NOCHE DE LECTORES. ESTILO(S) EN LA CLÍNICA. Revista El Escabel de La Plata N°4. 24 de abril
Ana Piovano

Episteme, clínica y política. Si bien esta noche se ha pensado con un especial énfasis en la elucubración de saber respecto de la práctica tal como la transmiten nuestros analistas, sitúo mi presentación en el punto de intersección subrayando que se trata de una publicación de Escuela, refugio frente al malestar.
Conocemos la referencia. Jacques Lacan en el “Acto de fundación” retoma la Escuela “en el sentido que en la Antigüedad significaba ciertos lugares de refugio, incluso bases de operación contra lo que ya podía llamarse malestar en la civilización” (1)
Gusto pensar, siguiendo a JAM en “Los tiempos que corren”, primera clase de su curso de 2007/2008 Todo el mundo es loco que a Freud le tocó el diagnóstico “hay malestar”, a Lacan el pronóstico respecto de la segregación y a nosotros, la acción lacaniana (2)
Por cierto, nuestra civilización no es la misma que habitaron los griegos. Y no sabemos de ella por las anécdotas de la vida de los filósofos que Diógenes de Laertes supo retratar sino por lo que publicamos. A diferencia de los cínicos griegos, deliberadamente ágrafos, escribimos y publicamos. De modo tal que acá estamos, en eso de causar leernos.
Somos lectores de escrituras. Y eso implica un trabajo. Intentaré pasar una experiencia con marcas, tras la pista de la paradoja de la despatologización.
Si la reivindicación igualitaria de la época anticipa la desaparición programada de la clínica se trata de, sin borrar las clasificaciones, orientarnos por el síntoma.
La revista, es preciso decirlo, encierra una perla. Se trata de “Un estilo mock-heroic” de Jacques Alain Miller. Nada tengo que decir para causar deseo de lectura.
El estilo Mock Heroic, antitrágico, es un estilo conforme a la época del desencanto.
Hace a la posición del analista y es un saldo de experiencia. Pero hay un punto que me interesó mucho para esta noche; en el diccionario de Cambridge encontré Mock la referencia al fake, la burla y si doy un paso puedo ubicar cierta singular relación al semblante.
Los invito a poner allí una piedra blanca para después volver.
Por esa vía, subvirtiendo el orden del índice de El escabel… :Estilo(s) de vida (3) propuse hacer pie en el texto de Oscar Zack “De la parresia a la disancia: Estilos” (resalto: escrito con mayúscula y en plural).
Recorté e hice uso de un párrafo para invitar a esta noche. Se los recuerdo, pueden hallarlo en la página 50 “Ser analista no es una cualidad, tampoco un título profesional. Es si se admite esto, un modo de ser, un modo de tener un estilo, un modo de revelar el goce singular. Singularidad que adviene a partir de la experiencia como analizante, practique o no el psicoanálisis”.
Oscar Zack , AME de la EOL y de la AMP, es muy cercano a nuestra pequeña comunidad. Compartimos hace unos años la comisión científica de “El cuerpo y sus fanatismos” (rico equipo con José Damiano) y la idea que me hago es que brinda a El escabel un texto profundamente político.
De hecho, comienza poniendo a conversar “La excomunión” primera clase del El seminario XI con una frase del El seminario XII. Vamos a la página 45 “Esta Escuela (afirma Lacan) si merece su nombre, en el sentido en que ese término se emplea desde la Antigüedad, es algo donde se debe formar un estilo de vida” La cita es de la clase del 27 de enero de 1965. Pueden encontrarla en la página 46 “La “Escuela” se constituía en un lugar donde se elaboraba el malestar en la cultura y se buscaba un estilo de vida”
No tiene desperdicio este pasaje. Pero spoileo un toque, apelando a pasar algo del orden de la enunciación presente: “Admitiendo que los tiempos cambian, la cultura cambia, el malestar cambia, cabe la pregunta: ¿esta perspectiva mantiene aún su vigencia? La respuesta es ¡si! Entonces ¿qué es el estilo de vida? Propongo lo siguiente – afirma Zack- “Es la conjunción del goce singular con los semblantes. Este se define a partir de cómo cada quien ocupa de manera singular el lugar de agente, una vez que habla, en cada discurso”.
