LO TRÁGICO BAJO SOSPECHA. Segunda Noche Preparatoria Jornadas anuales EOL Sección La Plata. 4 de septiembre
M. Constanza Gascón
“Es la cima de lo cómico, salvo que lo cómico no anda sin saber de la no relación que está al corriente del sexo. De nuestra dignidad toma su relevo, hasta su reemplazo”. (1)
Título de la Dupla de investigación: Lo tragicómico en la acción humana. Sospecha y transmutaciones en la experiencia analítica
Responsables: Silvina Molina, Laura Arroyo. Participantes: Diego Dortoni, Iara Suarez, Fabiana Municoy, Germán Schwindt, Adriana Saullo, Ana Bianco, Verónica Escudero y Constanza Gascón.
Nuestra modalidad de trabajo consistió en agruparnos desde los diferentes ejes: eje N°1: Del héroe trágico al héroe cómico, eje N°2: Pantomimas neuróticas y el eje N°3, en el cual decidí incluir mi trabajo: Lo tragicómico en el recorrido de un análisis.
“La comedia de los sexos” es el título de una obra de Ernest Hemingway, que Jacques- Alain Miller menciona en su texto De la naturaleza de los semblantes (2) para explicar la experiencia amorosa entre los hombres y las mujeres, la cual, en la mayoría de los casos, es desastrosa, llena de desencuentros y fuente de sufrimiento para el parlêtre.
Lacan lo dice muy bien en “Televisión”: “El hombre, al equivocarse, encuentra Una mujer, con la cual todo puede ocurrir, es decir habitualmente ese fracaso en que consiste el éxito del acto sexual. Sus actores son capaces de las más altas hazañas, como se sabe por el teatro”. (3)
Así, la comedia de los sexos, podría constituir una más de las Respuestas de lo real (4) aludiendo al título del Seminario de J.A. Miller, recientemente publicado. Pero ¿de qué real de trata aquí al menos en esta comedia?
Volviendo a nuestro trabajo de investigación de esta dupla, surge la hipótesis de si la comedia de los sexos es también objeto de la sospecha del analista. Sospecha en tanto que permite sostener la incógnita y no tragarse el cuento: ese armado que tiene como función velar algo de lo que cada uno de los sexos no puede sino desconocer. De esta manera, sirviéndose de la pantomima de lo tragicómico de la pareja, se elude y se responde a la vez a lo real, el de la “no relación sexual”.
Entonces nos preguntamos: ¿Cuáles son las transmutaciones de la relación al partenaire en el recorrido de un análisis? ¿Cómo se llega y cómo se sale respecto a esta cuestión?
Nos serviremos de un testimonio de pase para poder dar cuenta de las transmutaciones al final de análisis.
Marta Serra Frediani, fue AE de la ELP durante los años 2017-2020 y es la actual Secretaria del Pase por la ELP. Este testimonio, está publicado en su libro El psicoanálisis en singular. Un recorrido (5) y se titula “Vaivén”.
En primer lugar, voy a destacar las coordenadas del parlêtre que propiciaron la formación del síntoma y el fantasma en este caso. Un acontecimiento primero y sus respuestas.
1. Vaivén
Marta relata que antes cumplir 4 años había sufrido de terrores nocturnos. Estos se caracterizaban por una sensación corporal fuerte: el espacio se agrandaba y se empequeñecía en torno al cuerpo. Su familia la rodeaba para consolarla y ella no sabía como decirles que ya estaba despierta, pero que aún continuaba sintiendo “eso”. En su recuerdo, su madre, con ánimos de calmarla, le decía: “tranquila, no pasa nada, hay jamones en el techo”. (6)
El vaivén, se había mantenido a lo largo de toda su vida, y podía surgir fácilmente cuando, con los ojos cerrados, oía a una o varias personas hablar sin entender el sentido de lo que decían, “podía ser algo angustiante o algo gozoso, o algo litoral entre ambos”. (7)
2. La escena de seducción
El segundo elemento crucial que relata Marta es lo que llamó la escena de seducción. Recuerda que siendo niña, 3 o 4 años, estaba jugando con su padre en el comedor de la casa familiar, riendo juntos cuando él deslizó los dedos hacia arriba de sus piernas, simulando bichitos que subían y le mordisqueaban suavemente las nalgas. Se trataba de un juego. Su madre apareció en el marco de la puerta de la cocina y les lanzó a ambos una frase: “A eso no se juega”. El juego se interrumpió bruscamente y todo quedó en suspenso. Dice: “Hoy sé que aquella fue la principal aportación de mis padres, inocentemente traumáticos, a la producción de mi neurosis”. (8)
Desde el inicio de su último análisis, Marta hablaba de su síntoma y del sufrimiento que comportaba desde dos perspectivas aparentemente distintas, que poco a poco fueron mostrando no ser sino dos caras de la misma moneda: una concernía al amor y al deseo : “no poder amar a un solo hombre” y la otra, que apuntaba más al goce en juego, la denominaba: “compulsión de seducción”, compulsión que no hacía sino apuntar a un más allá del goce fálico…una manera de ser no-toda para su partenaire.
