La interpretación psicoanalítica: entre la poesía y el chiste *

TERCERA NOCHE DE DIRECTORIO: LA POÉTICA DE LA INTERPRETACIÓN: TRAZO Y VACÍO- EOL Sección La Plata,23 de octubre de 2019

 

Claudio Godoy

 

Buenas noches, es un gusto estar acá, les agradezco la invitación.  Creo efectivamente que el concepto de resonancia es un concepto central en lo que podríamos pensar la construcción en la enseñanza de Lacan de una poética de la interpretación. Por poética me parece que es interesante captar entonces que estamos planteando un abordaje del lenguaje que es distinto al de la lingüística, me parece que Alicia Genovese lo indicaba cuando señalaba que desafía el signo lingüístico, me parece que ese es un punto a tener en cuenta, es una perspectiva del lenguaje, lo que tenemos que ver es en qué esa poética lacaniana de la interpretación se nutre y se aproxima a la poética ligada a la literatura y a la estética, y en qué se diferencia.

Voy a tratar de señalar esos dos puntos; esto atraviesa la enseñanza de Lacan. Ubicaría dos hitos fundamentales que son Función y campo de la palabra y el lenguaje, 1953, y el Seminario 24 de los años ’76. Entonces, ¿cómo aparecía esto en Función y campo hacia el final? Fundamentalmente lo que él señalaba allí es que busca que la interpretación psicoanalítica restituya a la palabra, un pleno valor de evocación. Ahí tenemos la diferencia de lo que implica en todo caso ese poder de evocación, que para explicarlo Lacan recurre a la retórica hindú desarrollada por el poeta francés René Daumal, es una de las referencias entonces fundamentales, donde dice que justamente en la tradición hindú hay un término que es el Dhavni, que es lo que justamente marca esa propiedad de la palabra –dice él- de hacer entender lo que no dice. O sea, eso es lo que llamaría Daumal la resonancia, incluso él ubica que los hindúes distinguen muy bien el sentido literal de una palabra, el sentido figurado y después lo que ellos ubicaban como un sentido sugerido, que esa sería la definición inicial de la resonancia. Claro que él ya en Función y campo, cuando uno ve el final del texto, donde hay más referencias al hinduismo y demás, tomadas de Daumal, hay una nota al pie que agrega Lacan en el año ’66, donde remite esto a otro poeta que es Francis Ponge, sería la otra referencia fundamental, que justamente crea ese neologismo, ese juego de palabras basándose en la homofonía de los términos en francés entre razón y resuena. Y él lo desarrolló en torno a un poeta del siglo XVI, francés  llamado Malherbe, del cual señala algo que hace vibrar la razón, realiza  una trasmutación de la razón en resón, produce una vibración; lo llaman en francés un tremblement apasionado, una conmoción apasionada que se basa fundamentalmente decía él en el uso de las aliteraciones y las asonancias. Las aliteraciones como la repetición de ciertos sonidos en la palabra, la asonancia fundamentalmente cuando esa repetición concierne a las vocales, no a las consonantes, que genera –decía Ponge-, una red de vínculos y ecos. Ahí vemos lo que justamente trasgrede la idea del signo lingüístico; como esos sonidos generan ecos, conexiones y vínculos entre palabras semánticamente y formalmente distintas, pero hay algo del sonido que resuena y genera vínculos. En ese sentido también, yo diría que justamente en esa red de vínculos suena otra cosa que el sentido común o las significaciones cristalizadas, es por eso que Lacan define a la poesía como una violencia aplicada al sentido cristalizado, a las significaciones cristalizadas. Veía el título “Interpretar la violencia” y que la interpretación es una violencia de las significaciones cristalizadas. Otra referencia que me parece importante en esta poética lacaniana es cuando él dice “si quieren saber qué es la interpretación, fíjense en el ready made de Marcel Duchamp”, es otro punto interesante para tomar en cuenta. ¿Por qué?, primero porque el ready made todos los conocen, el ejemplo del mingitorio puesto en la pared, una plancha con clavos o una rueda de bicicleta arriba de un banquito, ¿qué es lo que produce?, en principio justamente nos hace ver el objeto pero extraído de su valor de uso. Ahí también hay una violencia a la significación habitual, porque la significación habitual de los objetos es su valor de uso, cuando aparece arrancado de su valor de uso, podríamos decir que toma su valor artístico justamente por esa ruptura que se produce, esa es la función del ready made no por las características sensibles u ornamentales. No tiene por ejemplo un sentido discutir la belleza de un ready made, tiene más bien un valor casi conceptual o crítico, e incluso sobre el objeto artístico, es más un acto que una hechura, no es como el pintor que realiza con su arte, es más bien el acto de poner el mingitorio en la pared de manera invertida, justamente que altere incluso su funcionalidad. En ese sentido, es decir que ahí está la idea, incluso hay algo que trabaja mucho Octavio Paz cuando trabaja la obra de Marcel Duchamp, donde él dice que hay algo, es como una poética irónica la de Duchamp, donde una vez vacíos y disponibles como los vocablos, también permiten pensar una asociación de tesoros insospechados, de ideas, una palabra demasiado vista –también señalaba Duchamp-, es como un paisaje que pierde su valor. Se gasta, se da por sentado, se transforma en un lugar común, y en ese sentido creo que también en Lacan ha llegado el efecto, la influencia de lo que podríamos decir son los formalistas rusos, especialmente un autor que se llama Shklovski, que justamente marcan que el efecto artístico está en la producción de un cierto extrañamiento con las cosas, una desautomatización del modo en que percibimos las cosas habitualmente, que queda del lado de las significaciones cristalizadas, el valor de uso. Eso los rusos lo llaman ostranenie, un término difícil de traducir, pero justamente lo que busca, dice Shklovski, el arte, es la singularización del objeto, es decir que el arte es un medio de experimentar el devenir del objeto y dice “lo que ya está realizado, no interesa en el arte”, es algo que la idea es que aparezca como por primera vez, generar una percepción nueva y de alguna manera esto ya estaba en la poética de Aristóteles. Porque Aristóteles decía que la lengua poética debe tener un carácter extraño, sorprendente y ahí aparece también una referencia al ritmo poético que mencionaba Alicia, como una ruptura de la automatización, una violación de lo uniforme que implica el ritmo prosaico. Ese ritmo poético va en contra del ritmo de la prosa como una dimensión de lo uniforme, y en ese sentido también Shklovski ubicaba que el sonido de las palabras no es un elemento exterior que acompaña el efecto de significación, ese sería entonces un punto importante, y él decía de la poesía de Pushkin, que es una pintura con sonidos, que se acerca también a la poética china. O Bertolt Brecht que lo llama a eso como un distanciamiento, producir un distanciamiento que transforma la cosa ordinaria, conocida e inmediatamente dada, en una particular, insólita e inesperada. Es decir que, en ese sentido vemos que la poética de Lacan lo que está buscando es ese impacto que produce el decir y que genera un efecto novedoso que rompe con la significación cristalizada, tiene un efecto de provocación, de perplejidad, de algo que conmueve, como decía Lacan, la interpretación tiene que hacer olas, y hacer olas me parece que es efecto de impacto: Un decir que tiene un efecto de impacto.

