TRAGEDIA Y COMEDIA EN EL RECORRIDO DE UN ANÁLISIS. “El mock-heroic en tiempos del desencanto”. Segunda noche de directorio. 31 de julio.
José María Damiano

Agradezco al Directorio la oportunidad que me da esta ocasión, (con este poético título); de compartir y conversar con ustedes mi lectura del tema de nuestras jornadas, de la revista El escabel …n°4, del argumento elaborado por la Comisión Científica, y de algunas de las ideas vertidas en las noches preparatorias previas a esta, es decir del estado de elaboración actual del tema, y que seguramente variará hasta el momento en que se realicen las jornadas.
Me complace también compartir esta mesa con Belén Zubillaga, que como es sabido será la próxima Directora de nuestra Sección, y de quien me consta su compromiso con la Escuela, animada de una cómica seriedad, que seguramente será bienvenida en estos tiempos.
Me he interrogado y he tratado de pensar sobre cinco puntos que tienen un orden y que enumeraré para su mejor seguimiento, privilegiando la lógica general y las preguntas por las que transité y transito.
1. Mock heroic
2. Se pierde el sentido de la tragedia
3. La comedia llega más lejos que la tragedia
4. Del héroe al desecho
5. Parodia de la posición de desecho
1. Mock heroic
En febrero de 2022, (a mis 55 años), entró por primera vez en mis oídos esa combinación de letras saliendo de la boca de Andrea Perazzo, proponiéndome escribir para la revista El escabel… n° 4. Mis labios pronunciaron por primera vez esa combinatoria de fonemas ingleses deformados por el español rioplatense:
– ¿Moqueroic? ¿qué es eso? Disculpe mi ignorancia.
– Se refiere al estilo “anti trágico” de Lacan, dijo lacónica mi interlocutora.
-Anti trágico! ¡chan!, De pronto me interesó y me alivió esa respuesta. Celebré una vez más íntimamente, haberme decidido hace muchos años a seguir a Lacan. Ya quería saber más del asunto.
Sin embargo, una objeción se me interpuso: “el estilo de Lacan”, ¿Qué importancia tiene el estilo de Lacan? ¿es una de esas cuestiones de eruditos e intelectuales que simplemente pueden resultar un tema interesante?, ¿o tiene una vinculación con el real de nuestra práctica y con el modo actual del malestar en nuestra civilización?
La propuesta del Directorio para esta noche: Mock heroic en tiempos del desencanto, fue una ¡lluvia de chanes! Parecía estar hecha a la medida de mi auto-objeción.
La comedia es el género, mock heroic la especie.
Dentro del género de lo cómico, las obras “heroicómicas” (en inglés mock-heroic, mock-epic o heroic-comic) son típicamente sátiras o parodias que se burlan de los estereotipos clásicos comunes sobre los héroes y la literatura heroica, epopeyas, hazañas, etc.
La parodia (referenciada especialmente por J.-A. Miller en su texto) es una “imitación graciosa o burlesca de lo que en primer lugar es algo serio. Etimológicamente significa: “acompañamiento”, “canto al margen”. (1)
Repito: acompañamiento, canto al margen; de lo que es en primer lugar es algo serio.
La parodia es siempre un texto que se refiere a otro texto sin ser un meta texto, aporta algo para pensar la posición e interpretación analítica.
¿El estilo mock heroic adoptado por Lacan podría ser un aporte a la práctica del psicoanálisis?, ¿al ser del psicoanalista (imitación) o al quehacer del psicoanalista? ¿puede el “estilo de Lacan” ser uno de esos inventos que incidan en la civilización?
¿Acaso nuestra civilización no está hecha de invenciones sinthomáticas singulares que resultaron útiles a otros parlêtres?
