HACIA El X CONGRESO DE LA AMP: EL CUERPO HABLANTE. SOBRE EL INCONSCIENTE EN EL SIGLO XXI
Segunda actividad preparatoria: Presentación de Scilicet–EOL Sección La Plata, 30 de marzo de 2016
Cristina Coronel
El recorrido por los distintos artículos que componen este libro, me permitió hallar, en lo diverso, un punto de convergencia. Tomando como eje diferentes conceptos, de manera singular, cada uno de ellos nos acerca un borde del agujero indicado por Lacan: lo que “no hay” y lo que “hay”.
En su última enseñanza, Lacan escribió parlêtre, lalangue, cuerpo hablante, sinthome, acontecimiento de cuerpo… dando cuenta de su invención, lo real en respuesta al inconsciente freudiano. Términos que Miller extrae, destaca, y pone al trabajo, invitándonos a acompañarlo en su elucidación y minuciosa elaboración conceptual, causándonos y ocupándonos también a nosotros.
Pero, como quedó claro en los dos congresos precedentes, es en este siglo XXI cuando la torsión conceptual que implican estos términos y su uso operatorio cobra relevancia. No es casual: “El psicoanálisis cambia, lo cual no es un deseo, es un hecho, cambia en nuestros despachos de analistas…”, dice Miller (1). Y con la expresión “De Victoria al porno” señala este viraje de época, sus consecuencias en los seres hablantes, y por lo tanto también en la práctica del psicoanálisis; es algo que Lacan, aún en el siglo pasado, ya veía venir; lo constatamos en los relieves del último período de su enseñanza.
Es así que recibimos como brújula del X Congreso, la sustitución del inconsciente por el parlêtre, índice de lo que cambia en el psicoanálisis del siglo XXI, y a la vez “(a)muro”, perforador del muro del lenguaje, “en el esfuerzo de decir la experiencia sin aplastarse contra dicho muro”(2).
Sin embargo, la enseña, el tema que Miller propone es “El inconsciente y el cuerpo hablante”, título de la Conferencia publicada en Scilicet en el apartado “Orientación”. Finalmente vemos que para el Congreso queda como título “El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI”.
Leo primero, el reemplazo de un término neológico que no tiene traducción en otras lenguas, “parlêtre”, por otra expresión de Lacan que tiene el mismo sentido y se puede traducir a distintas lenguas: “cuerpo hablante”. Pero, yendo un poco más allá en la lectura, en avances, giros y retornos, encuentro que no es tan simple; y no es seguro que denoten exactamente lo mismo, aunque puedan coincidir en lo que connotan. (Sabemos, algunas veces vale sustituir estos términos entre sí, en ciertos contextos, manteniendo el sentido que queremos connotar. Miller mismo, lo hace en su Conferencia (3), y Lacan en sus seminarios y escritos, con varios términos que nombran conceptos centrales, por ejemplo el sinthome).
Entonces, en esta ocasión me interesó interrogar la relación entre “parlêtre” y “cuerpo hablante”, indagar su topología conceptual; ya que intentamos captar su vena, diferenciarlos y, en el camino, al realizar una torsión como en una banda de Moebius, encontramos que ocupan el mismo espacio conceptual. También, de cierta manera, podemos representarnos esta relación con el nudo borromeo en tercera dimensión, donde lo que esta envuelto respecto a uno de sus elementos resulta envolvente respecto a otro.
Como les decía, esto sucede con otras nociones que Lacan introdujo en su última enseñanza, los conceptos o categorías parecen ir brotando entrelazados unos con otros, llevando y reubicando las nociones clásicas en el nudo y en su cuerda. Lacan nos transmite así la necesidad de atravesar el muro del lenguaje para decir la experiencia, y quizá eso mismo lo llevó a manipular el nudo confrontándose y confrontando a su auditorio –en acto– con ese real del psicoanálisis, su invención. Y esto está plasmado y desarrollado en este Scilicet, de la “A” a la “V”.
Vamos al tema, planteando algunas preguntas: ¿Analizamos el parlêtre? ¿Analizamos el cuerpo hablante?
Encontramos una y otra vez, en Scilicet, la referencia lacaniana acerca del parlêtre: “es la palabra la que otorga el ser (por efecto retroactivo) y desde entonces el cuerpo se separa del ser y pasa al registro del tener”. ¿Cómo cuerpo imaginario? ¿Cómo cuerpo hablante? ¿El parlêtre es el cuerpo hablante?
