Heteróclitos. Por Adriana Fanjul, responsable de la Comisión Organizadora

Presentación de la Comisión Organizadora

Por Adriana Fanjul. Responsable

Buenas noches a todos, agradezco en primer lugar al Directorio y a la Instancia Diagonal por haberme confiado la organización de las novenas jornadas anuales de nuestra Sección y por permitirme estar hoy aquí transmitiéndoles parte del trabajo. Invitación que revalida la responsabilidad y la alegría que implica la tarea encomendada.

Antes de comenzar me gustaría nombrar a mis compañeras en la organización: María Paula Carasatorre, Ivonne Centraco, Antonela Garbet, Marcela Finocchi y Cecilia Valfiorani quienes sin dudarlo se sumaron a la convocatoria. A ellas mi total agradecimiento.

Intentaré transmitirles algo de la puesta en forma del trabajo realizado por la comisión organizadora. No se asusten que no me voy a detener ni en los presupuestos, ni en los detalles domésticos de la organización, ¡aunque también tienen su encanto! Sí me interesa contarles lo que implicó para nosotras el desafío de seleccionar la imagen.

Partimos del título de las jornadas «La práctica analítica en las diversidades», hicimos zoom en el término diversidades y con él una pregunta se instaló: ¿qué es lo diverso? En una suerte de torbellino de ideas desordenadas la diversidad nos condujo al tema anunciado para el próximo congreso de la AMP «Todo el mundo es loco» y con él arribamos a la singularidad como invención. Orientación aportada por Miller que echa luz sobre «los estilos de vida»(1)  en detrimento de la patologización que imponen los discursos normativizantes. Brújula que Miller sitúa en la práctica analítica y que hay que entender como un instrumento del practicante y no como un ordenamiento de los sujetos. (2)

En tal sentido, “todo el mundo es loco” enmarca no solo la «ultimísima práctica» (3)  sino que retroactivamente permite elucidar la enseñanza de Lacan y resituar la incidencia de las diferentes axiomáticas dando lugar a diversas maneras de concebir la práctica misma (4). No obstante, más allá de las transformaciones podemos decir que la práctica analítica en sus diversidades -desde Freud y con Lacan- “toma uno por uno a los sujetos desparejos” (5) instituyendo “la exclusividad de lo singular” (6) como única universalidad posible. (7)

La pregunta insistía, ¿qué es lo diverso?, y a ello se le sumó otro interrogante, cómo darle imagen a “eso” sin atiborrarlo de sentido. Así iniciamos la búsqueda, no sin confusión, ante tanta variedad de estilos artísticos (naif, abstracto, figurativo, realista, hiperrealista, etc.) y tipos de piezas de las que podríamos servirnos (pintura, dibujos, fotografía, escultura, etc.). Algo teníamos claro, queríamos una imagen que impactara, que no se olvidara fácilmente y que tuviera su costado enigmático para abrir a variadas resonancias. Tal vez un poco pretensiosas pero decididas en la orientación.

Un encuentro contingente con un video de una de las tantas artistas que seguíamos nos condujo a un rompecabezas infantil y a un libro cuyos personajes se iban componiendo a partir de diferentes piezas, sin saberlo estábamos a un paso de ingresar en el arte del collage analógico y digital. Siguiendo esta pista y con la idea de hallar un artista que tenga relación con la ciudad, comenzamos la búsqueda y no sin asombro constatamos no solo la vigencia de este arte sino también la depuración de la técnica a partir del uso de nuevos materiales provistos fundamentalmente por el desarrollo digital (mixed media) (8) que favorece una expresividad más ecléctica y disruptiva.

Como ustedes saben el collage es una técnica artística que consiste en pegar distintas imágenes sobre un lienzo o papel y si bien surge y se aplica fundamentalmente a la pintura,  por extensión puede referirse a cualquier otra manifestación artística. Desde sus inicios (9) ha sido utilizado en los movimientos vanguardistas de mitad de siglo XX (cubismo, surrealismo, dadaísmo, etc.) hasta convertirse hoy en un arte muy difundido que prosigue la estela critica del origen,  desplazando  los límites de lo que se acepta como norma o statu quo. No solo en lo que hace a la obra final –que muchas veces sirve de instrumento de crítica y de deconstrucción de los valores de la sociedad neoliberal–sino en su misma composición, en tanto cada pieza suelta –separada de su función primera– se redefine en la obra que compone, sin perder el rasgo diverso y heteróclito del origen de los materiales. Esto es algo que Miller destaca en su curso Piezas sueltas al estudiar la práctica del bricolaje: la permanencia de lo heteróclito. Piezas sueltas caóticamente ordenadas. (10)

Dirá Miller, “el tesoro del bricolador se forma al capricho de las ocasiones. Es el resultado contingente de residuos diversos que pudo recuperar”. (11) Si bien quien hace bricolaje tiene cierta libertad de maniobra, ésta se ve restringida por la configuración concreta de la pieza, que fue pensada y producida para un uso específico del que se ha separado. Libertad cercenada que evoca la posición del analista caracterizada por Lacan en “La dirección de la cura…”. Así el saber-hacer del bricolador o collagista se las arregla con lo que tiene a su alcance, un conjunto finito de materiales diversos “con determinaciones precisas pero cuyo empleo queda por hallar”. (12)

Estas referencias no orientaron nuestra búsqueda, sino que –debo decir– vinieron en nuestro auxilio en un tiempo segundo, luego del hallazgo de la obra que nos conmovió.

