La transferencia en la práctica analítica contemporánea

SEGUNDA NOCHE DE DIRECTORIO: LA TRANSFERENCIA EN LA PRÁCTICA ANALÍTICA CONTEMPORÁNEAEOL Sección La Plata, 12 de julio de 2017

 

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Luis Tudanca

 

 

Buenas noches, agradezco la invitación al Directorio y la Instancia Diagonal de la EOL Sección La Plata.

Bueno, a ver… Debo confesar que, en un primer momento, cuando recibo la invitación a la que dije sí rápidamente, el tema me inquietó. No conseguía ubicar del todo cómo encarar la presentación de hoy pero inmediatamente, muy rápidamente, me mandaron tres contribuciones –una de Gisèle Ringuelet, otra de José Damiano y otra de Paula Vallejo– y esas tres contribuciones me orientaron mucho más y calmaron un poquito la desorientación en la cual yo estaba. Así que divido la presentación en dos. En primer lugar algo que quiero comentar del Sujeto supuesto Saber (SsS) que recorre las tres presentaciones y la que también leyó nuestra colega. Encarar eso desde una perspectiva un poquito diferente. Porque lo que yo noto es que pareciera que hacemos una división muy tajante entre una clínica que florecería en el corazón del SsS, y otra clínica de máxima dificultad en la cual ni por casualidad… (risas) se da la instalación del SsS.

Cuando hay así una oposición tan pero tan importante, yo desconfío siempre. Así que bueno, quisiera retomar un poco, en un primer momento, un problema para Lacan mismo, cuando inventa el SsS.

Y después voy a tomar los tres textos con los cuales voy a dialogar, e incluso quisiera dejar algunas preguntas para que podamos conversar con los tres colegas que hicieron el esfuerzo de hacer una especie de presentación para la noche. ¿Sí?¿Se entiende la idea?

Bueno… Cuando Lacan escribe la “Proposición del 9 de octubre del ´67 sobre el psicoanalista de la Escuela” (1), establece en ese texto lo que conocemos como el algoritmo de la transferencia. ¡De una lógica impecable! Ahora bien… eso circula y ustedes saben que la “Proposición…” tuvo problemas, más por el lado del dispositivo del pase que él proponía, que por la parte teórica de cómo él presenta al SsS que ya viene del Seminario 11, pero que le da una formalización lógica impecable en la “Proposición…”.

Entonces, uno no entiende por qué en ese mismo año, que es el ‘67, de octubre a diciembre Lacan escribe tres textos más. El segundo que escribe es del 14 de diciembre, el tercero del 15 de diciembre y el cuarto del 18 de diciembre. El segundo texto es “La equivocación del sujeto supuesto saber”. (2)

Yo me hago la siguiente pregunta y se las quiero transmitir: ¿por qué una vez establecida esa lógica extraordinaria Lacan tiene que salir ¡dos meses después! (Lacan va a Italia porque los textos son de Nápoles, de Roma y de Milán) y tiene que escribir “La equivocación del sujeto supuesto saber”? Los otros dos son: “El psicoanálisis. Razón de un fracaso” (3) y “Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”. (4)

Ahora, es increíble ¿no? En el momento de máxima formalización él tiene que cuestionar sus propias máximas de formalización. Esta es la idea. ¿Por qué le pasa esto a Lacan?

Entonces, voy a mencionar algo que en nuestra comunidad siempre trae dificultades, porque traducido “La méprise del sujeto supuesto saber” como “La equivocación del sujeto supuesto saber”, está bien la traducción, pero deja de lado un montón de cosas que encierra el término méprise que Lacan deja ver. Ahora lo voy a hacer muy brevemente, para entender por qué rápidamente Lacan escribe “El sujeto supuesto saber” y enseguida “La méprise del sujeto supuesto saber”.

El término méprise es un término que indica por lo menos tres traducciones, tres líneas de traducción posible. Una, que viene del verbo méprendre –los que saben francés les pido si me acompañan en este recorrido–. Tengo que agradecer públicamente tanto a Graciela Esperanza en la parte del francés como a Gabriela Salomón en la parte del alemán. Sin ellas dos, hubiera sido imposible traer esto que traigo hoy acá. Con las dos tuve un diálogo, me ayudaron muchísimo.

