El tiempo lógico del inconsciente: interrogantes actuales sobre nuestra práctica

FLASHES DEL BLOG # 6: CONVERSACIÓN SOBRE EL TIEMPO LÓGICO Y EL ASERTO DE CERTIDUMBRE ANTICIPADA. UN NUEVO SOFISMA

Por María Fabiana Municoy

El atemporal texto de Lacan,(1) trabajado en el espacio virtual que nos convocó el 22 de Abril a los practicantes del psicoanálisis de la Sección EOL La Plata, no deja de sorprenderme por las diferentes perspectivas de análisis que de él se desprenden. Atravesada la humanidad entera por el virus que nos remite a confinarnos, muchas de las experiencias que hoy nos atraviesan pueden ser leídas bajo el tiempo lógico que se desprende de este sofisma. Ejemplo de ello son nuestras propias determinaciones que nos llevaron  del” para todos” a ciertas excepciones transgresoras de las cuales se desprende nuestra singularidad y nuestro goce, y en su otro extremo, la imposibilidad de transgredir la ley como  mandato  feroz del super yo que nos habita. Es que el tiempo lógico propio del sujeto parlante debe ser leído en su doble vertiente: el tiempo que se extiende a partir de la combinación significante que dilata en ocasiones el tiempo de concluir y que no toca el cuerpo, y por otro lado, el tiempo de la pulsión que empuja la conclusión hacia el acto comprometiendo el cuerpo en el circuito que caracteriza su empuje. “Entre estas dos dimensiones se juega el destino del cuerpo hablante en sus estados de urgencia,(2)” nos testimonia Miquel Bassolls en Virtualia 31 en su texto “El cuerpo hablante y sus estados de urgencia”, del cual extraigo esta bella frase en alusión al texto sobre el tiempo lógico de J. Lacan: “Se plantea un tiempo que se desarrolla a partir de la estructura del lenguaje en los rieles del significante, pero en su tren hay un viajero secreto: la pulsión misma que reside en el instante de la mirada y que efectúa su bucle alrededor de un objeto: la mirada misma”(3).

 Tomando como referencia estos ejes, y en función a mi práctica clínica, el tiempo lógico que me interpela es el tiempo del inconsciente, aquel que compromete el cuerpo del analista en tanto instala el objeto a en el lugar del semblante. Es en esta dimensión en que se manifiesta el cuerpo hablante, cuerpo agujereado por la resonancia de un decir que hace eco y produce afectos que serán desplazados  vía la transferencia en términos de una verdad siempre a medias. Entonces, desde esta perspectiva, ¿puede nuestro recurso a la tecnociencia de la que hoy dependemos, equipararse a la sesión donde la presencia del cuerpo del analista es depositario de un real que cae como resto de lo simbólico? Es mi tiempo de ver en esta encrucijada aún no resuelta. Lo que sí puedo alegar es un marcado cansancio al final de mi práctica diaria y cierta incomodidad frente a la pantalla.

He leído y escuchado diferentes versiones respecto a este interrogante, algunas señalan que el cuerpo del analista al formar parte del inconsciente está tan presente en la  sesión virtual  como en una  tradicional si la posición del analista es la correcta, en tanto el objeto voz y mirada se despliegan en este circuito. Otros, más cautos, prefieren opinar luego que el confinamiento haya terminado para poder extraer de la experiencia un saber que redunde en posibles conclusiones. Lo cierto es que nuestro deseo decidido por alojar el inconsciente a través de la práctica del psicoanálisis no nos hace retroceder, así como aconsejaba Lacan “no retroceder frente a la psicosis” tampoco lo hacemos frente a  la pandemia.

Fecha de recepción 26/5/2020

Notas:

1- Lacan, J. El tempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma, en Escritos 1, Siglo XXI

2-Bassols M. El cuerpo hablante y sus estados de urgencia. Virtualia 31. Revista Digital. Año 2016.

3-Ibid.