Por ejemplo, por referirme a los últimos tres Congresos AMP: Cambiar La mujer, por una mujer; cambiar un “todos culpables”, por un “todos delirantes”; una media naranja por un “no hay relación sexual”. ¿no escuchamos en eso un toque de parodia? ¿cómo sería una civilización afectada más profundamente por el discurso analítico? Aquí nos adentramos en el sentimiento delirante, pero, en fin, se podría hacer una de ciencia ficción.
En resumen, estas preguntas son mi propuesta de lectura: mock heroic, parte de una consideración del estilo de Lacan, pero pretende ser una propuesta con consecuencias para el quehacer del psicoanalista en tiempos del desencanto, y para incidir en una sociedad que ha perdido el sentido de lo trágico. (pero esto ya ha sido elaborado colectivamente en nuestras noches)
2. Se pierde el sentido de la tragedia
Cita: “El Edipo no podría conservar indefinidamente su estrellato en unas formas de sociedad donde se pierde cada vez más el sentido de la tragedia. De ahí su parodia lógica hecha por Lacan”. (2)
Nos hemos interrogado en este espacio ¿Qué quiere decir se pierde el sentido de la tragedia?
Si en tanto analistas nos interesamos por la tragedia griega es porque Freud ubicó en el corazón de la experiencia como experiencia del inconsciente -que no es el todo de la experiencia- el mito trágico de Edipo.
Lo ubicó como un “saber en el lugar de la verdad” (Seminario 17) que le permitía leer los síntomas neuróticos de su época. Ese mito relata como un sujeto asume un significante amo: hace del Edipo y del inconsciente, el discurso del amo.
En el mismo, el protagonista y héroe, huyendo de nefastas profecías, acaba con el Enigma de la esfinge (representación de la Verdad) que estaba diezmando a los ciudadanos de Tebas, (algunos dicen que con una parodia por respuesta) se convierte en Rey de Tebas y tiene acceso a una mujer; pero “no sabe” que así realiza al pie de la letra, un destino escrito del que estaba huyendo.
Es decir que en primer lugar es la idea del determinismo inconsciente, como un saber no sabido que rige la vida del sujeto, lo que está en juego si se pierde el sentido de la tragedia.
Pero el Complejo de Edipo (registro de lo simbólico) por muy bien hecho que esté, no resuelve totalmente lo real, sino que resta el síntoma. En el espíritu trágico, es necesario un sujeto que no haga de su pathos totalmente su estilo de vida, que algo “no funcione”, lehaga síntoma, le sea pregunta, para que el análisis le revele la letra no sabida de su inconsciente.
Aquí G. Dessal, explicita una precisión que evita un malentendido: no es que la gente no viva experiencias trágicas, por el contrario, sino que no se interroga sobre su sentido, no considera que ese sufrimiento este determinado (se mencionaba aquí el sentimiento delirante).
Esto me lleva a preguntarme por el desencanto, pero no el de los otros sino el nuestro. ¿Y el desencanto del psicoanálisis? En nuestra comunidad analítica, ¿estamos en el encanto de la creencia en el inconsciente y del sujeto supuesto saber?
El nombre que tiene hoy para mí el “desencanto del psicoanálisis” es lo que Lacan llamo: “la estafa analítica”,(3) es decir que el síntoma proviene de lo real. Y, además, real y sentido se excluyen.
Si Lacan propuso, en ese “suplemento aporético e irónico” (4) que es su última enseñanza; que el psicoanálisis es una estafa, porque sentido y real se excluyen ¿Cómo conducimos las curas? ¿Vislumbramos una salida o reenviamos a la creencia en el inconsciente y hacemos existir el sujeto supuesto saber?
Objeción: en algunos casos hay inconsciente por descifrar, en otros no. De acuerdo, entonces ¿Reconfiguramos el inconsciente, el sujeto supuesto saber y los tipos clínicos desde la perspectiva de la estafa analítica? ¿O subsisten simultáneamente clínicas diferentes?