Entonces la méprise viene del verbo méprendre: “lo que no se puede tomar o asir o capturar o agarrar”. O sea, que ya en “La equivocación…” está diciendo que el SsS no agarra mucho. No agarra, vamos a decir, lo real.

Por otro lado, abre una línea que lleva al “dejarse engañar” que termina en el término bevue en el “Seminario 24” muy del lado de la dupe y del “malentendido”. Todo eso encierra el término méprise. A la vez Lacan lo aproxima al término alemán vergreifen de “Psicopatología de la vida cotidiana” que varía según las traducciones. En Amorrortu lo traducen como “trastocar las cosas” y en López Ballesteros como “torpeza” o “acto sintomático”.

La cuestión que la vergreifen… el ejemplo que da Freud es: queriendo tomar algo ¡pum! se cae. Ver en alemán es “negación” y greifen es “agarrar”. O sea, que seguimos en “lo que no se puede agarrar”, en “lo que se desliza”, en “lo que se escapa”. De allí se deriva begriff y el análisis que hace Lacan en Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis es que begriff está también en la dirección de “lo que se agarra”, esa era la idea de Lacan en el Seminario 11 –después viene la “Proposición…” y después viene “La equivocación…”; pero “lo que se agarra” en el sentido de “con garras”, ¿sí?, como las garras de los animales.

Bien, conclusión parcial: la equivocación del SsS se lee como el vergreifen del SsS, es decir, lo que no se puede agarrar, lo que nunca va a agarrar el SsS, es decir, lo real.

A la vez méprise incluye el término prise que es “captura”, pero estamos de nuevo en “lo que no se captura” y believe es una méprise. Es una méprise, según me ayudó Graciela Esperanza, imperdonable, debido a la ignorancia.

Bueno, ¿en qué se equivoca el sujeto supuesto saber en definitiva? En capturar, en agarrar lo real y Lacan se preocupa en todo ese texto, y en los otros dos textos, en hacer una diferencia entre lo que sería una falsa captura y una captura más real, si quieren ponerle ese nombre.

Una vez dicho esto, no cantemos las delicias de la instalación del SsS, porque si logramos que se instale, no captura lo real. Entonces, es también función del analista preguntarse cómo trabaja desde ahí…después tenemos todos los problemas de los que se identifican al SsS.

Bien. Ahora voy al comentario de los trabajos que he recibido. Para avanzar en una época difícil en la que se dice que no se instala el sujeto supuesto saber. ¿Y yo que sé si es difícil? O sea, no sé si es más difícil que antes que no se instale el SsS. Eso es una cosa que tenemos que conversar, a lo mejor es más fácil. No lo sé, pero eso es en lo que me gustaría que avancemos. Porque tenemos como una especie de prejuicio, ¿no?, “ah… ¡ahora es todo más difícil!”. ¡Qué sé yo, no sé! Eso según lo que se quiera obtener. Lacan hacía esa pregunta: ¿qué quiere obtener el analista de su analizante? Entonces, lo difícil y lo fácil me parece que no pasa por ahí. Sería qué quiere obtener, sin que eso implique un prejuicio, una moral, un dirigir la vida… todo lo que ya sabemos que hacen todos los malos, porque nosotros somos los buenos (risas).

Bien, en este punto cuando Gisèle Ringuelet afirma que “la clínica no es el psicoanálisis” (5), eso me parece fundamental porque efectivamente la clínica no es el psicoanálisis. A muchas de nuestras categorías, desde esa perspectiva, tendríamos que ponerlas un poco en cuestión. O sea, da en el blanco del problema, en la definición misma del SsS sin la méprise.

Se puede decir que la méprise del SsS tiene un poder disolvente de la clínica. ¿Qué quiere decir esto? Que si dejamos la clínica del lado de la clasificación hay que hacerse cargo. Cuando uno dice que apunta a la singularidad, ¿qué quiere decir con eso? Porque si uno dice e insiste y charlamos y conversamos tanto de que apuntamos a la singularidad… ¡se terminó la clínica! Es decir, se terminó toda clasificación y realmente hay que escuchar un paciente uno por uno. Habría que ver qué es eso, ¿sí?

Así que ya el SsS queda del lado de la clínica, no necesitamos pacientes más graves, psicosis ordinarias…¡no! El mismo SsS queda cuestionado porque queda del lado de la clínica si apuntamos al uno por uno.

Se desplaza el tema, se desplaza la coyuntura de cómo queremos pensar las cosas. Después lo charlamos.