Me apoyo aquí en el texto de Miquel Bassols, del cual extraigo: “se llega a tener un cuerpo, sin poder confundirse del todo con la consistencia imaginaria de su unidad…el cuerpo hablante resulta a veces extraño…”(4). Desprendemos una punta del hilo: el parlêtre llega a tener un cuerpo. El cuerpo hablante le resulta a veces extraño ya que el ser del parlêtre no se confunde del todo con la consistencia imaginaria de la unidad del cuerpo.
Miller destaca la expresión de Lacan (5) “Lo real…es el misterio del cuerpo hablante”, “unión de la palabra y el cuerpo”. Dice que esta unión aún así, siendo un misterio, es indudable, y agrega: “experiencia (…) que es del registro de lo real”. No se trata del cuerpo físico sino del cual podemos decir, siguiendo a Miller con Husserl, “mi cuerpo”, cuerpo de la experiencia de goce. “Carne que lleva la huella del signo”, en palabras de Merleau Ponty. (6)
Cito uno de los párrafos donde Miller plantea el nudo: “El parlêtre tiene que vérselas con su cuerpo en cuanto imaginario así como tiene que vérselas con lo simbólico y el tercer término, lo real es el complejo o el implexo de los otros dos”. El concepto del cuerpo hablante… está en la juntura del ello y del inconsciente…las cadenas significantes que desciframos a la freudiana están conectadas al cuerpo y están hechas de sustancia gozante”. (7)
Por su parte, Bassols (8) al indagar la noción de cuerpo hablante y su relación con la de parlêtre, expresa: “Decir parlêtre es decir el ser, decir el serdecir”, condensa decir y ser. “Solo hay ser por el hecho de decirlo…el parlêtre es siempre un acto de creación”. Ubica aquí un registro del lenguaje donde los significantes no denotan conceptos que subsumen objetos sino que estos significantes, estos términos “son ellos mismos creación de nuevos objetos”. De esa manera los términos del discurso “dejan de querer ser conceptos en lo universal para mostrar la marca de lo singular; desde esta singularidad puede localizarse lo real del inconsciente, el cuerpo hablante”. Y tomando una resonancia de “hablante” en español, formula: Es un cuerpo parlante como el lugar donde se escucha lo que se dice. No es el cuerpo el que habla. “Es el ser quien habla con el cuerpo y se escucha por el parlante”. Por último, siguiendo a Miller, se refiere al cuerpo hablante como sustancia gozante “hecha de las resonancias que el lenguaje introduce en el cuerpo” –tercera respecto a la sustancia pensante y la sustancia extensa–, para ubicarlo como “el lugar del parlêtre que tratamos en la experiencia analítica”.
De la Presentación de Marcus André Vieira (9), extraigo la expresión: “ese hablante del cuerpo que no es discurso”. Decir “ese hablante del cuerpo”, lo que habla en el cuerpo, es diferente a decir que el cuerpo habla. Esto consuena con lo que afirma Miquel Bassols. Pero Marcus A. Vieira destaca lo que “no es discurso”, la “experiencia de lengua sin la lengua” y sitúa el cuerpo hablante en su estatuto pre-ontológico, en un punto lógicamente anterior al cuerpo que tenemos. Dice es “la vibración de algo corporal”, “…el cuerpo hablante como lugar de lalengua “no se presenta como vivencia pero sí como un evento, un “acontecimiento de cuerpo”, que sin ser palabra, no obstante sirve para hablar. En la experiencia, por ser tomados como palabra se articulan, producen algún sentido”. De esa manera trae lo dicho por Miller, el cuerpo hablante es el modo con que Lacan reubica al sujeto en el parlêtre, y expresa que “lo hablante del cuerpo vivo es lo que nos da el cuerpo de cada día, el cuerpo que tenemos”.
Entonces, retomo con estos ecos mi planteo inicial para transmitir como entiendo ahora la relación entre los conceptos de parlêtre y cuerpo hablante:
Parlêtre nombra al inconsciente que participa de las tres dimensiones: lo real, lo simbólico y lo imaginario; y a su vez, sitúa su real en el nudo que lo constituye –el cuerpo hablante– que ex-siste al ser del parlêtre.
