LA FORMACIÓN DEL ANALISTA. Noche de la Instancia Diagonal. 7 de junio
Paula Vallejo
Para comenzar con esta Noche de la Instancia Diagonal, voy a hacer una suerte de marco, subrayando los acontecimientos que consideramos valen la pena ser puestos al trabajo entre todos.
Con sorpresa recibimos la noticia por parte del Directorio de la existencia de numerosos pedidos de admisión como asociados a la Sección en el año 2023, muchos más de los que habitualmente había años anteriores. Leímos este acontecimiento en parte como un efecto de la Política de Juventud que se puso en marcha el año pasado en la AMP. Pero no solamente. Sabemos que muchos venían ya haciendo un trabajo sostenido en relación a su formación y que también habían respondido a la invitación de la Escuela para participar en diversos espacios de gestión. El pedido de asociación se reveló para ellos como un paso lógico en la dirección de un mayor compromiso con la Escuela.
Otro acontecimiento que quiero subrayar es que, luego de 10 años de existencia de nuestra Sección, podemos verificar los efectos de que la Escuela en La Plata cuente, justo al lado, con un Instituto de formación en psicoanálisis, que llamamos Seminario del Campo Freudiano, del cual próximamente tendremos la primera publicación.
En su “Tesis sobre los Institutos”, Jacques- Alain Miller señala que “El Instituto no es la Escuela” y añade que “el discurso analítico tiende a autodestruirse. El saber supuesto que sustenta el psicoanálisis también lo corroe. Por eso es necesario un lugar a partir del cual el saber expuesto venga a ”. “El Instituto es ese lugar. Allí se verifica por excelencia la transferencia de trabajo.” (1)
Entonces, podemos afirmar que la pregunta por la formación, para nosotros, tiene al menos dos vías, que se descompletan: una de ellas se ordena en torno a la pregunta ¿qué es un analista?, en tanto preserva ese vacío central que nos hace trabajar y sostener nuestro modo de hacer Escuela. La otra vía se interroga respecto de cómo opera el psicoanálisis y aunque se apoya en programas y en una enseñanza sistemática, no por ello deja de poner de relieve un saber agujereado y abierto en el que cada uno debe poner de su parte.
¿Qué es hacer Escuela?
Es una pregunta amplia. Seguramente puede tener múltiples enfoques. Para mí, hacer Escuela es sentirme responsable de la formación que esta dispensa, es poner lo que cada uno tiene para poner, según su rasgo y estilo singular, al servicio del discurso analítico. Y desde allí, saber leer, cada vez, los puntos de impasse que revelan lo real en la formación, en el modo de llevar adelante la práctica, en la forma que tenemos de concebirla.
Al momento de decidir la inclusión en nuestra Sección de 15 nuevos asociados, conversamos en la ID sobre cómo sería su inmersión en la Escuela. Es decir, qué podía la Escuela ofrecer como lazo de trabajo, para que cada uno, en singular, fuera ubicando y encontrando su particular modo de habitarla.
En esa conversación, quedó en evidencia que no había que dar por sentado que los miembros y asociados antiguos -por decir así- ya saben todo lo que hay que saber sobre la lógica de Escuela. Porque ese saber no es un depósito acumulado sino que más bien se renueva con cada acto, cada acontecimiento que la Escuela vive.
Por ello, se nos ocurrió que sería fructífero que todos pudiéramos sostener una conversación sobre la formación analítica, qué lugar tiene en una Escuela como la nuestra, qué obstáculos encontramos, qué podemos proponer como orientación hacia el futuro. Con esa orientación decidimos propiciar la formación de cinco carteles, integrados cada uno por tres nuevos asociados, un miembro y otro asociado (de los antiguos), y les propusimos trabajar en relación al libro El nacimiento del Campo Freudiano, para luego reunirnos al cabo de un año, en una Conversación de los carteles. Esperamos, de ese trabajo, extraer algunos puntos vivos de su experiencia de inmersión en la Escuela.
Para iniciar nuestra conversación de hoy, a partir de los trabajos que escucharemos de Adriana y de Carlos, encontramos un punto de apoyo en un texto de Miller, poco conocido, que está publicado en el mencionado libro El nacimiento del Campo Freudiano. Es un texto breve, brevísimo podríamos decir, que contiene todo lo esencial para fijar el rumbo que la EOL se dio en 1992, a pocos meses de su fundación, y en ocasión de la publicación se su primer Anuario. El texto se llama “Prefacio al primer anuario de la EOL”.
De este texto-documento quiero subrayar un párrafo. Miller viene reseñando acontecimientos que fueron necesarios para la fundación de la EOL, como la disolución de los pequeños grupos, la inclusión de los independientes, y el acto de confianza indispensable en el que se reconoce una comunidad de trabajo. Y dice: “Pero todo esto no sería nada si ella (la Escuela) no se interesara prioritariamente en la formación, de la cual lo esencial se hace uno por uno”. (2)
Pasa luego a mencionar el control, el análisis y también a la Escuela como dispositivo de formación. “Si hace falta una Escuela es porque nadie puede garantizarse a sí mismo, y porque el discurso analítico no podría ser soportado, sostenido por uno solo”. (3) Y agrega también que es necesario “no olvidar jamás que la Escuela está hecha para el psicoanálisis y no a la inversa, y no para sus miembros”. (4)
Por último, quisiera situar esta Noche en una serie que se ha ido armando en estos días previos, serie que comenzó con la Primera Noche del Directorio en la que participó Jorge Assef, quien con el estilo que lo caracteriza nos transmitió valiosísimos trazos sobre la relación entre la formación del analista, la risa y lo cómico, poniendo especial énfasis en subrayar, a partir de la lógica de su caso, que la comedia siempre llega más lejos que la tragedia. Esa fue la primera escansión de la serie, luego la Noche de Carteles del miércoles pasado, donde se desplegó la propuesta de trabajar la idea de la Inmersión en la Escuela, y esta Noche de la ID, noche de Conversación, en la que esperamos hacer uso de este dispositivo, (la conversación) para volver a experimentar en acto no solo que el saber no puede ser soportado por uno solo, sino que además, el saber que más importa en la formación, es aquel por el cual es necesario pagar un precio libidinal.
Notas
(1) Miller, J.-A., “Tesis sobre los institutos”, Almanaque, revista del Instituto de Psicanálise e Saúde Mental de Minas Gerais, vol.1., Brasil, 1998.
(2) Miller, J.-A., “Prefacio al primer anuario de la EOL”, El Nacimiento del Campo Freudiano, Paidós, Buenos Aires, 2023, p. 286.
(3) Ibíd.
(4) Ibíd.