Comentario clínico: Paula Vallejo.
Recorto algunos de los puntos que propuse en el comentario clínico de un caso, en la primera Noche de Directorio: “Clínica del no-todo. ¿Cómo se analiza hoy?”
En una presentación melancolizada, se ubicó una primera respuesta del sujeto por la vía de una nominación imaginaria que le permitía regular un goce en exceso, pero con consecuencias que ponían en riesgo su vida. La apuesta analítica, difícil en esa coyuntura, apeló a extraer un significante implícito en el discurso de la paciente, en torno al cual comenzó a construirse una suplencia más ligada a la vida y a la posibilidad de sostener un lazo con otros.
El fracaso del semblante señalado en el caso dio cuenta de la imposibilidad del sujeto de armar una defensa ante lo real de una mirada. Surgimiento de la negatividad del deseo en tanto deseo puro, deseo de nada, incluso deseo de muerte, que nos indica que no opera la función del amor, por medio de la cual el sujeto pueda responder como objeto causa del deseo del Otro. De allí el surgimiento, de un arreglo que, aunque costoso para la vida, hace que el sujeto no demande.
La apuesta del análisis fue perturbar ese arreglo de la buena manera, con intervenciones a contrasentido del ideal sostenido por el discurso del amo, para proponer un tratamiento del goce a partir de la producción de un sujeto responsable. Un pasaje del imperativo superyoico de la lógica del todo a la consideración de la diferencia singular, más del lado del no-todo.
Un discurso en el que el sujeto no es representado por un significante y carece de puntos de identificación para orientarse en el mundo, es un discurso donde se verifica el rechazo del inconsciente y se constata un orden de hierro. Es la existencia del deseo del analista la que permite orientar hacia lo singular de un nuevo arreglo, posibilitando el sostenimiento de un lazo social, que aloja también el cuerpo rechazado.
Pudimos aprender con este caso, que el practicante confrontado a la clínica sin nombre del padre puede, orientándose por los mínimos detalles, elevar el psicoanálisis a la dignidad de la cirugía, allí donde se trata de corte y empalme, y donde la vía del nudo introduce lo que llamamos una clínica del no-todo. “Sin ideal a alcanzar sin norma a la cual conformarse, lo que orienta al analista es el respeto por el estilo de vida, con la única condición de que este pasaje permita trocar un régimen de goce en un régimen de placer” (1). Y esto, uno por uno.
Notas bibliográficas:
(1) Miller, J-A.: “Intuiciones milanesas”. Clases del curso de JAM que siguieron a su conferencia en Milán de mayo de 2002. Cfr. Lacan Quotidienne (2002).