«LO TRÁGICO BAJO SOSPECHA». Jornadas EOL SLP. 26 de octubre. Trabajo Libre
Adriana Saullo
La itinerancia del personaje Medea en la tragedia que lleva su nombre ha convocado un sinnúmero de versiones teatrales. Me interesa ubicar dos modos de composición de este personaje; la del trágico Eurípides (1), y la de la poeta Chantal Maillard (2), porque considero que algunas de sus concepciones están presentes en la experiencia analítica. Si bien Lacan no hace un desarrollo de esta tragedia, sí la menciona en el escrito “La Juventud de Gide” (3) en cuyo prefacio encontramos una cita en griego de un verso de la tragedia Medea de Eurípides (4). Yendo a esta pieza, estrenada en el 431 a C, una breve reseña del argumento. Nieta del dios Helios -el Sol-, Medea es una extranjera con poderes mágicos que enamorada del griego Jasón, huye con él, traicionando a su propio padre, el rey Eetes de la Cólquide, y matando a su propio hermano, luego de ayudar a Jasón en difíciles pruebas para obtener el vellocino de oro. En Corinto, después de varios años, Jasón la abandona para casarse con Glauce, hija del rey Creonte; para vengarse, Medea mata a los dos hijos que ha tenido con él y huye impune en el carro de Helios.
Eurípides introdujo innovaciones estructurales en el género trágico tal como era concebido en la Atenas de su época, que atravesaba en ese momento una crisis decisiva en cuando al saber mítico y al logos imperante. (5) Los dioses que pone en escena viven pasiones humanas y pueden actuar incluso como malhechores. Popularizó la técnica del deus ex machina (6) un artificio del teatro griego que consistía en hacer descender sobre la escena, por medio de una tramoya, a un dios que resolvía de modo inesperado y a veces inverosímil una situación difícil o un argumento que había llegado a un punto muerto. (7) Vale recordar aquí, para darle un toque cómico al asunto, que en lunfardo la tramoya es un engaño, una farsa. Este vaciamiento del poder de la palabra mítica, conlleva a que la dimensión oracular de la palabra sagrada se transmute en una palabra sospechosa, es decir sin potencia adivinatoria. El teatro de Eurípides nos muestra así la máscara risueña y trágica de Dionisio. Sus héroes son complejos, escépticos, vacilantes, más próximos al hombre corriente, justamente por la angustia ante la acción y el destino. (8) En su tragedia, Medea es la extranjera, la bárbara que balbucea otra lengua, la que está fuera del Oikos -la casa-, la sin patria. ¿Acaso en la experiencia analítica no hay algo de esa extranjería en tanto habitantes o habitados por un extraño lugar – “el inconsciente freudiano y el nuestro” (9)- que rasga, con una temporalidad repentina, la obviedad de las cosas?
A propósito del tiempo el filósofo Clément Rosset (10), considera que la tragedia reposa en una relación entre dos situaciones, entre las cuales actúa un mecanismo trágico (11): lo trágico aparece cuando nos representamos retrospectivamente el pasaje de un estado a otro. Un mecanismo intemporal que cuando entra en acción usurpa de alguna manera el tiempo movedizo, puesto que, en el punto culminante de lo trágico, lo trágico ha concluido. Lo que se expresa en la tragedia para el filósofo, es un azar irreconciliable porque se presenta sin solución. Lo trágico es únicamente el automatismo. Poco importa que sea comedia o tragedia, puesto que siempre es sorpresa. El azar es entonces lo que permite hablar sobre lo trágico, aunque, paradójicamente en el azar no penetra el logos. Este azar silencioso es ausencia original de referentes. Así, lo que afirman los clásicos griegos y el psicoanálisis es la proximidad al silencio. No todo está estructurado como un lenguaje.
Por su parte el poemario que sube a escena Maillard (12) en 2020, comienza donde lo terminó Eurípides para contar lo que Medea ha reflexionado a cerca de su conflicto luego de haber estado errante. (13) Su voz -atravesada por voces ancestrales- habla desde las profundidades. La resolución del conflicto no tiene lugar en la superficie, en el territorio común de la comunicación, en el que la vida personal transcurre con su historia y que puede contarse con las palabras que tenemos. Para pasar de la superficie a lo que llama “el abajo”, hay que perderse, olvidar las propias huellas, la historia personal, lo que puede contarse. Cito versos sueltos: “Nadie penetra en el abajo del abajo con el ovillo en la mano. El hilo y la historia personal nos retiene en la superficie. Hay una puerta estrecha, una abertura que conduce. Sonoras las cuerdas -las hebras- vibrante la trama. Y el canto silencioso”
Notas
(1) Eurípides: “Medea”. Tragedias I, Biblioteca Básica Gredos, 2000
(2) Maillard Chantal: Medea. Tusquets, 2020
(3) Lacan J.: “La juventud de Gide” en Escritos 2, Siglo XXI Editores, 1991, pág. 719
(4) Parlamento de Medea. “- Y si enseñas a los ignorantes nuevos conocimientos, pasarás por un inútil, no por un sabio. Si por el contrario, eres considerado superior a los que pasan por poseer conocimientos variados, parecerás a la ciudad persona molesta.” Versos 298-301 en la tragedia de Eurípides. Gredos
(5) Koss María Natacha: “El teatro y la tragedia griega” Historia del teatro, FILO:UBA, 2021
(6) Lacan J.: “La dimensión trágica de la experiencia analítica”, en El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, Paidós, 1997, pás 381
“Ese deus ex machina no es poca cosa, pero todos saben desde hace mucho tiempo que sólo sirve de marco y de límite de la tragedia, que no debemos tenerlo más en cuenta que a los saberes que circunscriben lo que sostiene el lugar de la escena”
(7) Lenky Albyn La tragedia griega, Nueva Colección Labor, 1981
(8) Parlamento de Medea: “En cuanto a mí, este acontecimiento inesperado que se me ha venido encima me ha partido el alma. Todo ha acabado para mí y, habiendo perdido la alegría de vivir, deseo la muerte” Versos 226-228 en la tragedia de Eurípides. Gredos
(9) Lacan J.: “El inconsciente freudiano y el nuestro”, El Seminario 11, Paidós, 1999
(10) Clément Rosset. Filósofo francés y escritor (1938-2018) Formado en la École Normale Supérieure de París con Althusser y Lacan. Se gradúa como filósofo en 1965
(11) Rosset, Clement: La filosofía trágica, Cuenco de Plata, 2010
(12) Chantal Maillard es poeta y ensayista. Nacida en Bruselas en 1951, adoptó la nacionalidad española en 1969. Doctora en filosofía, especializada en filosofía y religiones de la India
(13) En un largo monólogo, Medea anciana y desgarrada por el dolor de su crimen, se enfrenta al eco de las voces que la inculpan. Ella se conduce paso a paso, más allá de su historia personal, al lugar donde sus acciones tienen su origen, para finalmente pronunciar que el daño no se cura con bálsamos sino destejiendo la trama que la mantiene presa