Coco Zack, invita a “comparecer” (el término me parece precioso) para situar diferencias de estilo a un concepto desarrollado por Michel Foucault “parresia”: hablar franco, sin reservas, libre (…) El parresiastés se hace responsable de sus dichos poniendo en juego su enunciación, dice en la página 49: “la parresía se constituye en una forma de vida, de un estilo” En la vereda de enfrente, en sus antípodas, lindante con la infatuación, la disancia “estilo que hace un uso encriptado de los conceptos en una suerte de galimatías para los no familiarizados con ese vocabulario” (…)“suele generar un efecto segregativo y discriminatorio”, así lo encontramos en la pagina 50.
De la página 47 resalto como clave de rastreo “la distancia que media entre el bien decir y decir bien” para ir tras la pista de la enunciación, en cada texto, de aquello más propio del autor. Como quien resalta con colores, busco pasar mis marquitas de lectura en las palabras, ese “objeto precioso”.
Opto por poner el foco en el estilo/ estilo(s) en la transmisión de la práctica propia o ajena. Hay una sección clínica pero que exista, no implica que no podamos hallar viñetas en otros de sus artículos y decidí no privarme. Un ejemplo lo hallamos en “De estilos de vida a un estilo” de Stella Lopez, que epistémicamente ubica “El estilo Lacan” el sesgo de singularidad por su rasgo “inimitable” … “Su relación con el Otro implicaba un forzamiento”, en página 28. “En los testimonios de sus analizantes se rescata cómo actuaba desde su singularidad, ya sea a través del semblante, o usando su cuerpo como instrumento del acto analítico”. En la página 29 hallamos una intervención: “qué puedo hacer por usted? Le dice de entrada a su consultante Esthela Solano Suarez, y a ahí se lee la subversión de los lugares de los dos partenaires , nos dice “ofreciendo sus servicios en lugar de un instrumento”.
Guy Briole nos trae un pequeño caso, el de Marie, analizante que se hace un estilo (precisa la apelación al punzón metálico que sirve para inscribir, hacer escisiones, fragmentar de la página 74 ) y sin pretender ser poetisa le escribe a su analista “el psicótico está plantado en lo real como una amapola, esa flor que no se puede arrancar, que queda sin ramo, pero permanece tal vez más libre a riesgo de que se marchite y tal vez muera”. Les leo lo que él lee, para decir que el analista habilita un lazo propio, para que las palabras la sostengan debe conseguir ordenarse de acuerdo a un estilo que constituye su singularidad.
Mariella Lorenzi en la misma línea propone concebir el estilo (relación de cada sujeto con su propia palabra retomando a Miller de El banquete de los analistas) como algo que decanta si y solo si ambos partenaires ponen de lo suyo. No spoilearé porque estoy acá entre otras cosas para causar que lean la revista. La huidiza, el contemplativo que ridiculiza al otro y el manierista extravagante dan lugar al analista anclado, al analista brújula, al respetuoso del semblante. A medida.
Valeria Martínez ubica cómo se hace valer el derecho a la singularidad, cómo tomar el síntoma como guía de orientación permite al practicante del psicoanálisis que la escucha no quede reducida a tomar partido “a diferencia de sostener una orientación por los semblantes, tener como brújula lo real hace posible en la experiencia analítica la puesta en forma de un modo de gozar propio, singular”. Yasmina Romano advierte que “lo que se puede presentar como formas de ser, no deja de tener un sufrimiento sintomático” en la página106 con tres viñetas en donde se verifica el “no dejar escapar el detalle” como estilo… resalta cómo a contrapelo de los sistemas clasificatorios, los estilos de vida -leo:- “no dejan de ser respuestas más o menos fallidas a un real inasimilable, un tratamiento de lo insoportable”. Alejandra Gorriz, por su parte, en “Un estilo de vida aireado” interroga la experiencia desde cómo se juega el “sentirse mejor” y la incidencia sobre el estilo de vida y Laura Arroyo, interpela: ¿Qué posición tomamos los analistas en estos tiempos que corren? “No alcanza con hacer frente a las segregaciones llamadas universales con inclusiones que pueden volverse utópicas. La despatologización del psicoanálisis no elige el camino de la neurodiversidad, nuestro camino no es el de poner rótulos sino el de la singularidad (…) en página 117.
