El tiempo de decir (1)

DE NOTAR

Cecilia Fasano

 “Hay un abismo entre esa relación con el aullido y el hecho de que al final, el ser humillado, el ser del humus, el ser humano …llegue a poder decir algo”.
Jacques Lacan, 1975

“El tiempo de decir”es eltítulo del apartado (2) que hoy nos convoca. Confieso que debí sobreponerme al primer encuentro con los textos -heterogéneos, eruditos, eclécticos, ensayos académicos fuera de nuestro campo- características que inicialmente me empujaban al abandono de esa árida tarea. Sin embargo, a medida que avanzaba en la lectura los autores fueron atrapando mi atención, de modo que espero, es decir deseo, transmitirles el entusiasmo que me provocaron.

“El tiempo de decir”es una invitación a dar un paseo por la Roma Antigua, la Edad Media y el Renacimiento, no teman, seré breve. Tres hilos componen la trama de un tejido variopinto listo para disfrutar.

Sin ánimo de spoilear el asunto, solo a modo de adelanto les cuento que el primer hilo lo enhebra Florence Dupont (Profesora de literatura, helenista) quien nos transporta a la antigua Roma donde la importancia del decir era de tal magnitud que llevó a Cicerón a afirmar que un discurso escrito decepciona porque “falta la acción, el calor de la persona (ardor animi), el ardor de la improvisación, los sentimientos del auditorio”. (3) En ese sentido la autora considera que el escrito es una imagen del poder, pero no es el poder, el poder se ejerce en el decir, en las presentaciones orales. La potencia de la sonorización en el recitado de un verso, ausente en un texto, convierte al escrito en una partitura muda.

El segundo hilo lo recoge Didier Lett (Profesor de historia medieval) quien documenta el valor del grito de mujeres violadas en la Edad Media.Ese grito de no consentimiento, al ser transcripto en los archivos judiciales representaba un triple grito, un grito de miedo, de alerta y probatorio. Vale preguntar si en la actualidad el grito de las mujeres expresado en la “consigna “No es No” tiene el mismo valor probatorio que en la Edad Media.

El historiador se sirve de la clasificación de la voz en dos categorías realizada por Aelius Donatus (4) en su Ars grammatica: la vox articulata, propia del hombre y que puede ser escrita y la vox confusa, característica del animal, para concluir que el grito de violación toma prestadas ambas voces.

La terna se completa con la pluma de Nicolás Kiés (Profesor de literatura francesa) “El decir cómico en el Renacimiento”.Lacan ha confesado expresamente su gusto por la literatura del Renacimiento, por la ironía, el ingenio, las enunciaciones abigarradas, que caracterizan por ejemplo la obra de Rabelais y sus Palabras congeladas. Esas palabras que se congelaron en el aire y el hielo las conservó, luego con el deshielo de la primavera revelaron su sonoridad. Eran palabras extrajeras, que se compartían entre amigos Pantagruelistas, no se las comprendía, pero se las podía ver, oír y tocar calentando la palma de las manos.

Si en los años ´70 a Lacan le interesó el texto burlesco, fue porque pone el acento en las relaciones entre el decir y el goce, “sonidos cambiados, desplazados, juego de letras, vocales y consonantes modificadas”. (5) Estilo que encontramos en el Seminario 24 comenzando por el título: “Lo no sabido que sabe de la una-equivocación …”, allí cita a Étienne Tabourot, conocido por su antologíade Abigarramientos, el que contenía un extenso repertorio de palabras burlonas, acertijos, equívocas. Autor que cautivó a Lacan porque parecía que jugaba con el inconsciente sin tener idea de él. También Montaigne es el autor del Renacimiento que, por su invención disparatada, mejor se aproxima a la noción de inconsciente, despliega una lengua con “saltos y gambetas”, “piezas deshilachadas”, contradicciones. Ese sin ton ni son que produce el Uno de lalengua con la que goza el cuerpo.

Lo burlesco es más que un conjunto de trazos cómicos o ingeniosos, es un decir que lleva implícito un étourdit (aturdido/atolondrado), es también el tiro de gracia, el remate del chiste. En la actualidad lo encontramos en el punch line utilizado por los raperos en sus batallas, o en el estallido del exhibicionismo del Yo (en los posts / historias) con su estética del collage.

Les propongo entonces dejarse llevar por esta lectura. Se trata de una verdadera aventura intelectual, compuesta por pequeños ensayos en los que se dan cita la erudición, el humor, las anécdotas y los disparates.

Recordemos que Miller advirtió: “El decir es el olvidado de la fiesta, el que está en un pequeño rincón”, (6) entonces me gusta pensar que esta publicación va al rescate del decir olvidado y eso la convierte en una fiesta. ¡Están todos invitados!

Notas

(1) Versión ampliada de la intervención en “La Noche de LAS Biblioteca de la EOL” donde se presentaron las revistas Ornicar? N° 1 “Decir” y N° 2 “Creer”, el día 24 de octubre 2024
(2) Revista Ornicar? N° 1 “Decir”, Grama, Buenos Aires, 2023, pág. 45-82
(3) Cicéron: Brutus XXIV, 92. Citado por la autora
(4) Donatus: en Ars grammatica “Vox est aer ictus sensibilis auditu, quantum in ipso est/ omnis vox aut articulata est aut confusa/ articulata est quae litteris conprehendi potest/ confusa quae scribi non potest” (Una voz es un soplo del aire sensible al oído, en la medida en que está en él/ cada voz es articulada o confusa/ se articula lo que se puede captar mediante letras/ se confunde lo que no se puede escribir)
(5) Kiés, N.: Ornicar? N° 1 “Decir”, Grama, Buenos Aires, 2023, p. 74
(6) Miller, J.-A.: Un esfuerzo de poesía, Paidós, 2016, p. 60.