XXIV Jornadas Nacionales de Carteles de la EOL – Buenos Aires, 26 de septiembre de 2015
por Verónica Escudero
Cartel: El cuerpo y el síntoma
Integrantes: Cristina Coronel, Rosana Salvatori, Carlos Jurado, Verónica Escudero y Luis Tudanca (Más Uno)
Rasgo: Escritura, borde y ex-sistencia
En la torsión que da Lacan en su última enseñanza, el cuerpo viene a heredar lo que antes se inscribía en el campo del Otro, y con ello nos obliga a pensar, por la práctica misma que sostenemos, cómo un parlêtre responde al trauma de lalengua en su cuerpo sin que la respuesta universal sea el “autismo”. La afirmación de Miller: “Todo lo que el análisis pueda hacer es conformarse a la pulsación del cuerpo para insinuarse en el síntoma” (1), puede ser una orientación.
El trabajo en común del cartel aportó la lectura respecto de los diferentes Unos en el psicoanálisis. Mi rasgo me llevó a elegir las siguientes referencias:
“El Uno de sentido no se confunde con lo que hace el Uno de significante. El Uno de sentido, es el ser, el ser especificado por el Inconsciente en tanto que ex-siste, que ex-siste por lo menos al cuerpo; pues si hay una cosa impresionante, es que ex-siste en la discordia. No hay nada en el inconsciente, si esta hecho tal como se los enuncio, que con el cuerpo haga acuerdo: El Inconsciente es discordante” (2).
Aquí me interesa recordar lo que Lacan dice en “Lituraterra” (3): “¿La letra no es acaso… litoral más propiamente, o sea que figura que un dominio enteramente haga frontera para el otro, porque son extranjeros hasta el punto de no ser recíprocos?”.
El concepto de letra, del que también tenemos que recordar que lo separa de semblante, por acoger la letra siempre en su pliegue al goce, es lo que permite hacer litoral, con la literalidad, entre dos dominios “no recíprocos”. Ahora bien, ¿“no reciproco”, es lo mismo que “discordante”?
Lacan en “La Tercera” afirma que “… no hay letra sin lalengua. Este es incluso el problema: ¿cómo puede lalengua precipitar en la letra?”(4), y nos remite ahí al cuerpo y a la escritura.
La función del síntoma entendida como “…lo que del inconsciente puede traducirse por una letra en tanto que solamente en la letra la identidad de si a si está aislada de toda cualidad. Del inconsciente (…) todo Uno es susceptible de escribirse por una letra. Sin duda, allí haría falta convención. Pero lo extraño, es que es eso que el síntoma opera salvajemente. Lo que no cesa de escribirse en el síntoma resulta de ahí” (5).
Con ello entiendo que lo que no cesa de escribirse en el síntoma es ese Uno sin convención –sin sentido– que salvajemente –por fuera de toda articulación– el síntoma escribe en la cadena del inconsciente. Que se escriba “cualquiera” solo tiene por condición que sea “sin ningún efecto de sentido”, pero dispuesto a acoger el goce escribible de lalengua. Una vez que “cualquiera” ha sido escrito ahí, el Uno de sentido hace su trabajo inscripto en las leyes del lenguaje, y por ende, en el campo del Otro.
Pensar al síntoma desde esta función, permite ubicar los diferentes Unos, el estatuto de letra, y nos acerca al sinthome para reorientar la práctica hacia lo singular de cada parlêtre, donde el inconsciente como desciframiento nos pone un tope por lo discordante con el cuerpo.
Notas
(1)Miller, J.-A.: “El inconsciente y el cuerpo hablante” Blog AMP, http://www.wapol.org/es/articulos/Template.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=13&intEdicion=9&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=2742&intIdiomaArticulo=1, 2014
(2)Lacan, J.: “Seminario 22, RSI”, inédito, (clase 4, 21-01-75)
(3)Lacan, J.: “Lituraterra”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, pág. 22.
(4)Lacan, J.: “La tercera”, Revista Lacaniana nº 18, Publicación de la EOL, Grama ediciones, Buenos Aires, 2015, pág. 23.
(5)Op.cit. (2)