3. La comedia llega más lejos que la tragedia
Cito el epígrafe del argumento de las XI Jornadas de la Sección: “la comedia llega más lejos que la tragedia, habría que tratar de no olvidarlo” (5) ¿qué puede significar esto? creo que podemos progresar si nos interrogamos en particular ¿qué quiere decir aquí “más lejos”?
Usamos mucho el “más lejos”, “más allá”, “más profundo”, etc. son metáforas espaciales de recorrido (de viaje, diría Lacan en el “Seminario 21”) y aluden siempre a una zona más o menos enigmática puesta en el horizonte, pero suponen también que partimos del sujeto y del gran Otro por mas barrado que esté. ¿Se trata de llegar “más allá” de qué? decimos, más allá del Complejo de Edipo, más allá del inconsciente; esta noche decimos más allá de la tragedia.
Pero si invertimos la perspectiva y partimos del “cuerpo hablante” (como nos propone Lacan) esa zona estaría “más acá”. Pero ¿de qué se trata esa zona? No se trata de una sola cuestión.
El acuerdo mínimo hoy presente en nuestra comunidad (como se ha escrito en el argumento) es partir, volver a pensar todo desde el paradigma de la psicosis ordinaria es decir la de todos y cada uno de nosotros, aun la de quienes resolvieron su psicosis con el Nombre del Padre.
Esa zona “más allá”, me ayudó a esclarecer algo más la cita del epígrafe mencionado, cito: “La comedia llega más lejos que la tragedia habría que tratar de no olvidarlo. En una palabra: con lo peor (du pire) producir risa (du rire) y no padre (du père)”. (6)
Es decir que llegamos a esa zona “más allá” con el equívoco y la resonancia, se trata nuevamente de un uso de la letra, pero para producir otra cosa que el padre.
Dicho de otro modo, ni más allá ni más acá; sino que en el mismo lugar que se puede producir padre, se puede producir risa (sentido o reventar, decía Lacan en “La tercera”). Es decir, sin sentido-Otro, producir sentido real.
Otra de las cuestiones cruciales que se juegan en esa zona “más allá”, muy presente en el texto de J.-A. Miller, es:
5. De héroe a desecho
El invento de Lacan no es el estilo mock heroic (quizás sea invento de Poppe). El invento de Lacan es el objeto a.
El texto de J.-A. Miller plantea dos cuestiones al respecto:
Cita 1: “El objeto a, causa mock heroic del deseo, único sol con que se ilumina el caos contemporáneo” (7). Dejaré de lado hoy este punto, no sin recomendarles ¡Don´t look up!, filme de ciencia ficción y parodia de la civilización actual.
Cita 2: “el objeto a, su condición de desecho”(8) queLacan elabora en su seminario de La angustia, como una de las cuestiones cruciales para la posición del analista: asumir su condición de desecho, de objeto resto. Claro que no se trata de decirlo sino de experimentar, elaborar y resolver de algún modo esa posición. Creo que con esta perspectiva podríamos releer los testimonios de los AE.
Primero hablamos del lado sujeto del inconsciente y complejo de Edipo, ahora pasamos al lado objeto. Entonces podemos decir que la dimensión trágica implica al fantasma. (como se dijo la Noche de presentación del argumento)
J.-A. Miller infiere a partir la vida y de la obra, que el fantasma de Lacan, era un fantasma heroico y trata de mostrar que no estaba engañado por él.
Fantasma heroico el de Lacan. En mi caso el fantasma no fue de héroe, sino de sabio y de santo, el fantasma de la sabiduría (que no es el del saber) y de la santidad; que luego de haberla buscado por otros caminos esperaba, (sin saberlo por supuesto) del psicoanálisis, se revela como vinculado a la voz y a lo escópico-contemplativo. Ese también fue mi desencanto, no hay sabiduría, no hay santidad, como dice François Regnault.(9)
Se sabe, porque lo hemos estudiado en los seminarios y escritos de Lacan, que al igual que el héroe, el destino lógicamente necesario del sabio y del santo, es también el del desecho, resto.
