DELIRIOS DE LA VIDA COTIDIANA. X Jornadas EOL Sección La Plata 28 de octubre. Trabajos Libres.
José María Damiano
Todo el mundo es loco, es decir, delirante. Cada uno es un delirante.
Miller afirma haberlo sopesado mucho antes de proponer este pronunciamiento de Lacan como ultima brújula para conducirse en la doctrina y en la práctica lacaniana del parlêtre ¡Una enormidad!
Que todo el mundo es delirante se demuestra para Lacan en el primer paso hacia la enseñanza, cuando el aprendiz debe aceptar axiomas de partida sin los cuales no habrá enseñanza, delirio.
El delirio que en la clínica estructural era exclusivo de la psicosis, ahora es generalizado a todos y cada uno de los seres hablantes. El paradigma es la psicosis, pero añadiéndole el sinthome.
¿Qué consecuencias pueden extraerse para nuestra práctica analítica actual, la práctica analítica con el parlêtre?
Esta práctica invita, a quien le sirva, a ser medio pensada apoyándose en una lógica de cuerdas y de bolsas. ¿Cómo ubicaríamos en el nudo el delirio como universal del ser hablante?
Si consideramos al todos delirantes en el interior de la clínica del sinthome ¿Qué lugar podría tomar el delirio de cada uno?
Primeras preguntas y primeros intentos provisorios.
Me valdré para avanzar de la oposición entre “la creencia y el uso”.
La creencia la pondré del lado del ser y el uso del lado del saber hacer.
Cuando generalizamos el delirio decimos en primer lugar, que es por hablar que deliramos, pero tenemos que agregar que es por hablar que creamos y creemos ser parlêtre.
Podemos recuperar la importancia crucial del “creerse ser” en tanto locura del yo, e incluirlo como núcleo del delirio de cada uno.
En la primera enseñanza de Lacan, muchísimas referencias nos llevan a decir que hay en el parlêtre un empuje a realizar su ser por la vía del sueño, la fantasía y el delirio. Tan intenso es ese empuje que Miller llego a preguntarse, si no existía una pulsión de ser en su curso Los signos del goce. La fábula de La rana que quiso ser como el buey resume este problema universal del ser hablante, que va de la bolsa del cuerpo a la realización del ser en el universo, hasta reventar.
Ahora bien, siempre consideramos que ese creerse ser toma una dirección desorientada, en una desconexión cada vez mayor con el saber hacer en el tratamiento del real de cada quien.
De la misma manera podemos tratar como delirios a los cuatro discursos más uno, donde cada parlêtre puede articular su delirio cotidiano. Cada uno de ellos puede dar lugar a locuras de ser, si no se lo habita en la clave del buen uso de los semblantes. No hay discurso que no sea del semblante. Si uno se cree el semblante yerra el camino en dirección de la realización del ser en la locura. Locura del poder absoluto, locura del saber absoluto, locura de La mujer, ¿Con que corremos el riesgo de delirar-ser en el discurso analítico?
Podríamos distinguir entonces, cuando los delirios se adentran en la realización del ser en la lógica de lo universal y cuando los delirios que se orientan más felizmente al uso, en la lógica de lo singular. En el primer caso su referencia es la fabricación de un Otro del Otro en la lógica del Todo, mientras que en el segundo su referencia es el agujero en la lógica no-todo.
El paradigma que Lacan encontró en James Joyce puede ayudarnos a pensarlo en este primer paso.
J. Joyce El sinthoma, nos muestra, que tenía pasta para ser un delirante al estilo del Presidente Schreber, pero zafa del franco delirio de ser quien redima “la conciencia increada de la raza irlandesa”; nominándose en otro delirio de escritor como “El artista”, en el punto mismo en que forcluye el Nombre del Padre. Este delirio le aporta un nombre, pero eso no le ahorra, el ejercicio de su saber hacer, la lucha cotidiana de tener que usar cada vez, el arte de su escritura para fabricarse un ego que le permita tener un cuerpo.
¿Hay delirios que permiten tener un cuerpo y otros que se orientan a serlo?
Podemos concluir provisoriamente que: a la locura de ser en el delirio, lo-cura del ser un delirio menos incauto, valiéndose del sínthoma.
Bibliografía
(1) Lacan, J.: “¡Lacan por Vincennes!”, Revista Lacaniana N° 11, Grama, Buenos Aires, 2011
(2) Lacan, J.: El Seminario, libro 23, El sinthome, “Cap. VIII Del sentido, del sexo y de lo real”, Paidós, Buenos Aires, 2006
(3) Miller J-A.: Todo el mundo es loco. Paidós.
(4) Miller, J.-A.: Sutilezas analíticas, Paidós, Buenos Aires, 2011
(5) Miller J.-A.: Donc, Paidós, Buenos Aires, 2011
(6) Indart, J.…es decir delirante
(7) Joyce J. Retrato del artista adolescente
(8) Joyce J. Ulises. Editorial Alfaguara