El cartel: una experiencia en la entrada

INMERSIÓN: ESCUELA Y FORMACIÓN ANALÍTICA. Primera Noche de Carteles. 5 de junio

Florencia María Álvarez

En el presente escrito, que es producto del estado inicial del cartel “Política lacaniana”, intentaré situar mi rasgo: “La inmersión en la Escuela” y un interrogante que funcionara como brújula de este camino a recorrer.
Mis primeros acercamientos a la Escuela fueron a través del dispositivo del cartel. Cierto interés por el saber me había llevado a introducirme en “el órgano de base de la Escuela”. Pero, y aquí mi pregunta ¿de qué saber se trata en la Escuela? ¿del saber epistémico? ¿del saber de la experiencia analítica?
Es en esta línea, que una propuesta del más-Uno al finalizar el primer encuentro, me puso al trabajo. Esta había sido: “traer alguna pregunta para la próxima reunión”. Rápidamente comencé a interrogarme, acerca de qué se trataba hacer una pregunta. Y con esto, fue como de entrada, una vez más, me encontré con que el saber no iba a provenir del otro, sino que había que ponerse a trabajar. Y digo, una vez más, porque esta cuestión me llevo a recordar mi primera experiencia de cartel, al cual me había acercado buscando no solo que el otro me diera el saber sino que para mí, se trataba de un saber absoluto. Contrariamente a mis suposiciones, de aquella experiencia decantó un producto, pero que era un escrito muy alejado del saber cerrado. Entonces, ni el otro provee el saber, ni hay un saber cerrado.
Partiré de una cita de Miller a propósito del “Acto de fundación” de la Escuela en 1964, allí dice: “Lacan habla de la inducción a la que apunta su enseñanza a fin de que otros se introduzcan, uno por uno, en ese trabajo. Esta enseñanza no se propone como un saber cerrado, completo, dogmático -en el sentido peyorativo-, para repetir, sino que apunta a la inducción, llama a una transferencia de trabajo”. (1) Lo que se trasfiere señala más adelante, es “Justamente, el trabajo; De aquí que haya que trabajar, porque si se holgazanea, solo hay pase de pereza”. (2)
Siguiendo esta orientación, es como pienso la propuesta del más-Uno, induciéndonos a ponernos a trabajar. En este caso, a iniciar una investigación en torno al saber en la Escuela. Destaco dos puntos de la cita antes mencionada: no se trata de un saber cerrado y completo; y tampoco de un saber que se enseñe por la repetición. Entonces, ¿cómo se trasmite un saber no todo? Pienso que la transferencia de trabajo podría orientarnos un poco; porque, podría decir que no hay un pase de saber absoluto, pero hay pase de trabajo. Y creo que el cartel es uno de los espacios donde esto puede producirse, donde hay transferencia de trabajo y transferencia al trabajo. Es en este sentido que entiendo la inducción a la que apunta la enseñanza de Lacan, quien plantea el cartel como puerta de entrada a la Escuela. Inducir, como señala Mauricio Tarrab “hasta que el otro quede enredado en la red de su propia sed de saber”. (3) Cada quien trabajando para producir algo, un saber no-todo que hace avanzar, como un remolino donde en cada vuelta pueda ceñirse mejor el agujero.
Entonces, si pensamos el cartel como una experiencia donde no hay grupos pero si lazos, donde es solos pero a la vez con otros; en tanto tal comparto algo de una experiencia, los primeros trazos de un recorrido. Un camino que es a recorrer, donde el lazo social pueda inducir a la producción y en el mejor de los casos, la enunciación singular pueda aparecer.
Y para concluir, que lejos de ser un punto final creo que es un momento de apertura, retomo mí pregunta ¿de qué saber se trata en la Escuela? Una posible vía para intentar responder, aunque no la única, es la que me enseña el cartel. Podría decir que el saber epistémico está en juego en el cartel pero no se trata solo de eso. Tampoco solo del saber de la experiencia analítica en tanto saber hacer. Pero creo que algo se produce “entre” ambos. Es decir, si es que se puede decir así, una experiencia que va del saber epistémico al saber de la experiencia analítica y retorno. Ni todo de un lado, ni todo del otro sino que es en ese “entre” donde puedo ubicar un efecto de formación. De ese “entre”, decantó este producto. En eso estoy.

Notas
(1) Miller, J-A, El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 182.
(2) Ibíd, p.181.
(3) Tarrab, M., El decir y lo real, Grama, Buenos Aires, 2023, p. 19.