Lecturas sobre la interpretación

LECTURAS: LA PALABRA QUE HIERE – EOL Sección La Plata, 29 de marzo de 2019

 

Stella M. López

 

 

 

La práctica de la interpretación resulta central en la dirección de la cura, gracias a ella Freud hizo que el inconsciente exista y sea creíble. Pero tras el entusiasmo inicial se vio confrontado al problema del estancamiento, la banalización, el uso rutinario, el sentido se propagaba al infinito.

Se puede afirmar: el inconsciente interpreta al servicio del principio del placer. Antes  de “Más allá del principio del placer”, en 1912,  en su texto “El uso (también traducido El empleo) de la interpretación de los sueños en psicoanálisis”, subraya que no quiere tratar la técnica del desciframiento de los sueños ni la forma de interpretar, sino “el uso que en el tratamiento psicoanalítico de enfermos es preciso dar a este arte interpretativo”1.  Subordina la interpretación para someterla a los fines de la cura; aún a costa de privarse de la vía regia del acceso al inconsciente, atisba la importancia de acotar la inflación interpretativa que encuentra amenazante al propagarse la sed de sentido sexual.

El artículo “Una intervención poco ortodoxa”2 refleja la actitud de Freud en tanto interpretante, testimoniada por Hilda Doolittle.

El inconsciente mismo es una interpretación, la interpretación del analista viene en segundo lugar. ¿Cómo situar la interpretación del analista?

El psicoanálisis está hecho: “¿Para aprender a dormir, cuando la filosofía basta para ese fin o para aprender a despertarse?”3. El objetivo de la construcción simbólica de saber quizás esté al servicio del propio deseo de seguir durmiendo.

Lacan toma la posta freudiana, en él no hay declive de la interpretación, a medida que elabora la experiencia analítica ubica a ésta acorde a las diferentes concepciones del inconsciente.  Explora una práctica de la interpretación que tiene en el horizonte lo ininterpretable, que procede al revés del inconsciente, que no lo nutre. En “La perspectiva de la interpretación ya no es proliferación sino cierre y reducción”4, destaca Chamorro en “El ascetismo de la interpretación”.

¿Hay una interpretación que conviene para arrancar al sujeto del sueño del inconsciente? ¿Qué se puede pretender con la interpretación?

El acento en el valor de goce del síntoma lleva a Lacan a dilucidar como con la palabra afectarlo, dado que él no se guía por las leyes del lenguaje. No hay interpretación que no concierna al goce dado que el lenguaje es un aparato de goce.

El discurso del inconsciente con sus formaciones, traduce la sumisión a un significante amo inconsciente e identificatorio, la tarea de la interpretación coloca al sujeto en la situación de producir este significante de la identificación, para separarse de él.

En esta línea Miller plantea que la interpretación “disociativa” es la “que conviene producir, se trata de una ruptura de la cadena entre S1 y S2”5. Retener S2, no añadirlo con los fines de cernir S1, buscar el aislamiento de los significantes amos del discurso sin incluir ningún sentido para estos S1, conmoverlos para que aflojen su goce.

Reconducir al sujeto “a los significantes propiamente elementales sobre los que su neurosis ha delirado”6

“El analizante forma parte del concepto de interpretación”7, profiere Miller en Sutilezas analíticas en respuesta al testimonio de Bernard Seynhaeve. Está el bien decir o el decir justo de la interpretación del analista y la manera que afecta el goce del analizante, es este el que le da su valor.

¿Cómo hacer sonar otra cosa que el sentido que tapona? Lacan en la clase del 19 de abril del 77 publicada en Lacaniana 25 se pregunta si “la verdad despierta o adormece. Depende del tono con el cual es dicha”8, a la vez formula otra pregunta “¿estar eventualmente inspirado por algo del orden de la poesía puede intervenir en tanto psicoanalista?”9.

Traigo aquí la interpretación inolvidable de Ram Mandil, precedida en la Lacaniana 25 de una frase de Laurent “tenemos que ser inolvidables”10 las interpretaciones inolvidables han dado lugar a asociaciones, lapsus, a desarrollos concluyentes, han cambiado el curso del análisis, han perdurado. Se ha acentuado el tono en el que fueron moduladas, canturreadas, la sonoridad. Dan cuenta como fue desactivado un goce.

Ram Mandil señala en sus testimonios su manera de hacer existir al Otro como Otro de la demanda, con la expectativa que el analista ratificase su deseo de separarlo de todo exceso de demanda, sobre todo las que venían de la universidad. Enmarañado en la posición del esclavo para tapar y a la vez hacer existir la falta en el Otro. Tras un periodo de silencio del analista que lo exasperaba, la palabra adquiere su potencia, pronuncia la frase “Faire taire le surmoi universitaire11 cuya traducción semántica “acallar el superyó universitario” no alcanza para aprehender el juego de resonancias. A él le despierta una interrogación: “¿hacer poesía ahora, en este en un momento tan grave?”12.

Desprendemos por nuestra parte que la frase es bella, a pesar de que Lacan dice “no tenemos nada bello para decir”, en tal caso bello al estilo del manierismo. Lacan recurre a la escritura poética y al chiste para apuntar a lalengua hecha para gozar. Se trata de “hacer sonar otra cosa que el sentido”13. Un forzamiento que se hace al uso del lenguaje, para privilegiar una significación de vacío.

¿Cuál es el efecto? En esta “interpretación inolvidable” rescata Mandil la nominación “superyó universitario” que apuntaba al mandato de goce con relación a la demanda, claro que lo fundamental resulta lo que llama la dimensión poética de la interpretación con su juego aliterativo aire- aire. Percibe que lo que está en juego era la dimensión de resonancia pulsional. Aire y sus ecos internos: taire- universitaire, indicaba una orientación que no era ni la de responder ni la de dejar de responder a la demanda del superyó sino silenciar los efectos de esa demanda sobre él; para que fuese posible escuchar sus resonancias en el cuerpo. Pasaje que evidencia las diferentes finalidades de la articulación entre significante y el goce.

El significante produce al sujeto, un uso del significante con fines de goce para distinguirlo de un uso del significante con fines de identificación. El esclavo que él era se sorprende cuando surge la poesía donde menos se lo espera.

 

 

Bibliografía:

(1) Freud, S.: “El uso de la interpretación de los sueños en el psicoanálisis”, Volumen XII, Amorrortu, Buenos Aires, 1990, pág. 87.

(2) Córdoba, M. de los A.: “Una intervención poco ortodoxa” en Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 25, Grama, Buenos Aires, 2018, pág. 33.

(3) Miller, J. A.:” Despertar”, Matemas 1, Ediciones Manantial, Buenos Aires, 1987, pág. 119.

(4) Chamorro, J.: “El ascetismo de la interpretación” en Revista Lacaniana de psicoanálisis N°| 25, Grama, Buenos Aires, 2018, pág. 45.

(5) Miller, J. A.: Los signos del goce, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1998, pág.148.

(6) Miller, J. A.: “La interpretación al revés», en Entonces: «Sssh…», Minilibros Eolia, Barcelona – Bs. As., 1996, pág. 11.

(7) Miller, J. A.: Sutilezas analíticas, Paidos, Buenos Aires, 2012, pág. 210.

(8) Lacan, J.: “Hacia un significante nuevo” en Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 25, Grama, Buenos Aires, 2018, pág. 18.

(9) Ibíd., pág. 19.

(10) Ibíd., pág.124.

(11) Ibíd., págs. 127-128.

(12) Ibíd., pág.127.

(13) Ibíd., pág. 19.