Entonces, ¿cómo podríamos pensar cuáles serían los puntos que podríamos trazar como una diferencia de esta poética general y todo esto que comparte podríamos decir el psicoanálisis con el arte? y me parece que Lacan lo marca a partir de dos cuestiones fundamentales: dice en el Seminario 24, la clase del 19/4/77, “nosotros no tenemos nada bello que decir”, ahí ya aparece una diferencia de una perspectiva estética, es de otra resonancia que se trata de fundar sobre el chiste. Diría entonces la poética de la interpretación psicoanalítica está entre la poesía y el chiste, separada de la cuestión estética, de lo bello, no porque una interpretación a veces no pueda tener un efecto bello, pero no es hacia donde nos dirigimos como tal. Dice Lacan, “un chiste no es bello, no se sostiene sino por un equívoco o como lo dice Freud una economía”, y acá está el otro punto entonces, esa economía que implica una economía de goce. Yo diría entonces que la interpretación psicoanalítica es entonces una poesía sin belleza, que sólo vale para uno solo, ahí tenemos otra diferencia, no buscamos un poeta, logra con su poesía tener un efecto sobre un montón de lectores o que comparten su escritura, acá lo que buscamos sería como un chiste que es sólo gracioso para ese sujeto, tiene un efecto de singularización, es el impacto del decir pero que cobra valor en una singularidad. Por eso es tan difícil muchas veces transmitir qué fue una interpretación, queda como algo medio que es muy difícil poder explicar cuál fue ese impacto en ese sujeto, en ese momento. Y en ese sentido para Lacan es una práctica sin valor porque efectivamente no tiene un valor de cambio, lo que vale para uno no vale para el otro, no es intercambiable. Y fundamentalmente entonces del chiste me interesa ubicar especialmente lo que Freud llamaba los chistes tendenciosos, porque el chiste tendencioso es el que más afecta al cuerpo dice Freud, es el que produce un estallido de risa que sorprende al propio sujeto que se ríe. Es decir que, el chiste tendencioso es un buen ejemplo de un decir con resonancia de goce, que tocó algo en ese sujeto, que produce un efecto de sorpresa, de ruptura, de discontinuidad, que perturba la defensa del sujeto, como lo ubica Freud al chiste tendencioso, y nos marca de alguna manera que la risa es el eco en el cuerpo del decir del chiste. Un poco lo que planteaba también Alicia, lo que ubica por el lado de la emoción, es lo que me parece que nosotros tomamos más por el impacto en el cuerpo que tiene ese decir y en ese aspecto, hay algo que también señala Lacan, él dice los pretendidos afectos, es una palabra que afecta al sujeto, sólo dan testimonio del hecho de la afectación de los que hablan de ellos. ¿Qué produce la emoción, qué creen ustedes que son las tripas que se remueven, qué es lo que remueven?, remueven palabras, no hay nada que afecte más como dicen al que es calificado como ser hablante. O sea, esa poética entonces está buscando que eso toque algo en el cuerpo, y es en ese sentido que siempre que habla de la poética en la interpretación en Lacan vamos a encontrar que hay una referencia al síntoma. Y justamente como él lo ubica en el Seminario 24 sería algo así como, una interpretación se revela, porque apaga un síntoma, o extingue, que no es lo mismo que decir que desaparece, pero toca algo, podríamos decir, en su intensidad de goce, que lo apaga, que lo comprime, que lo desplaza. Esas son las particularidades diría yo de esta poética particular de la interpretación que la vamos a ubicar entonces entre la poesía y el chiste.

 

*Desgrabación no revisada por el autor