Naturaleza de una herida

LECTURAS: LA PALABRA QUE HIERE – EOL Sección La Plata, 29 de marzo de 2019

 

María Laura Errecarte

 

 

 

Una feliz contingencia realiza este nudo de trabajo entre el programa epistémico  propuesto por Paula Vallejo el año pasado  y la pronta salida (en aquel momento) de la  Lacaniana N° 25 en torno a la interpretación. Con esa idea se nos ocurre este encuentro, al  que luego el actual directorio le ha dado forma y puesta en valor.

En principio voy a hacer una lectura de esta Lacaniana N°25 (1), articulada a algunas resonancias propias del trabajo de la Primera Noche de Directorio: “La interpretación al pie de la letra “. Allí se  abordó  la cuestión de la interpretación de los sueños tomando su relato como un texto sagrado que, según Lacan debe ser tomado “al pie de la letra”. Fabián Naparstek poniendo en perspectiva el Congreso AMP del 2020, subrayó el “saber leer” y el “saber decir”, privilegiando la puntuación y lectura del síntoma.

Se trabajó  con un invitado no analista, Guillermo Beilinson, traductor de la Torá, apostando a descompletar el saber ya sabido y provocando un decir más allá de nuestra comunidad. Particularmente resalto de su intervención el valor de una enseñanza que si bien se  despliega según cierta “experiencia personal”, es un hilo que ya existe, si bien refiere que no tiene  puntuación, “el cambiar una letra puede cambiar el mundo, en tanto cambia el sentido”. Puntos de tensión del discurso religioso al centrarse en el valor de verdad y el valor de la letra, (puntuación que distingo),  pero que desconoce el valor de goce.

Eduardo Suarez por su parte habló de otra función de la  letra,  como el lugar donde se aloja lo reprimido. “La letra aloja el significante reprimido y el analista lo recupera a partir de una escucha ilustrada” (2). Por lo tanto hay que tomar el significante al ras de la letra, dar  relevancia a la puntuación y al corte, “extracción de una palabra del discurso del paciente”, extracción operada con la posición del analista que pone su cuerpo”. (3). La interpretación es siempre del analizante, trabajamos con los dichos que se recortan en presencia de un analista.

“La palabra que hiere” es el título de esta Lacaniana y de un texto de Jacques Alain Miller que diera en al año 2009 en un congreso de la NLS a propósito de la interpretación Lacaniana justamente. Rúbrica  que implica cierta diferencia a la interpretación freudiana, correlativa a la idea de inconsciente. Freud la inventa esencialmente como una traducción en relación a los sueños como un mensaje cifrado y se detiene en cuanto descifra o descubre el sentido sexual. La interpretación lacaniana va mas allá del sentido sexual apuntando hacia (y resalto este hacia, que luego retomaré), hacia la inexistencia de la relación sexual. Apunta, indica, más allá de si es verdadera o falsa, sin demandar asentimiento, sino que se mide por sus efectos. JAM afirma en este texto “La interpretación no es pregunta, no es un Puede ser, es la formulación de un Hay  en el extremo de un No hay”.  Lectura que no es traducción sino más bien, revelación que levanta el velo  y lee lo que no puede decirse. Es con este espíritu que se escribe ese texto en donde Débora  Ravinovich  lee y dice en su editorial: “No hay reglas para la interpretación, pero si las hubiera allí las hallarías”.(4).   

Interpretación como instrumento del analista que se acerca al del cirujano, en tanto hablamos de operación de corte, extracción y de herida.

 

En esa línea una pregunta orienta mi recorrido: ¿Cuál es la naturaleza de esa herida? Algunas puntuaciones:

 

1- En principio sabemos que su naturaleza no se apoya ni en la Biopolitica ni en una ética, referida a una herida idealizada en sentido trágico, donde se encontraría toda la verdad de un destino. Es un ética del bien decir orientada por un real de tal naturaleza donde el sentido quedaría suspendido. Su materialidad esta en relación al sin sentido, al  equívoco, a la agudeza del Witz.