Lo que llamamos singularidad es lo que no deja, no permite, capturar, agarrar, agarrarse por el SsS. La singularidad misma, si hablamos de singularidades de goce, si pensamos lo real por ese lado, es decir, todos nosotros ¡no los pacientes difíciles que recibimos! (Risas).

¡Nosotros somos los pacientes difíciles! ¡Hay que ponerse eso en la cabeza! Todo esto, antes de preguntarnos sobre las dificultades inherentes a lo contemporáneo, es decir, antes de preguntarnos eso, todos somos los pacientes difíciles.

No me detendré en la diferencia que Gisèle propone entre orientarse por el SsS y una “conversación democrática”, si bien ella hace una distinción de eso, por las mejores razones, ya que no leí, no tuve tiempo de conseguir el texto que ella cita –un artículo de Gil Caroz– (6). Quizás quiera tomar la palabra después y contarnos un poquito qué es esa “conversación democrática”, que sería la manera de intervenir en lo contemporáneo podríamos decir, o que está enfocado me parece, en esa dirección.

José Damiano retoma algo de esto en la primera parte de su contribución (7), vale la pena leerla, pero me detendré más en la segunda parte, no tanto en la primera, que subtitula “Un real sin ley”, porque allí introduce lo contemporáneo presentado como un problema –en la primera parte no está tan introducido eso–. Él, lo llama así: “el sin suposición de saber”.

La secuencia que les propongo de los tres trabajos es primero el de Gisèle, después el de José y después el de Paula, porque esa secuencia implica cómo los temas se van articulando, ¿sí? Es decir, elegí esa secuencia porque me parece que es la que conviene, porque cada uno retoma al otro y se producen entrecruzamientos muy interesantes.

José lo hace a partir de una pregunta clave: “¿qué es el síntoma sin aparato de lectura?”. Esta me parece una pregunta muy importante.

El salto de un trabajo a otro es de la época del “Seminario 15” –que es la que más toma Gisèle– al “Seminario 22” donde José se mete con la definición que hace Lacan sobre el croire y (creer allí) –que es un poco un antecedente de lo que después va a ser “saber hacer allí”– y “creer-en” y “creer-le” (8). Pero hay un paso anterior antes de llegar a eso, que es un paso intermedio que yo situaría en los Seminarios 17 y 18 y voy a tratar de justificarlo.

Cuando decimos de las dificultades de la instalación del SsS en lo contemporáneo, una vía que se toma habitualmente, –y no sé si tanto hoy en día, pero se insistió mucho– es que los pacientes vienen más en posición de objeto. Decimos eso y es como que fuera una verdad revelada y que sostendríamos todos. ¡Sí, sí!, decimos todos rápidamente.

Bien, pero en el Seminario 17 (9), el único sujeto que viene en posición de objeto es el astudado. No hay otro discurso donde haya un sujeto en posición de objeto. Después se puede ampliar esa perspectiva, pero allí nace, en el Seminario 17 con el astudado.

Cuando Eric Laurent comenta los desarrollos de Juan Carlos Indart, que le dedicó dos años a la clínica del discurso universitario (¡no a la descripción del discurso universitario, sino a la clínica del discurso universitario!), en este tema ofrece una clave de cómo intervenir en esos casos. Entonces, ahora voy a lo que dice Eric, lo cito: “hay una interpretación clave”, ¿por qué esto? Porque sería preguntarnos cómo intervenimos con un paciente que viene en posición de objeto, para decirlo como lo dice Eric: “hay una interpretación clave para esos casos”, cuyo concepto es el siguiente: “dada tu posición tú no puedes pretender la cura de tus síntomas porque son consecuencia de la misma”. Esa es la interpretación que subraya Eric Laurent. Y la ubica del lado de lo que en lógica se llama paradoja. Y subrayo esto porque después vamos a ver en el texto de Paula Vallejo la importancia de la paradoja.

Para culminar, Eric propone que dentro de la psicosis ordinaria podría describirse la “psicosis universitaria ordinaria”, así la llama Eric.

