Hilitos

Belén Rodríguez

Granos de locura. Primera Noche de Carteles. EOL Sección La Plata, 26 de abril.

Recibí por parte de la Secretaría de Carteles la propuesta de indagar respecto del saber que se produce en el cartel a partir del contrapunto entre las citas y la invención de cada uno en la elaboración colectiva del mismo.

Asimismo, se nos invitó a articular la actividad al tema del año en la Sección: “La práctica analítica entre la locura y la debilidad mental”, de allí surgió llamarla “Granos de locura”.

Algunos de los disparadores enunciados fueron ¿qué lugares posibles para las citas en el cartel? ¿Qué uso hace uno de ellas? ¿Cómo pasar de la cita al hallazgo? ¿Se podría pensar ese pasaje como el “grano de locura” de cada cual?

Debo confesar que me sumergí con mucho entusiasmo en esos temas, no sin naufragar largos ratos.

Intentaré hoy compartirles algo de ello…

Me interesó particularmente una referencia acercada por la Secretaría, al plantear la invitación, que es un texto de Lacan que no había leído, que se llama “Breve discurso a los psiquiatras” del año 1967. Resultan muy interesantes los señalamientos que allí hace en relación a la formación en Psicoanálisis, así como a la transmisión.

Cito: “Si ustedes tuvieran un hilito, cualquiera sea, (en otro pasaje dirá, “que encontrarían solitos”), eso les sería más valioso que cualquier cosa, tanto más cuanto que eso los llevaría de todos modos necesariamente a aquello de lo que se trata” (1).

Interesante me resultó esa idea de “hilito”, me resonó en la práctica y en la formación, llevándome a pensar de qué se trata ese hilito, si surge siempre por ejemplo en un trabajo de cartel, y qué lo diferencia del rasgo. Me parece que ese hilito tiene más bien que ver con algo del orden del hallazgo, que no siempre se produce en el trabajo del rasgo. Algo que uno encuentra y lo capta, y desde donde uno puede tironear o simplemente dejarse llevar hacia “aquello de lo que se trata”, como decía Lacan. Entonces ese hilito, ¿cómo lo que atrae, lo que causa?, ¿lo que provoca ese deseo de saber en cada uno en el trabajo colectivo de cartel? 

Procurando enlazar la experiencia de cartel en el tema propuesto por el Directorio, me surgió la interrogación acerca de poder pensar esa referencia al hilito en relación a la locura o a la debilidad mental. ¿De qué lado podemos pensarla?

Vayamos primero a la locura.

Lacan en el año 1978 a pedido de Jacques-Alain Miller elaboró un breve escrito en defensa del Departamento de Psicoanálisis de Vincennes, cuya existencia en Paris VIII se veía amenazada. Allí, en relación a lo imposible de enseñar en Psicoanálisis, dijo “Todo el mundo es loco, es decir, delirante” (2). 

De este modo, esta fórmula conclusiva de Lacan nos lleva a revisar el uso del término locura a lo largo de su enseñanza, destacando que desde los comienzos de la misma parece escindirlo de la psicosis, ya desde el Seminario 3 donde remite a Erasmo, en el Elogio a la locura, como quien ubicaba a la locura del lado del comportamiento normal. Es en la última enseñanza que comienza a promocionar el término locura dejando de lado las estructuras clínicas, ubicando a lo delirante en el hablar mismo del sujeto parlante. Jacques-Alain Miller en su texto “Ironía” sostiene que “el delirio es universal por el hecho de que los hombres hablen, y de que para ellos haya lenguaje” (3)

Entonces, mientras hablamos… deliramos. – Habrá que indagar sobre el carácter de esos delirios-.

Es así como tironeando de esos hilos, me resultó sorprendente una cita del Seminario 24, al final de la clase del 11-01-77: “Esto es por lo que nos hablamos solos, hasta que sale esto que se llama un yo (moi). Del que nada garantiza que no pueda, propiamente hablando, delirar… Entre locura y debilidad mental, no tenemos sino elección” (4).

¿Y qué hay de la debilidad mental?

Fue en el Seminario 11 donde Lacan nos sitúa al débil mental en serie con el fenómeno psicosomático y la psicosis, en sus diferencias entre sí, pero compartiendo la holofrase, la solidificación de los significantes. Pero a partir de entonces, a medida que va avanzando en su enseñanza va configurando a la debilidad mental como propia del ser hablante, despegándola de lo patológico. Comienza a darnos otros indicios acerca de cómo la piensa, más explícitamente en el Seminario 22 la empieza a vincular a la propiedad imaginaria. Cito a Lacan allí: “hay algo que hace que el ser hablante se demuestre consagrado a la debilidad mental, y eso resulta de la sola noción de imaginario en tanto que el punto de partida de ésta es la referencia al cuerpo y al hecho de que su representación —quiero decir todo lo que para él se representa— no es sino el reflejo de su organismo” (5). Es decir, la debilidad mental aquí pensada por los límites de lo imaginario (corporal).

A la luz de estas referencias, ¿Cómo pensar la posición del cartelizante respecto del saber que allí se produce? Podemos interrogarla del lado de la locura (y de que locura hablamos) o quedar ligada a cierta debilidad mental (y cuál es la función de eso allí).

Estos interrogantes resultaron de la propuesta a trabajar para esta noche. Un hallazgo encontrar estos hilitos que provocaron en mí un deseo por explorar estos temas.

Hilitos que se encuentran con otros, pero propios, hilitos que provocan y que pueden resonar a veces un poco locos, y otras tantas un poco débiles.

Notas Bibliográficas:

(1) Lacan, J.: Petit discours de Jacques Lacan aux psychiatres”. En el Cercle Psychiatrique H. Ey, Sainte Anne, el 10 de Noviembre de 1967, Inédito. 

(2) Lacan, J.: “¡Lacan por Vincennes!”, en Revista Lacaniana de Psicoanálisis N°11, Publicación de la EOL, Año VII, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2011, pág. 11.

(3) Miller, J-A.: “Ironía”, en Consecuencias, Revista digital de Psicoanálisis, arte y pensamiento. Edición N°7, https://revconsecuencias.com.ar/ediciones/027/default.php, 2011.

(4) Lacan, J.: “Efectos de significantes”, en El Seminario, Libro 24 L’insu que sait de l’une-bevue s’aile ‘a mourre, inédito, clase 4, del 11 de enero de 1977.

(5) Lacan, J.: en El Seminario, Libro 22 “R.S.I”, inédito, clase 1, del 10 de diciembre de 1974.