Al comienzo del “Seminario 22, RSI” (10), Lacan dice que el inconsciente se sostiene en lo simbólico, y al avanzar, que el inconsciente es lo real en tanto que está agujereado (11). Pero cabe destacar que anteriormente, en El Seminario 20 (12), cuando formula “Hablo con mi cuerpo”, señala que lo simbólico no se confunde con el ser, el parlêtre habla sin saber, dice más de lo que sabe. Reubica allí al sujeto de la experiencia en la discordancia del saber y del ser: “lo que habla sin saber…no basta para hacerme ser”. Así el saber que se sabe o puede llegarse a saber queda del lado del “ser”. Pero “hay” un saber imposible. Lacan tratará de indagar ese saber imposible, entre-dicho, dicho entre palabras para mostrar a qué real nos da acceso. Y de cierta manera durante El seminario 23, retoma esto; llegando a la mitad de dicho seminario, se pregunta: “¿Cómo saber si el inconsciente es real o imaginario?”. Responde: “participa de un equívoco entre los dos” (13). Y más adelante dice: “en la medida en que el inconsciente conlleva una referencia al cuerpo, pienso que puede distinguirse la función de lo real”. (14)
Lo que connota el neologismo: parlêtre, llevó a Lacan a un forzamiento, con la manipulación del nudo borromeo, para mostrar otro alcance de las categorías clásicas: real, simbólico e imaginario, y otro alcance del concepto de inconsciente, a partir de la noción de real que inventa.
El parlêtre habla con su cuerpo, es decir, aun creyéndose amo de su ser (en su “yo no pienso”), por el goce de la palabra, habla; en distintos modos de la palabra, articula, asocia, delira. Y en sus dichos podrá resonar el goce que anima a su cuerpo, lo hablante del cuerpo que no es discurso. Porque, como dice Miller (15), el inconsciente mismo es una elucubración de saber sobre el cuerpo hablante, lo real del inconsciente.
El cuerpo hablante como nudo, sustenta al cuerpo que tiene el parlêtre, en tanto cuerpo hablante (ex-sistente al ser). Así, el cuerpo hablante sería lo hablante del cuerpo, que hace hablar al parlêtre, pero ex-sistiendo a ese serdecir.
Como sustancia gozante, tercera respecto a la sustancia pensante y la sustancia extensa (en las que Bassols ubica la realidad psíquica freudiana y el cuerpo imaginario), está hecho “de las resonancias que el lenguaje introduce en el cuerpo”, a nivel de lalengua, y que situamos como lo real del inconsciente.
El cuerpo hablante, como juntura de la palabra y el cuerpo, puedo decir que se manifiesta en la experiencia analítica como lo que vibra del cuerpo en la palabra y eso de la palabra que vibra en el cuerpo. “Lo que da vueltas alrededor de lo consistente y hace intervalo”, como dice Lacan acerca de lo que está ex en la ex-sistencia. (16)
Entonces, encuentro una posible respuesta a las preguntas que planteo en el punto de partida: en la experiencia analítica, analizamos al parlêtre para alcanzarlo en su cuerpo hablante, en lo real del inconsciente.
Notas bibliográficas:
(1) Miller, J.-A., “El inconsciente y el cuerpo hablante”, en Scilicet, El Cuerpo Hablante: Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2015, pág.22.
(2) Ibídem, pág. 28.
(3)Miller, J-A.: Op.cit. (1).
(4)Bassols, M.: “Scilicet, el cuerpo hablante de la AMP”, en Scilicet, El Cuerpo Hablante: Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2015, pág. 10.
(5) Lacan, J.: “X, Redondeles de cuerda”, El Seminario, Libro 20, Aún, Paidós, Buenos Aires, 1981, pág. 158.
(6) Miller, J-A.: Op.cit. (1).
(7) Miller, J-A.: Op.cit. (1), pags.31-32.
(8) Bassols, M.: Op. cit. (4) págs. 11-14.
(9) Vieira, M. A.: “El Scilicet del cuerpo hablante”, en Scilicet, El Cuerpo Hablante: Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama Ediciones, Buenos Aires, 2015, pág. 16.
(10) Lacan, J.: “Seminario del 1 de diciembre de 1974” (del Seminario 22, RSI, de Jacques Lacan, inédito), en Ornicar? 3, Ediciones Petrel, Barcelona, 1981, pág. 15.
(11) Lacan, J.:“El Seminario 22, RSI”, clase del 15 de abril de 1975. Inédito
(12) Lacan, J.: Op.cit. (5), pág. 144, 145.
(13) Lacan, J.: “VI, Joyce y las palabras impuestas”, en El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, pág. 99.
(14)Lacan, J.: “IX, de lo inconsciente a lo real”, en El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, pág. 131.
(15) Miller, J.-A.: “El inconsciente y el cuerpo hablante”, Op.cit. (1), pág. 33.
(16) Lacan, J.: “Seminario 22, RSI”, clase del 14 de enero de 1975. Inédito.