, que devora a quienes no saben, libera aquí a quienes sí. El mito deviene, en el trabajo de la artista, una metáfora de las políticas patriarcales y coloniales de la violencia, la rivalidad y el genocidio contra los cuerpos negros y marginalizados. Una lectura otra, poética, subversiva, de algo que nos es tan próximo como el mito de Edipo.
El arte, sin dudas, es capaz de transformar muchas cosas. Y siempre se nos adelanta a la hora de proponer una subversión a los discursos establecidos. Por eso mismo,a los psicoanalistas nos resulta imprescindible sostener un diálogo con los artistas. Aprender de ellos, que también se enfrentan -como el psicoanálisis- a lo que no tiene palabra. Por ello, hacia el final de la tarde, tendremos una conversación con dos artistas y dos psicoanalistas, que aceptaron tomar la palabra sin demasiadas consignas, más que una pregunta: ¿Se puede tratar la violencia? A la cual agrego: ¿Podemos interrogarnos acerca de los discursos del odio que imperan hoy en la cultura, y ser capaces de producir algo que resista a los “discursos que matan”?
Ya decía Lacan en su Seminario 5, que “lo que puede producirse en una relación interhumana es o la palabra o la violencia.” (1) La degradación de la palabra, la incredulidad respecto de su valor y su sustitución, muchas veces, por “la violencia silenciosa del algoritmo” interpelan al psicoanálisis hoy y hacen entrar a la pulsión de muerte como convidado de piedra en la escena analítica. De allí que, como señaló, nuestra colega de la EOL Nieves Soria, en un breve texto de contribución para nuestra jornada,”la importancia política del discurso analítico en esta época consiste en algo tan simple y raro como ese encuentro único, real, en el que al sujeto se le da la palabra. No el eslogan, el hashtag, el like, sino una función poética que le devuelve su dignidad”.
Para finalizar y dejar inaugurada esta VI Jornada de la EOL Sección La Plata, me permito citar a Guy Briole, colega de la AMP, quien,entrevistado por la Comisión organizadora, nos indicó una dirección que vale la pena recordar hoy: “Poseedores de ninguna verdad, nunca hay que apresurarse a concluir; más bien tomarse el tiempo de reflexionar, de tratar de ver lo que está en juego, sin desviar la mirada. El psicoanálisis debería permitir esa mirada no distanciada, (una mirada) que nos compromete y nos hace también responsables.
Notas:
(1)Lacan, J.:El seminario, Libro 5,Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires, Paidós, 2009, p. 468.