Germán Aníbal Schwindt
Notas por el estilo
“¿Por qué se volverían nuestros maestros europeos en psicoanálisis hacia las culturas de esta América, al parecer propicia al psicoanálisis, si nosotros no lo hemos hecho?”.
Carmen González Táboas (1)
Las dos citas que acompañan la invitación a conversar con ustedes articuladas al título, a la anterior Noche de biblioteca, y a la política actual de la Sección en su interés con respecto a la enseñanza y la transmisión del psicoanálisis, me llevaron a considerar algunos temas que estoy estudiando con otros colegas en distintos carteles con la pertinencia y fortuna que el encuentro plantea a tal intertextualidad.
Preguntar sobre la lectura no es preguntar por leer la grafía de letras que no vemos, aunque también lo es, siendo que estamos en un discurso que torsiona y contrapone la inercia de la significación, donde no escuchamos como oímos, voz no se subsume en fonación así pues ¿con qué escotoma al desoir leemos?
Cuando leemos ¿interpretamos? es decir estamos en la pregunta por la lectura en el plano de la interpretación. Están al tanto que con el cartel conformado por Claudia Nuñez como Mas Uno, Laura Arroyo, Adriana Saullo, Laura Aranciaga y Silvina Molina estamos estudiando en un Seminario diurno anual de la Escuela sobre estas cuestiones. Una particular lectura hace a la interpretación analítica, hay otras, su lectura es entrelíneas, lo que si me permiten la metáfora, la lectura de lo que no se comprende lee en los espacios en blanco del discurso; siguiendo ese precioso libro de Bassols Lecturas de la página en blanco – la letra y el objeto- (2).
Leemos o más bien tendemos la experiencia, desde una envoltura formal del síntoma a que quien viene “se lea”, en ese pasaje de venir a contarnos, de un llamado a la comprensión, a leer-se en lo “que se diga”. Comprensión que considero no hay que menospreciar, pues el llamado a la comprensión, el ponerse en el lugar del otro, que es una de las maneras de la identificación como unión, como apelación al todo que tal unión supone, es un tiempo de la transferencia sobre el cual intervenir en la línea del producir un movimiento rectificatorio, que recurrirá al significante hacia dos vaciados no identitarios, “el sujeto hendido” y “el objeto en la hendidura”. (3)
¿Qué quiero remarcar con esto? Un psicoanálisis es una experiencia donde el objeto voz, no como caracterización del superyó ni como alucinación, que son dos de sus tratamientos predominantes, sino también donde voz, como estilo, están concernidos en que alguien “se lea”. Producción de ese objeto, en la modulación de su estilo im-propio, considerado este como: otra manera de decir lo singular.
Voz y estilo es un tema que estudio en un cartel hace dos años, sobre “Psicoanálisis y literatura”, en el cual Rosana Salvatori hace de Mas Uno junto a Eugenia Straccali, Ricardo Bizarra y José Ioskin. Agradezo a este último el texto “La poesía del Martín Fierro-“en la Revista Hablar de Poesía número 41, donde menciona desde cierta perspectiva de la voz a Fierro y a Cruz en tal obra. El procedimiento de Gabriela Cabezón Cámara con Las aventuras de la China Iron, podría considerarse en estos términos un deslizamiento paródico, tal vez un “carnaval a la Bajtin”, de la voces de la gauchesca, a la inversa de las impresiones de Anastasio El Pollo sobre el Fausto, narradas por Estanislao del Campo, valga la digresión.
De estilo, algunas esquirlas.
Figuras de estilo, resaltadas ya por Freud en su interés en la escritura “figural” del sueño, por medio del valor de las palabras antitéticas (4), retomadas por Lacan en 1957 (5) y por Masotta, del cual esta cita “… para entender a Lacan no solo es necesario un cierto contacto con su estilo, convertir en hábito su lectura, sino leerlo simultáneamente desde la perspectiva de su propia teoría, la misma hacia la que conduce su estilo” (6). Cita que hace de prefacio al artículo “Lacan por el estilo” de Germán García (7).
Este punto puede conectarse con lo que Jean Claude Milner entrevistado por Juan Pablo Luchelli dijera en Claridad de todo (8) entre las páginas 62 a 67 sobre el arte de escribir y el exoestilo en Lacan. Lectura que le agradezco me señalara Luis Martínez desde Neuquén, con el cual compartimos un cartel interprovincial ampliado junto a Valentina Minieri desde Ushuaia, Silvia Nuñez y José Luis Tuñon desde Comodoro Rivadavia, y desde CABA Carolina Alcuaz y Claudia Castillo como Mas Uno.