Verónica Di Batista, toma el toro por las astas. Les leo en la página 161 “ Se impone una universalidad de derechos que iguala a los sujetos bajo la creencia de que soy lo que digo ser. No obstante, en los consultorios recibimos sujetos que, habiendo mordido el anzuelo de la oferta de esas respuestas para todos igual, en línea con la libre elección de los estilos de vida prometedores de felicidad, aun hallan alivio al ser escuchados en su singularidad”. Guillermo consulta cuando lo que él llama estilo de vida salvador se le revela fanatismo irrefrenable. Se presenta profundamente angustiado “me fanaticé, no puedo parar, me enojo si no puedo seguir los pasos pautados, me arruina el día (…) Abierto a leer su inconsciente en análisis pesca que ese estilo de vida es una versión “saludable” del abusarse y del ofrecerse a ser abusado, habiéndose convertido en un trabajador permanente agarrado a su salvavidas de plomo” en la página 163. Me gusta mucho cómo la autora explicita su idea “Pienso al estilo como una forma de arreglárselas de otra manera más vivible con el síntoma. Una forma de escribir algo del goce singular de cada uno”, en la página 164.
Vuelvo sobre el punto de partida, con el texto de Coco Zack y retomo “El coraje de la verdad”, último curso de Michel Foucault, dictado en 1984, un par de meses
antes de morir. Leemos allí: “la parrhesía es etimológicamente la actividad consistente en decirlo todo: pan rhema. (…) es “ante todo y fundamentalmente una noción política más que una técnica, una modalidad de decir veraz”. (4)
Al mismo tiempo una práctica y -como nos recordara Judith Miller en el coloquio
“Psicoanálisis y Sociedad” (5) – una “condición”, “hablar sin tapujos”, el decir franco a contrapelo del fanatismo de la verdad toda, compromete el coraje tanto del que habla como de su partenaire. Habiéndose elevado a ética el Bien decir queda de nuestro lado, otro coraje de decir, el de la enunciación.
Hablar de la revista como lectora, mostrar las marcas a la hora de transmitir, la hace circular y en la medida en que circule, viva entre nosotros, el psicoanálisis existe por fuera de nuestras paredes.
Quizás, es una idea, eso extienda los límites del refugio. La leemos, hablamos de ella y ponemos de lo nuestro cada vez.
Al recibir esta invitación me puse al trabajo y desde ese momento creo que con pocos colegas de los que me crucé no hablamos de El escabel! Agradezco a Silvia Avila tras una clase de yoga el recordatorio de esta referencia. Presentación de El nacimiento del Campo Freudiano (6) a mediados del año pasado. Pueden verlo en YouTube, (1 hora, 17 minutos del video) Jacques Alain Miller viene respondiendo a las preguntas de los jóvenes y nos mete de lleno en una tensión que nos interesa singularmente y que es la del estilo/ los estilos de los analistas.
No los voy a aburrir, pero ademas del dandy en la vida social y el santo en la vida profesional, dice JAM “hace al estilo del analista algo del cínico griego, del Diógenes que cultiva la parresía”
Viene al dedillo a esta noche, transcribo:
“El analista como el cínico no se deja engañar por los semblantes, supuestamente. Eso hace parte normalmente de su posición en el mundo. Son similares al nivel en donde el Otro no existe. Es lo que grita el cínico “El Otro no existe para mí” pero el analista se distingue del cínico porque pertenece a un vínculo social propio, no es un asocial. El cínico es el perfecto desengañado, errante. El analista se dedica a su papel de semblante en su discurso. Su estilo de vida no le permite al analista no tener una casa y no puede ser indiferente a esa convención social, a esa gran convención social que es el dinero pero no busca los honores y vamos a decir que en su estilo de vida el analista tiene una falta de respeto a los dioses de la ciudad pero a diferencia del cínico no la manifiesta, la disimula y vive dentro de una ciudad propia, la ciudad analítica.” (7)
Acá estamos, en nuestro refugio, con El Escabel de La Plata, nuestra revista.
En eso de causar lectura y propiciar el dispositivo de conversación.
Nada más, nada menos.
Notas
(1) Lacan, J.: “Acto de fundación”, en Otros escritos, Paidos, Buenos Aires, 2012, pág.256
(2) Miller Jacques Alain “Todo el mundo es loco” p. 31 Edit Paidos
https://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles-espanol/mock#google_vignette
(3)AA VV:, El escabel de La Plata N°4, Estilo(s) de vida, Grama, Buenos Aires, 2023 .
(4) Foucault M.: El coraje de la verdad, Fondo de cultura económica, Buenos Aires, 2010, pág.28
(5) Miller Judith Intervención Apertura coloquio “Psicoanálisis y Sociedad” en https://wapol.org/es/articulos/TemplateImpresion.asp?intPublicacion=13&intEdicion=2&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=1764&intIdiomaArticulo=1
(6) Miller Jacques Alain Presentación del libro “ El nacimiento del campo freudiano” https://www.youtube.com/live/gAVcOuaUyYM?si=ZrM_OOSjKopgUM7a
(7) Ibid