“Esperar” es el nombre de la obra que da cuerpo a nuestras jornadas, un collage digital realizado en el año 2020 por Martina Mezzetti que generosamente y sin dudarlo nos lo cedió para la ocasión. Martina es docente y licenciada en Artes Visuales con Orientación en Grabado y Arte Impreso, egresada de la Facultad de Artes de la UNLP. Nacida en Trelew, residió en nuestra ciudad hasta el año 2020. (13)

Volvamos a la obra. Como les decía recién, primero fue el encuentro luego la argumentación o, mejor dicho, el hallazgo resignificó la búsqueda. El impacto de la imagen con su pincelada de realismo mágico que linda con lo disparatado y la equivocidad que logra transmitir, ¡se impusieron!

Si bien en cada una de nosotras impactó de un modo diferente, coincidimos en encontrar cierta transmisión de la diversidad no sólo por la composición heteróclita de la figura humano-animal, como invención singular; sino que también permite pensar algo de lo diverso respecto a la práctica analítica misma. Para nombrar solo un sesgo, el soporte telefónico como elemento que evoca la variación impuesta por la pandemia a la práctica analítica. Quizás estas jornadas – que son las primeras presenciales, luego de tres años– sean también la ocasión propicia para sopesar las consecuencias que este real ha producido en cada quién y atisbar las incidencias del psicoanálisis en la subjetividad de la época.

Por último, otro encuentro, su título, “Esperar” que introduce la variable temporal tan cara al psicoanálisis y su práctica. Como dice Miller, “en los tiempos que corren uno ya no tiene tiempo de tomarse el tiempo… pero para el psicoanálisis hay que tomarse el tiempo” (14): el de la sesión, el tiempo de esperar, el tiempo de ir y volver y el tiempo del transcurrir un análisis. Tal como nos recuerda Miller, el tiempo del psicoanálisis es el tiempo de la pausa o escansión, un tiempo en espera ese elemento antiguo e invariante que contrasta con la aceleración de la civilización. En este contexto, la pregunta insiste con modalizaciones, en los tiempos que corren qué posición conviene al practicante en la civilización y en los debates de la época, cómo opera el psicoanálisis ante lo diverso.

Dicho esto, solo me resta invitarlos a participar de nuestras novenas jornadas deseándoles que el trabajo allí realizado sea para cada uno de ustedes, tanto como lo es para nosotras su preparación, la ocasión para alojar un auténtico trabajo de Escuela. Los esperamos ¡Muchas gracias!

Notas Bibliográficas

(1) Miller, J.-A.: “Conferencia de clausura de La Gran conversación Virtual de la AMP: La mujer no existe”, 3 abril de 2022, inédito.

(2) Miller, J.-A.: Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015.

(3) Ibíd., pág.315.

(4) Óp. Cit. (2), pág. 224. No es lo mismo la orientación por el NdP que por la operatividad del no-todo. Por otra parte, la interpretación del psicoanálisis (cómo opera la experiencia analítica) “varía en función de los efectos y consecuencias de la práctica del psicoanálisis sobre el psicoanálisis”,

(5) Óp. Cit. (2), pág. 328.

(6) Óp. Cit. (2), pág. 328.

(7) El discurso analítico no está coordinado a lo universal su referencia es el no-todo.

(8) También llamada técnica mixta, se refiere a la combinación de dos o más medios tradicionales o digitales. En el caso de los tradicionales se puede combinar acuarelas, carboncillos, collage analógicos, etc. y en el caso del arte digital se puede combinar pintura digital, foto-manipulación, 3D, fractales, etc.

(9) Atribuyen a Picasso ser el primero en utilizar la técnica en 1912 con su pintura Naturaleza muerta con silla de rejilla.

(10) Miller, J.-A.: Piezas Sueltas, Paidós, Buenos Aires, 2013. Definición que evoca la referencia de Lacan en el Seminario 23 en torno al cuerpo, retomada por Miller en su curso Piezas sueltas.

(11) Ibíd, pág. 15.

(12) Óp. Cit. (10), pág. 15.

(13) Instagram: @martiimezzetti

(14) Óp. Cit. (2) , pág. 24.