Es Lacan en el Seminario 17 el que tenía la idea de que, a estos pacientes ahora generalizados, cualquier paciente que venga en posición de objeto siempre va a tener algo de astudado, hace falta avergonzarlos. Lacan lo dice así en el Seminario 17, “no demasiado, pero sí justo lo suficiente, llego a darles vergüenza” (10). Y no hay que pensar el astudado como estudiante universitario, porque ahí no llegamos a lo que más le interesa transmitir a Lacan. Eso ocurre hoy en día en la escena laboral, en la familia, en la escuela, en los gabinetes psicopedagógicos, lo van a encontrar por todos lados.

Me gustaría conversar un último punto con José, ¿si no se trata de ofrecer un aparato de lectura? Porque vos decís, “hoy en día no tenemos el aparato de lectura” (11). Es cierto. No tiene por qué haber un aparato de lectura sostenido en el Nombre del Padre. ¡Pero eso no implica que no haya un aparato de lectura!  Así creo que es lo que él subraya concluyendo que se trata de “creer-ahí-para” –lo decís así– la inventiva de cada uno sin Otro. ¿Pero el analista no tiene que ofrecer un aparato de lectura a ciertos pacientes? Esta es la pregunta que le podría formular.

Finalmente, la tercera contribución de Paula Vallejo que parte de la doble dirección de la transferencia, epistémica y libidinal, me pareció clave. Aquí voy a citarla porque ella lo dice muy bien. Primero “¿cómo pensar la transferencia hoy, cuando lo que se hace presente en la práctica, de entrada, es un funcionamiento sintomático que rehúye la vía de la palabra y rechaza todo intento de empalme con un saber a descifrar, tal como lo propone el dispositivo analítico clásico?”. (12)

Bien…yo quiero hacer una aclaración respecto a este punto del desciframiento que está en el “Seminario 21” (13). Es allí donde Lacan separa el inconsciente del desciframiento. O sea, Lacan empieza en el “Seminario 21” a demostrar que el inconsciente no se descifra. En ese seminario el inconsciente es cifra y el sujeto se descifra. O sea que es una herramienta para un desciframiento que por otra parte es imposible y ahí empiezan todos los temas del psicoanálisis respecto de si es una estafa, si no es una estafa, porque empujamos a un desciframiento de algo que nunca jamás se va a descifrar y ahí empieza el antecedente de lo que después Miller va a leer como el inconsciente real. ¡Bueno es mi hipótesis, eso! Pero es importante tener en cuenta esto porque no hay desciframiento del inconsciente en Lacan en la última enseñanza como tal, lo que no significa que no haya que pasar por ese proceso. Pero son dos cosas distintas.

Retomo el trabajo de Paula Vallejo. Ella anticipa que la respuesta hay que buscarla en la última enseñanza, ¡estoy de acuerdo!, que pone en valor –y escuchen bien porque este es un punto que hay que transmitir– “pone en valor la función del amor como lazo diferente a los Unos solos de lalengua” (14). Digo, uno lee así esta frase y es difícil, así que vamos a tratar de conversar con esta frase que me parece fundamental. Bueno, a ver…. por eso me fui al “Seminario 21”. El “Seminario 21” es un seminario donde Lacan presenta el nudo. Es un nudo jovencito, después Lacan no sostiene más esa idea de nudo, pero con esa primera idea de nudo todavía se pueden sacar muchas consecuencias de las cosas que él dice. ¿Cómo lo presenta? Imaginario, simbólico y real, cada uno por su lado. Muy lejos de un cuarto. Y ¿cómo se anudan? ¿Cómo se hacen tres? Porque Lacan piensa en ese seminario que todo empieza con el 3. Hasta tal punto que dice cosas maravillosas como por ej. ¡que “el 2 se regocija de ser impar”! Es lógico, porque se necesita el tres para que haya un dos. No es como la aritmética: 1, 2 y 3. El nudo empieza con el tres y después podemos decir con el cuatro, pero en esta época es con el tres. Entonces a la altura de la clase cuatro del “Seminario 21”, Lacan empieza: “¿Cómo se anudan?”. Y dice: uno, cualquiera de los tres, hace de medio de los otros dos y eso produce el anudamiento. ¿Me siguen el argumento? Uno hace de medio… pero uno cualquiera. O sea, lo imaginario puede hacer de medio entre lo simbólico y lo real, lo real puede hacer de medio de lo simbólico y lo imaginario… ¿se entiende?

