Invenciones

Delirios de la vida cotidiana. Primera Noche Preparatoria rumbo a X Jornadas Anuales EOL Sección La Plata. 28 de junio de 2023

Josefina Altschuler

“Ante el loco, ante el delirante, no olvides que eres o que fuiste analizante y que también tú hablabas de lo que no existe” (1)

En nuestra época, lo simbólico es lábil, el Nombre del Padre no siempre está disponible prêt à porter, los sujetos se ven obligados a darse sus soluciones que pueden ser típicas o arreglos no estándar. Los delirios de la vida cotidiana, resultan así, muchas veces, las invenciones que facilitan, permiten, restablecen el anudamiento para tener un cuerpo, habitar el lenguaje, enlazarse al Otro.
Lacan ubica en el “El atolondradicho” (2) que al ser hablante se le hace problemática la función de cada uno de sus órganos. Es en lo que se especifica el esquizofrénico por estar tomado sin el auxilio de un discurso establecido, los órganos en el esquizofrénico juegan solos su partida, tienen vida propia, de allí que el esquizofrénico está obligado a inventar sus apoyos, sus recursos para poder hacer uso de su cuerpo y de sus órganos.
La invención consiste en hacer algo nuevo con los materiales preexistentes, de orígenes diversos y heteróclitos, las piezas sueltas, elementos que fuera del todo pierden su función. El bricolador debe darles otra función a partir de hallarles, contingentemente, un uso nuevo.
Le toca a cada parlêtre inventar con lo que hay su arreglo, un artificio, un bricolage, siempre único, incomparable, singular.
Nos interroga ¿qué actitud conviene al analista en esta práctica, la de los delirios de la vida cotidiana?
Es al analizante al que se le atribuye, en la perspectiva de la última enseñanza de Lacan, el saber, el analista sigue, se deja enseñar, se hace herramienta de los arreglos del analizante, se ofrece como un lugar vacío.
Miller señala la versatilidad del objeto analista el que no quiere nada a priori y se presta al uso que el analizante le da. F. Jullien (3) en su “Conferencia sobre la eficacia” delinea las maneras de las que la cultura oriental se vale para la “transformación silenciosa”, brújula que puede interesarnos respecto de las formas del analista: se sirve de la propensión de las cosas, sin un modelo, detecta los factores favorables en cada situación, ubica los elementos con los que es posible lograr la transformación de tal modo que el efecto será una consecuencia necesaria y no un fin preestablecido.

Acerca de la viñeta clínica presentada: Estilista de belleza
Un niño es traído a la consulta por serias dificultades en el lazo social, con su cuerpo y dado que se tornaron irrefrenables sus pasajes al acto. Todo esto inquieta a los padres y a la escuela donde cursa sus primeros grados. Para él, todo lo simbólico es real.
La viñeta se orienta por el modo en que este sujeto trata lo real que lo invade. Hace en análisis con lo que trae como un interés que sostiene y lo sostiene desde pequeño, su gusto por los retoques femeninos, su instrumento es un celular adosado a su cuerpo cuyas imágenes compartidas con la analista sirven al establecimiento del lazo transferencial.
Al tiempo de iniciado el análisis y a poco de iniciarse el año escolar, edita una imagen con la que se incluye entre sus pares y se la comparte a sus padres.
Logra en las entrevistas dejar fuera el celular y materializar personajes en cartón o dibujos, se ocupa de embellecerlos.
La actitud de la analista es seguirlo en su iniciativa, dejarse enseñar y sorprenderse. Ante un accidente que la analista sufre el sujeto le ofrece su saber hacer.
Se sirve de objetos que amarran su cuerpo dándose distintas imágenes, su saber hacer con las imágenes humanas modificándolas, embelleciéndolas, le permite nombrarse en el análisis a partir de su invención.

Notas
(1) Miller, J.-A.: “Ironía”, Revista Consecuencias N°7, noviembre 2011, https://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/007/template.php?file=arts/alcances/Ironia.html
(2) Lacan, J.: “El atolondradicho”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p.480.
(3) Jullien, F.: Conferencia sobre la eficacia, Katz, Buenos Aires, 2006.