Nota al pie, que no es al pie, ¿por qué insisto con los carteles? Entre otras cosas, porque en este contexto de pandemia, posiblemente sean los primeros dispositivos institucionales en relanzar los encuentros en presencia entre colegas en nuestra comunidad analítica, además de los análisis.
En el Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje de Ducrot y Todorov (9) , las figuras de estilo son partículas del lenguaje carentes de cualquier significación y que se entretejen cuando alguien toma la palabra y es tomado por ella.
En esto el tiempo en la lectura, la entonación, importan tanto como los signos de puntuación, en estos considero es posible indicar la inserción del tiempo del silencio entre las palabras. No se trata sólo de que comprendamos que son el punto, la coma, los puntos suspensivos, etc. En una vida un punto y seguido puede durar toda ella… La experiencia analítica de los cortes de sesión tal vez sea más afín a los puntos suspensivos y a los puntos y aparte.
El estilo, “decepción de una espera” así mencionado por Román Jakobson, considerémoslo para su estudio, en tanto producción limitada por lo posible del simbólico, uno de los nombres de lo real, es también el estilo de cada quien hecho con la argamasa de su “vocabulario” en cada idioma, el cual presentifica al lenguaje como excrecencia erosiva de lalengua en un cuerpo.
No menciono idioma con ingenuidad.
El elogio a la detención en el detalle significante ¿cómo es que estamos comprendidos en los efectos de discurso? No solo quienes nos consultan sino nosotros, no solo en el analítico.
En el El Seminario, Libro 19 Lacan afirma taxativamente, que lo que puede hacer con ciertas palabras del francés no lo podría hacer con otro idioma. Es para prestarle suma atención, subrayarlo y volverlo a subrayar, ya que no solo problematiza el alcance de la lectura de una traducción desde un lenguaje meta a un lenguaje objeto, como diría Patricia Wilson en su Constelación del sur (10), sino que si lo tomamos al pie de la letra, podríamos abrir el ejercicio de argumentación a los usos que las palabras que cada idioma posibilita o no.
En otros términos, en la argumentación analítica en español, nos haremos un buen favor y se lo haremos al psicoanálisis, en el intento por formarnos en las variadas producciones que este idioma ha realizado y realiza; ya que hay márgenes imposibles de traslado de conceptos que no pueden ser subsanados por ningún intento de lengua formal común, ni por un habla forzada y agramatical, que resulta a sinsabor cuando ni transmite ni enseña.
“El estilo es lo que transmite”, me dijo Graciela Musachi en una ocasión, lo cual me llevó a considerar que esto no refiere a copiar el estilo de Lacan para transmitir, lo que sería inclusive comprenderlo muy muy bien, tan bien como para oscurecerlo, sino los alcances de construir una “voz de estilo”, hasta donde sea posible, ya que, y vuelvo con esto a la pregunta inicial, ¿nosotros qué y con qué leemos?
Algunas ocasiones, leeremos entrelíneas, del y por el estilo, en lo que no se comprende del significante hacia la voz analizante, gracias a los claroscuros de la formación del gusto analítico.
Leemos por y con, el gusto.
Nota:
Para la lectura de Leónidas Lamborghini, “Oíd lo que se oye” -parte 4 de “En el camino su”-, El Riseñor, , Ediciones Marano-Barramedi, .Buenos Aires, 1975, luego en 1980 publicado aparte en Episodios como “Seol”.
Disarmónico, ruptura de la significación con el uso del corte significante, figura de estilo del anacoluto que el autor denominara “tronche”.
Oíd lo que se oye
lo mortal
lo que se oye.
—oíd: el ruido de lo roto en el trono de la identidad
en
lo dignísimo.
—oímos
respondemos: el ruido de lo sagrado de lo unido en
lo dignísimo de
la identidad que se rompe.
oímos lo abierto a lo mortal. la salud rota en
lo mortal: el grito.
—oíd lo roto. lo mortal en libertad. la libertad de lo mortal.
oíd: la libertad de lo roto. el grito.
el trono. el ruido de lo mortal en el trono de lo sagrado
del trono de la identidad.
el ruido de lo roto: la identidad. el trono.
—respondemos: oímos en el ruido el ruido. oímos en el ruido el
ruido. lo sagrado roto o
lo que se une. la identidad en el trono de lo dignísimo o
lo que se rompe en lo unido que se rompe y
abre.
las cadenas rotas de la identidad que se rompe y une. oímos
en lo mortal lo mortal que oímos. lo que se abre a lo mortal:
el grito.