Para resumir mucho con una cita de la inolvidable lección XXI del Seminario 10: “De lo anal a lo ideal”, Lacan está comentado un artículo de Ernest Jones, cito: “en el mito, en la leyenda, en la poesía, no hay nada más bello que el despertar del ser” cuando pasa el aliento de lo eterno el soplo que da vida, Eolo. Pero “él sabe un poco más del asunto”. ¿de qué clase de viento se trata? “Se trata del viento anal”. (10) Es decir, la relación del Ser con la mierda, que tantas veces termina en ser una mierda.
Así como hemos trabajado en años anteriores que el analista proviene del no todo, esta noche podríamos decir que el analista proviene de una elaboración de la posición de desecho.
Entonces, el analista ¿semblante de héroe o semblante de objeto a?
5. Parodia de su posición de desecho
Algunos chistes inexplicadamente, es decir por resonancia; “causan gracia” (es esclarecedor indagar esta expresión).
Hay un chiste que nunca causa gracia, es el famoso chiste del poeta Heinrich Heine conocido por nosotros como el famillionario.
Sin embargo, ¿cuál es el valor del chiste de H. Heine?es que fue considerado por Freud como una parodia de su posición de desecho.
Cuando Freud tiene que abordar “Los motivos del chiste” dando por establecido que el motivo principal es siempre la ganancia de placer, agrega que en muchos casos es importante “las condiciones subjetivas del alma del que lo hizo” y allí le resultarle ejemplar el famoso chiste de Heine, al punto de considerarlo “una parodia de sí mismo”. (11)
Entonces, para producir un analista: con lo peor de uno producir risa y no padre.
Notas
(1) Miller, J.-A.: “Un estilo Mock heroic”, en Revista El escabel de La Plata N 4 Estilo(s) de Vida, Grama, Buenos Aires, 2023, pág. 19.
(2) Ibíd., pág. 21.
(3) Miller, J.-A.: El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2007.
(4) Miller, J.-A.: Cómo terminan los análisis, Grama, Buenos Aires, 2022, pág. 20.
(5) Argumento XI Jornadas EOL Sección La Plata. Lo trágico bajo sospecha, en T(d)rama N°2, https://eol-laplata.org/jornadas-y-eventos/jornadas-anuales/xi-jornadas-anuales-de-la-eol-seccion-la-plata/tdrama/tdrama-2/
(6) Ibíd.
(7) Miller, J.-A.: Op.cit. (1) pág. 22.
(8) Ibíd., pág. 17.
(9) Regnault, F.: Dios es inconsciente, Manantial, Buenos Aires, 1985,
(10) Lacan, J.: El Seminario, Libro 10, La angustia: Cap. XXI. “De lo anal a lo ideal”, Paidós, Buenos Aires, 2002, pág. 321-322.
(11) Freud, S.: Obras completas, Tomo VIII “El chiste y su relación con lo inconsciente” (1905), Amorrortu editores, Buenos Aires, pág. 135.
Nota: El poeta Heinrich Heine tenía en Hamburgo un tío millonario, que se llamaba Salomón al igual que el personaje de su novela. El tío Salomón desempeñó un papel muy importante en la vida de Heinrich, ya que en muchos momentos colaboro con su subsistencia económica. Además, Heinrich se había enamorado locamente de una de sus hijas (su prima) le declaro su amor y fue rechazado por ella. Su tío alentó su casamiento con otro hombre. Además, esta familia siempre lo trato con desprecio, como un pariente pobre, los primos de Hamburgo nunca lo aceptaron y Freud nos remite a su biografía donde constan testimonios del enorme sufrimiento que le implico a Heine esta desautorización de su persona por esta parte de la familia. Freud enriquece la descripción de Heinrich, relatando una anécdota de una tía suya que compartió una cena con la familia Heine en casa de Salomón, en la que estaba Heinrich; y contaba que le pareció un sujeto desagradable a quien los demás trataban con menosprecio.