3. Un Sueño
En una sesión, surge el relato de un sueño de transferencia. Ella está en una habitación con el analista y con Lacan. El analista está tras una mesa con libros y papeles, mientras que Lacan -que es al mismo tiempo el analista- la hace avanzar caminando frente a la mesa, empujándola con sus manos dulcemente apoyadas en su trasero. Relatando el sueño, Marta espeta a su analista: “¿ve usted lo que me sucede?”. (9)
Este sueño no solo incluía al analista en el síntoma, sino que ofrecía ya un esbozo del objeto fantasmático. El analista cortó la sesión con un “le agradezco el lugar que me ha dado” que permaneció enigmático. Su culpa por suponer una mirada de deseo en el analista, mirada captada antes de la demanda de análisis y la respuesta del analista: “si, la miré” fue aniquilada inmediatamente con un “ma petite cherie… ¿por qué no se busca usted un amante y así podemos hablar de otra cosa?” (10) que la catapultó a la posición analizante, ya sin remedio.
4. El S1, Jamón
El análisis permitió en un primer tramo localizar y aislar el significante amo extraído de la escena de seducción infantil -Jamón- . Es decir, que en el encuentro del cuerpo del vaivén con el lenguaje -con jamón en tanto S1- Marta ubica allí el acontecimiento de cuerpo que fue, y es, su sinthome.
Este significante “Jamón”, que además resuena con las siglas de su analista, se articulaba con las identificaciones imaginarias tomadas de la madre, quien con su frase “ya verás, a las mujeres guapas, los hombres nos comen de la mano” (11) le daban consistencia a su anudamiento singular, el síntoma que había nombrado como compulsión de seducción. ¿Qué transformación fue necesaria para que esa seducción no comportara sufrimiento sino satisfacción?
5. Un nuevo amor
Transcurridos varios años de análisis, y tiempo después de la separación de su anterior pareja, la contingencia facilitó que alguien, que muchos años antes había rechazado su oferta fantasmática surgiera en el presente. Pero Marta “ya no era la misma”. Se trata de un hombre que acepta su ser no-toda, que soporta que se ausente de sí misma y que a veces sea tomada por el vaivén que concierne a su locura singular, dado que, cito: “no está regulado por nada que venga de lo simbólico, es un goce que escapa al falo y sobre el cual el no da aires de poder domarlo.” (12)
El encuentro amoroso entre ellos no pretende anular su vaivén, lo respeta hasta el punto de que está metafóricamente integrado. La relación comporta un vaivén entre dos ciudades: Barcelona y París -su partenaire va y viene o ella va y viene- “nuestra idas y venidas para estar juntos hacen que el significante de mi deseo que está en su cuerpo no me exija renunciar al vaivén que me constituyó como parlêtre”.(13) Sin embargo, según ella, cuando esta con él, está menos loca.
“Una suplencia exitosa del lado del amor pudo venir a cubrir el vacío del no hay relación sexual. Puedo decir que fue un nuevo amor precisamente porque nunca estuvo sometido a las exigencias fantasmáticas anteriores.” (14)
6. Resto sintomático
Podemos constatar a lo largo del recorrido de un análisis, que si bien hay transmutación en el régimen del goce, esta se trata de una operación que no es sin resto. Aquí el vaivén permanece siendo su resto sintomático, cito: “a veces solo como sensación corporal, pero sobretodo está en mi manera de vivir la vida, de sentir y de trabajar…” (15)
Para concluir quería retomar una cita de Marcelo Barros, en su libro Matrimonios, donde señala: «los cónyuges actúan una farsa. Solo que la farsa es un género teatral. Hay arte en eso, como en lo que Lacan llamó sinthome al final de su enseñanza. El matrimonio es una comedia en la que marido y mujer sostienen las máscaras teatrales… sin embargo el verdadero matrimonio empieza cuando los esposados ya descubrieron el montaje: La feminidad no parece tener límites, y la masculinidad dice “ya lo sé, pero aun así”». (16)
Notas
(1) Lacan, J.: “Televisión”, en Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012, pág.540.
(2) Miller, J.-A.: “De la naturaleza de los semblantes”, Paidós, Buenos Aires, 2002.
(3) Op.Cit (1), pág. 564.
(4) Miller, J.-A.: Respuestas de lo real, Paidós, Buenos Aires, 2024.
(5) Serra Frediani, M.: El psicoanálisis en singular, un recorrido. Ned ediciones, Barcelona, 2021.
(6) Ibíd., pág.38.
(7) Ibíd.
(8) Ibíd.
(9) Ibíd.
(10) Ibíd, pág.39.
(11) Ibíd.
(12) Ibíd, pág.74.
(13) Ibíd.
(14) Ibíd, pág 101.
(15) Ibíd.
(16) Barros, M.: Matrimonio, Grama, Buenos Aires, 2021, pág.80.