Segundo paso, dice, “ahora con esta idea voy a hablarles del amor”. Entonces va a decir que hay un amor simbólico, que hay un amor imaginario y que hay un amor real. El amor imaginario es cuando lo imaginario hace de medio entre lo simbólico y lo real, es el más conocido por todos nosotros, el amor cortés. (15)

No voy a detenerme en ese ni en el otro, el simbólico, que es cuando lo simbólico hace de medio entre lo imaginario y lo real y lo llama amor divino, pero, en relación a la religión o amor cristiano.

Y finalmente lo real que es lo que nos interesa para pensar la clínica contemporánea. Por eso tomé este desarrollo sino no se entiende cuál es el problema que le interesa a Lacan. Cuando lo real hace de medio entre lo imaginario y lo simbólico, ahí tenemos el deseo del analista. Dice muchas cosas más Lacan, pero muy difíciles de seguir. Yo creo que con esto alcanza.

Ahora voy a desarrollar un poco más de dónde le viene esa idea a Lacan. Lacan lo dice sin vueltas: el psicoanálisis es un medio, es en el lugar del amor que se sostiene. Eso está en la línea de lo que plantea Paula (estoy tratando de explicar esta frase de Paula que me parece fundamental).

El psicoanalista sostiene un amor real haciendo de medio entre lo simbólico, que ahí en ese seminario es goce, y lo imaginario corporal, en los términos de ese seminario. Después cambia todo, pero no importa. ¿Por qué digo “no importa”? Digo “no importa” porque después en la continuidad de la obra de Lacan, aunque cambien los términos, lo que importa es la secuencia lógica, aunque no la comprendamos del todo. Y es una demostración en acto de que para leer a Lacan realmente no hace falta comprenderlo –siempre y cuando uno se preocupe por seguir la secuencia lógica de cómo va armando los problemas–. Después en algún momento se precipita alguna “comprensión”, pero realmente no hay que privilegiar la comprensión. ¡Hay que privilegiar, captar la secuencia lógica de cómo Lacan arma los problemas! Disculpen que lo diga así con ese tono, pero es una conclusión que saqué hace dos semanas. ¡Estoy contento y se las quiero transmitir! (Risas).

No voy a desarrollar el amor divino, pero tengan en cuenta que el amor divino, el amor cristiano, es perfecto para pensar el encuadre analítico por ej. a la manera I.P.A. Y el amor cortés, ¡ojo con el amor cortés!, es perfecto para pensar el analista como dama, y ojo que ninguno de nosotros escapa, como síntoma, de caer en el amor divino o en el amor cortés en la situación analítica. ¡Pero vamos al que nos interesa!¡De esto ya estamos todos curados! (Risas).

Lacan usa el término masoquismo allí en el lugar del “amor real”. No se entiende por qué Lacan usa el término masoquismo. Yo les ofrezco una lectura, puede haber otras… Si se refiere al masoquismo es para hablar del objeto a. El amor real es el analista como objeto y coincide con tu trabajo, porque todos los trabajos se entrecruzan, es el analista como objeto, Seminario 17. Continuidad en el tema.

El analista como objeto, escritura del discurso analítico, pero a los fines de situarlo en relación a lo imposible, que son todas las tesis de esa época. Pero en el “Seminario 21” se trata –lo diré así– del “deseo del analista como sinthome”. No existe esa expresión, la invento para hoy, para conversar con ustedes. Mañana ya la hice caer. En este punto retomo el trabajo, otra vez de Paula. Ella da tres formas de intervenir en lo contemporáneo, pero habría que hacer un desarrollo para llegar a eso, porque si no estas tres formas no se entienden.

Primero: introducir el límite. “El analista se hace soporte del límite al funcionamiento autista del síntoma” (16). ¿Lo digo bien? ¿Paula está? ¿Sí? Bien. Es un límite a ese funcionamiento –agrego yo– pero también es ubicar ese funcionamiento mismo como límite que no debe nada a ningún Nombre del Padre.

Segundo: ¡La expresión es bellísima! “Animar al parlêtre para que no desconozca al Otro” (17). Lo mínimo que puedo decir es que es una expresión no-todista, también sostenida en una paradoja. Por eso, otra vez, la importancia del entrecruzamiento de los trabajos. La importancia de la paradoja, habría que ver si –en la época– la interpretación como paradoja no es una de las cosas que tenemos que usar. Es una pregunta, porque todos los trabajos apuntan a eso.