Se trata no tanto  de “hacer ver algo”, sino más bien  de una ausencia que es de estructura.  Ausencia en relación a lo imposible de decir, «es la marca que toda interpretación que se quiera llamar Lacaniana lleva: la  marca de lo imposible-de-decir». Marca para un cuerpo hablante, una ausencia que  vuelve sensible a ese cuerpo.

Ana Laura Piovano en su texto (5), en esta revista, habla de la tiranía de la felicidad en los cuerpos biopolitizados,  sitúa el revés del psicoanálisis sostenido en  una ética donde la negación de la negación produce una nueva positividad, apuesta a lo forcluído por la ciencia.  “Síntoma en el que anida el goce singular que hace cuerpo”.

Acentuó esta positividad donde un cuerpo hablante queda afectado por una operación. Tendremos que demostrar en cada caso clínico la incidencia de dicha operación.

 

  1. «Hacia un significante nuevo». Este sintagma establecido para las dos clases del Seminario 24 de Lacan, que este riguroso y entusiasta comité de redacción elige publicar, seguir investigando y conversando en próximas noches en la EOL; implica una direccionalidad orientada, el “hacia” da una brújula, ilumina una ruta que orienta al psicoanálisis para salir de la deriva del bla-bla, de lo que aquí Lacan denomina “la estafa psicoanalítica en relación a la linguistería”, cuando dice “ giro en redondo, las letras escritas(6) en el sentido que giran, estaban embrolladas”. Se refiere a la insistencia de un S1 que llama al S2. Sin embargo afirma más adelante “si se trata de una estafa no lo es más que la poesía misma, en tanto cae justo en lo que es el significante”, algo muy especial que tiene efectos de sentido.

“Hacia un significante nuevo”, implica el compromiso con lo real, tanto una nueva alianza en el horizonte, como una nueva disponibilidad de libido hacia el final del análisis, aunque pueda estar de entrada.

 

3- Eduardo Suarez en relación a la práctica analítica decía: “Se trata de aislar lo que hay de escrito en la palabra, si bien en la experiencia analítica no trabajamos sobre lo escrito sino sobre la palabra pronunciada, la grama en la fonía, si queremos tocar un real”. ¿Se trata de lo legible en lo  audible, de ese canturreo que resuena en ese agujero privilegiado que nunca se cierra llamado oreja?

 

4-Por ultimo una viñeta clínica de P. Monribot (7) nos sacude y despierta con su “Sesión perforante”. Diría  interpretación  perforante, en la que el juego homofónico entre “Au revoir”,  hasta la vista, adiós y ‘Revoir” y volver a ver; interpretación que  agujereó las certezas e impactó  en la pulsión escópica de Zora. Como efecto de esa sesión perforante la paciente decide viajar a mostrarle sus hijos a ese padre antes que muera y queda disponible ante la posibilidad de que una hija dada en adopción al nacer quiera “volver a verla”. Se trata sin dudas de una herida que le permitió una vida más vivible.

 

Por si fuera poco la obra del  artista Lucio Fontana  nos pone la tapa sin tapón, perfora, agujerea, hiere la tela; cual interpretación que localiza y extrae sin agregar sentido.

Déjense atravesar, herir  por esta Lacaniana N° 25.

 

 

 

Bibliografía

 

1) Revista Lacaniana  N° 25 “La palabra que hiere”. Año XIII. Noviembre de  2018. Ed. Grama.

2) Lacan, J: “ La instancia de la letra en el inconsciente” Escritos 1. Siglo XXI Editores. 1988

3) Ibíd.

4) Revista Lacaniana N° 25 ´»La palabra que hiere». Año XIII, noviembre de  2018. Ed. Grama, pagina 7.

5) Ibíd. Página 153

6) Ibíd. Página 12

7) Ibíd. Página 165.