PRESENTACIÓN DE LAS XXVIII JORNADAS DE CARTELES – EOL Sección La Plata, 10 de abril de 2019
Adriana Fanjul
¡Buenas noches! Hoy nos toca presentar las XXVIII Jornadas Nacionales de Carteles de la Escuela de la Orientación Lacaniana.
Esta noche hemos decidido conversar sobre “El tiempo del Cartel” en tanto la dimensión temporal, en sus diferentes versiones, atraviesa lo particular del cartel y de estas XXVIII Jornadas Nacionales.
I.
Hace unos años Miller se preguntaba “¿qué hacemos del tiempo en psicoanálisis?” y respondía: “hacemos sesiones” (1); podemos agregar a esto que también hacemos Jornadas. Si bien es cierto que hacer mención del tiempo transcurrido resulta casi una obviedad… no podemos descuidar la figura lineal y progresiva en las que estas Jornadas se inscriben en continuidad con el camino trazado por la Escuela y hacia la Escuela, en tanto el cartel como dispositivo privilegiado de trabajo e investigación sirve de puerta de entrada.
Aquellos que han tenido la oportunidad de participar o asistir a una Jornada de Carteles saben de lo que les hablo, las Jornadas son la ocasión propicia para inscribir la diferencia -como dice Eric Laurent (2)-. Cada trabajo, uno a uno, pone a cielo abierto un recorrido que se consolida in situ, en la conversación con otros cartelizantes de todo el país, ampliando “el mapa libidinal de nuestra orientación”. (3)
Por otra parte, el cartel mismo requiere de tiempo… no solo del que se contabiliza desde su constitución hacia su disolución, sino fundamentalmente de ese tiempo pulsante, escandido, singular, sometido a la lógica del inconsciente. Tiempos que se dan a leer en el encuentro con otros. En este sentido, el despliegue de los tiempos lógicos presentado por Lacan en su temprano texto “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada” (4) –instante de ver, tiempo de comprender, momento de concluir– echa luz sobre lo que allí acontece. Más allá de la manera singular en que estos tiempos se ponen a jugar en cada quién, es innegable que la intervención del tiempo tiene una incidencia en el dispositivo mismo; la perentoriedad condiciona la partida.
Hay en el avance, o podríamos decir, en el aserto del cartel –al igual que en la experiencia de los prisioneros que nos trae Lacan– cierta anticipación concluyente que no es sin “la lógica colectiva” (5). A su modo, en el cartel la diferencia de cada uno respecto a los otros y la modulación del tiempo posibilitarán que cada cartelizante deduzca el color propio del saber que porta.
II.
Podemos decir, por otra parte, que estas Jornadas son algo serio… en tanto constituyen la serie. Por tercera vez la ciudad de La Plata es anfitriona en las Jornadas Nacionales de Carteles, ratificando un tiempo de continuidad en el compromiso con el cartel.
Fue hace seis años, en un tiempo inmediatamente anterior a la creación de la Sección La Plata, cuando por primera vez el Pasaje Dardo Rocha fue sede del acontecimiento cartel. Tres años después, con una joven Sección, se dieron cita las XXV Jornadas Nacionales. Hoy podemos decir que estas jornadas que estamos presentando (número XXVIII), como cada una de las anteriores, si bien se inscriben en la línea temporal del camino iniciado por la Escuela, valen por sí mismas como una suerte de escansión (nombre que hemos elegido para los boletines) en tanto permiten en el continuo temporal producir un corte. Una detención en la duración, un impasse y a la vez un recomienzo. Transformando retroactivamente lo anterior en necesario y localizando –en un mismo movimiento– lo no atrapable, aquello que se resiste a la “acumulación”.
Como señala Miller, “el saber requiere tiempo y no sólo duración, porque requiere escansiones (…) La escansión comporta la adquisición de un resultado parcial pero que, como tal, lleva a cabo una mutación del problema inicial” (6). Apostamos a que las Jornadas contribuyan a esa mutación, planteada por Miller, y permitan visibilizar los efectos de un trabajo que lleva la marca del intercambio.
Por último, como no hay tiempo sin el lazo con otros, la “lógica colectiva” (7) también dice presente en la preparación de las Jornadas, en el lazo con otros discursos, con los artistas, en las inter-secciones y diagonales. Luciano Brutti, arquitecto y diseñador de objetos únicos, fue quien gentilmente cedió su obra –“Rotando al Sudeste” – que da imagen a las Jornadas. En ella el molinete de viento evoca en su simpleza la figura del remolino y el agujero que Lacan introdujo para hablar del cartel. Por su parte, Juliana Castellani con su saber-hacer les dio cuerpo a los molientes y quién sino Gloria Casado, nuestra colega cordobesa, para ensamblar con arte y dar movilidad a la fijeza de la imagen haciendo de nuestro molinete de viento un pequeño remolino. A todos ellos nuestro agradecimiento. Ahora sí, para concluir, podemos decir: ¡Es tiempo del Cartel!
Notas:
(1) Miller, J.-A.: Los usos del lapso, Paidós, Buenos Aires, 2005, pág. 13.
(2) Laurent, E.: “El caso del malestar a la mentira”,
(3) Millas, D.: “Editorial”, El cuaderno de navegación N° 13, junio de 2008, http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartelHYPERLINK «http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/013/millas.html»&HYPERLINK «http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/013/millas.html»SubSec=cuadernoHYPERLINK «http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/013/millas.html»&HYPERLINK «http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_cartel&SubSec=cuaderno&File=cuaderno/013/millas.html»File=cuaderno/013/millas.html
(4) Lacan, J.: “El tiempo lógico y el aserto de la certidumbre anticipada”, Escritos 1, Siglo XXI editores, 1984.
(5) Ibid., pág. 207.
(6) Óp. Cit. n° 1, pág. 218.
(7) Óp. Cit. n° 4, pág. 207.