Es decir, no desconocer al Otro no es “hay el Otro”, no es equivalente. Se puede “creer”, como dice José Damiano, sin estar comprimido y aplastado por su existencia. No es lo mismo creer que estar aplastado por la existencia del Otro. El analista anima. Y aquí me gustaría saber la opinión de Paula, ¿qué implica? ¿Qué quiere decir con “anima”? Yo te digo mi lectura y después conversamos, ¿sí? ¿Vivifica? A mí me sonó a eso. Si nos guiamos por los testimonios de muchos AE creo que puede ser pensado así.

Y la tercera: “ligar lo que se presenta como pieza suelta”. (18)

Bien, hasta aquí mi comentario parcial, es el más parcial de todos los comentarios, y, es a partir de aquí que hay que seguirla. Tomo lo que dice Lacan en el Seminario 23, en la página 71, todos hemos leído la frase, el problema es que nadie la ha seguido –no comprenderla por comprenderla, porque realmente no creo que la comprendamos– pero, creo que nadie ha conseguido seguirle la secuencia lógica de por qué a Lacan se le presentó este problema, que por supuesto tiene que ver con cómo piensa el nudo. Y dice: “en el análisis se trata de suturas y empalmes” (19). Y es eso lo que uno espera de un analista hoy, en relación a la clínica contemporánea. Yo agregaría, porque después la sigue, que sepa tejer –por las mejores razones–. “Pero es preciso decir que debemos considerar las instancias como realmente separadas, imaginario, simbólico y real no se confunden”. (20)

Bueno, me voy a detener aquí, pero hay una definición en la página anterior, en la 70, allí da dos definiciones del “empalme”: uno, de lo imaginario con el saber inconsciente, y el otro entre lo simbólico y lo real; no importa. No importa porque quiero terminar. ¿Estarías de acuerdo Paula en seguirla por ese lado? Porque tu trabajo me parece que lleva a eso. Sería como la continuidad de lo que te planteaste en tu desarrollo. Y con esto, bueno, creo que has dejado a cada uno de los tres, y a todos los demás, bastante para conversar.

Gracias.

 

*Texto establecido por el Comité de Redacción a partir de la trascripción del audio realizada por Martina Petti, revisado y autorizado por el autor.

 

 Notas:

(1) Lacan, J.: “Proposición del 9 de octubre del ´67 sobre el psicoanalista de la Escuela”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

(2) Lacan, J.: “La equivocación del sujeto supuesto saber”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

(3) Lacan, J.: “El psicoanálisis. Razón de un fracaso”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

(4) Lacan, J.: “Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012.

(5) Ringuelet, G.: Transferencias, Segunda Noche de Directorio: La Transferencia en la práctica contemporánea. Contribución #2,https://www.facebook.com/notes/eol-secci%C3%B3n-la-plata/segunda-noche-de-directorio-la-transferencia-en-la-pr%C3%A1ctica-anal%C3%ADtica-contempor%C3%A1/669111116625323/, 2017.

(6) Ibíd.

(7) Damiano, J.: Sujeto supuesto Saber y creencia en el síntoma, Segunda Noche de Directorio: La Transferencia en la práctica contemporánea. Contribución #1 https://www.facebook.com/notes/eol-secci%C3%B3n-la-plata/segunda-noche-de-directorio-la-transferencia-en-la-pr%C3%A1ctica-anal%C3%ADtica-contempor%C3%A1/668312783371823/, 2017.

(8) Ibíd.

(9) Lacan, J.: El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2008.

(10) Ibíd., pág. 208.

(11) Óp. Cit. n° 7.

(12) Vallejo, P.: Del sujeto supuesto saber a la creencia en el síntoma, Segunda Noche de Directorio: La Transferencia en la práctica contemporánea. Contribución #3, https://www.facebook.com/notes/eol-secci%C3%B3n-la-plata/segunda-noche-de-directorio-la-transferencia-en-la-pr%C3%A1ctica-anal%C3%ADtica-contempor%C3%A1/671370713066030/, 2017.

(13) Lacan, J.: “Seminario 21: Les non dupes errent” (1973), inédito.

(14) Óp. Cit. n° 11.

(15) Óp. Cit. n° 12, clase 4.

(16) Óp. Cit. n° 11.

(17) Óp. Cit. n° 11.

(18) Óp. Cit. n° 11.

(19) Lacan, J. Seminario 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, págs.70/71.

(20) Ibíd.