—oíd lo que se oye
oíd lo que se oye.
—oímos el grito de lo mortal de
lo roto de las cadenas. oímos el ruido de lo mortal
en el trono. oímos en el ruido el ruido de lo roto de
las cadenas. de la identidad unida que se rompe y
une: —respondemos
respondemos.
—oíd lo que se oye: en el camino su oíd la salud rota
en el trono. en sus cadenas.
las cadenas de la libertad de lo mortal en el trono
en lo que está coronado o de gloria que se rompe o
une.
—oímos en el ruido el ruido. oímos en lo roto lo
roto coronado que
se rompe.
—oíd lo que se oye. —oíd lo que se oye. —oímos lo que se abre:
respondemos. lo que está abierto
en el ruido. respondemos respondemos.
oímos en el ruido el ruido. el grito. el trono
de la identidad que se abre a lo mortal. el ruido de
lo mortal. el ruido en
libertad de las cadenas. el trono en la gloria de lo
dignísimo de la identidad de
lo sagrado de la identidad coronado o
que se rompe. o que se abre
en el camino su de. y se rompe o une y se une y rompe.
respondemos respondemos.
—oíd lo que se oye. oíd
lo que se oye.
—oímos la libertad de lo unido o su gloria o lo roto
que se rompe o une, el ruido de la identidad unida que
se abre rota. lo mortal.
oímos en el ruido el grito. el trono en la gloria de
la identidad unida o en lo mortal abierto
a
lo que se rompe. el grito
de la identidad en el trono
de lo unido en su gloria o
que se rompe y une en el grito.
en lo dignísimo de la identidad o
lo roto que
—oíd lo que se oye.
—oíd lo que se oye.
—oímos en el ruido el ruido. oímos
en el ruido el ruido. oímos. respondemos.
Párrafos enviados por la Comisión de Biblioteca, el Jacques Lacan El Seminario, Libro 19, O … peor
“Nunca hay que saltearse un significante. Es en la medida en que el significante no los detiene que comprenden. Ahora bien, comprender es estar siempre comprendido uno mismo en los efectos de discurso, discurso que como tal ordena los efectos del saber ya precipitados por el mero formalismo del significante”. ( pág. 149).
“El psicoanálisis, ¿qué es? Es la localización de lo oscurecido que se comprende, de lo que se oscurece en la comprensión, debido a un significante que marcó un punto en el cuerpo”. (pág. 149)
Bibliografía
(1) Carmen González Táboas, La cita fallida 3 – En Argentina. De la mirada la inventario.-, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2019.
(2) Miquel Bassols I Puig Lecturas de la página en blanco –la letra y el objeto-, Miguel Gómez Ediciones, Colección Ítaca, Málaga, 2010.
(3) Jacques Lacan El Seminario, Libro 19, O … peor (1971-1972), Editorial Paidós, Buenos Aires, 2012.
(4) Sigmund Freud, “El sentido antitético de las palabras primitivas (1910), Obras completas, Tomo XI, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1976.
(5) Jacques Lacan, “Instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, Escritos, Tomo 1, Editorial Siglo XXI, Primera edición en español 1975, aumentada y corregida en la decimotercera 1985, Argentina, 1988.
(6) Oscar Masotta Introducción la lectura de Jacques Lacan. Primera edición, Editorial Proteo. Buenos Aires, 1974. Segunda edición, Buenos Aires 1974, Ediciones Corregidor. Lecciones dictadas en el año 1969 en el Instituto Di Tella, sobre el Seminario de Jacques Lacan acerca de La carta robada, de E.A.Poe. Datos bibliográficos extraídos de http://www.descartes.org.ar/masotta-biblio.htm
(7) Germán García, “Lacan por el estilo”, Revista Imago, número 2, Buenos Aires, Noviembre 1974.
Datos bibliográficos extraídos de http://www.descartes.org.ar/germangarcia/textos.html
(8) Jean Claude Millner, Claridad del todo –de Lacan a Marx, de Aristóteles a Mao-. Ediciones Manantial, Buenos Aires, 2012.
(9) Oswald Ducrot, Tzvetan Todorov, Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, Siglo Veintiuno Ediciones, Argentina y España, 1974.
(10) Patricia Willson, La constelación del sur. Traductores y traducciones en la literatura argentina del siglo XX. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 2004.