CONVERSACIÓN ARTE Y PSICOANÁLISIS: VOS TENÉS EL ARTE –La Plata, 23 de noviembre de 2018
Rosana Salvatori
Ocurrió otra vez… el encuentro de la artista y la psicoanalista. Fue en la sede de Edulp (Editorial de la Universidad de La Plata), en una sala cálidamente ambientada. De las paredes, colgaban cuadros con grandes rostros a color del artista Augusto “Falopapas” mientras se escuchaba la música de Casablanca.
Ante un público que colmó el lugar y las luces encendidas para la filmación, estaban ellas dos: María del Pedro, analista responsable del proyecto “Vos tenés el arte” y Cintia Rogovsky, escritora. Cada una puso en acto lo suyo para que el acontecimiento de la conversación fuera posible. No faltaron las preguntas y comentarios del auditorio.
María presentó la actividad agradeciendo al Directorio de EOL Sección La Plata y a Facundo Abalo, Director de EDULP, aclarando que se trataba de un ciclo que comenzó allá en el año 2015 con la conversación con Manuel Moretti, líder de la banda “Estelares”, para continuar en los años sucesivos con Juan Soto, dibujante y la coreógrafa Andrea Castelli. Anticipó que la serie culminará en 2019 con la entrevista a Rodrigo Mirto, presente en la sala, bajo el tema: “Soldar para vivir”.
A continuación, presentó a Cintia: escritora y docente, aclarando que dado que también contaba con experiencia como analizante, se trataba de buscar, de pensar, cómo fue armando su obra, si hubieron o no puntos de conexión con el análisis.
La pregunta elegida para abrir fue acerca de la necesidad de la escritura, a la que Cintia respondió desplegando el modo en que esa relación se presenta como necesaria desde la infancia. Comenzó a escribir y a dibujar, “tengo mucha imaginación… siempre estoy armando historias… leo mucho”. Ella creció entre libros. Procedente de una familia rusa por el lado materno, cuenta que los libros sobre literatura rusa tienen un lugar importante en su biblioteca.
Los destinos de sus escritos son diversos: ensayos, escritos académicos, la audiencia de la radio, su novela-ficción y, sobre todo su blog, al que le dio valor de comunicación, agregando que también “se escribe por venganza”… “En el blog me manejo con un grado de libertad”. Escribe un blog que tiene más de 700 entradas, escribe todos los días. Comentó la experiencia dramática durante la inundación en 2013, en la que llegó a escribir, dosificando la batería agonizante, desde el techo de su casa. Consiguió así la balsa que llegó al rescate.
La escritura tiene una “función de denuncia”, dijo en relación a la pregunta por el valor de lo testimonial en ella. En un claro compromiso político, se define militante y piensa al lenguaje como “campo de disputa”.
Sobre el final, María introdujo algunos temas de actualidad como la “marea verde” y el lenguaje inclusivo, ubicando el punto de máxima dificultad en relación a lo trans y recomendándonos la entrevista de Ana Cacopardo a Susy Shock. Cintia no tiene una posición conclusiva al respecto. Fanática de la psicoanalista rusa Sabina Spielrein, contagió el entusiasmo a través del blog a un grupo de seguidores en España. Dijo no saber qué es la escritura femenina: “hay escritura de mujeres”. En relación al lenguaje inclusivo, señaló el valor del respeto frente al modo de dirigirse del otro y dijo: “si le molesta al fascismo, seguro, allí, hay algo interesante, algo que es genuino”, para lanzar la frase genial: “vamos viendo cómo hacemos con las gramáticas del estar siendo”.
Finalmente, me interesa destacar que lo que el análisis le permitió avanzar, fue la posibilidad de poner en juego el nombre propio para la publicación de su novela, describiendo el proceso de trabajo singular que implica para ella. Cintia “boceta la novela”, planificando una estructura previa en la que dibuja cada detalle, verifica y toma fotos de lugares, ya que se trata de imaginar de qué modo darle cierta verosimilitud e historicidad a la narración. Se trata, dijo parafraseando a Nabokov, de “acariciar los detalles”.
La escritura es un trabajo para Cintia, un trabajo que requiere tiempo y oficio, tiempo sacado a la familia, a las obligaciones. Fue interesante cómo ubicó en esta línea el trabajo de los escritores latinoamericanos en general, ubicando como excepción a aquellos que pueden disponer de un espacio físico de mayor comodidad, como fue el caso de Victoria Ocampo y otros pocos.
La escritora testimonió de un saber hacer que, como dijo Lacan a M. Duras, no necesita del análisis para prosperar: “los posteos necesito hacerlos”. Pero hay otro nivel de la escritura en la que queda concernida de una manera diferente y para lo que fue necesario servirse de la experiencia analítica: “No sé si hubiera publicado sin analizarme… poner en juego mi nombre… contar una historia desde la entraña”.
“Hay palabras que pegan”, dijo. Sus palabras pasaron, percutieron, emocionaron.
Al día siguiente de la actividad, Cintia posteó estas palabras que comparto con ustedes que tienen el valor de lo escrito. En ellas se lee quizás una respuesta a alguna pregunta formulada, como la que le dirigieron en torno al tema de la intimidad en su literatura:
“Yo era un poco también a veces de esa estirpe salvaje que lucha por sobrevivir y ser amada, cada vez que una mirada me adivinaba el deseo.
Y entonces, escribir. Me preguntan sobre escribir. Si escribir lo íntimo, si hacerlo acerca de esto le dará carnadura, si el peso de la palabra escrita hace más pesada la mochila. Si el miedo de morir nos apremia a escribir. Si escribimos para vengarnos o para hacer justicia. Si escribimos para que nos amen, o para que nos comprendan. Si perdonamos las injurias porque estamos hechos un poco de materia divina y no solo de barro y diablos, o si sencillamente lo hacemos para aliviar el equipaje y seguir andando”.
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