El Cartel: dispositivo sazonado con un grano de locura (1)

Mara Arocena

Granos de locura. Primera Noche de Carteles. EOL Sección La Plata, 26 de abril.

Quisiera comenzar agradeciendo la invitación a participar de esta Primera Noche de la Secretaría de Carteles, dada en llamar “Granos de locura”. Me alegra estar aquí en la Sección La Plata, dispuestos a conversar en torno a: ¿qué saber se obtiene del cartel? ¿Qué lugares posibles para las citas? ¿Qué uso hacer de ellas? ¿Cómo pasar de la cita al hallazgo? ¿Qué anima a realizar la travesía del cartel, hasta obtener la producción de una escritura, de una enunciación propia, no sin otros?

Al disponerme a la escritura, pude ubicar que en cada cartel del que formé parte, las preguntas en relación a la clínica se hicieron presentes en el recorte del rasgo. La locura que me causa porta en su interior una interrogación sostenida sobre la práctica analítica, sobre la orientación posible ante una brújula común que no existe y, especialmente, sobre las intervenciones dentro del campo de las psicosis. En uno de esos recorridos, decía: Si en cada cura el analista se vale de la interpretación como medio y su práctica es correlativa de la noción de inconsciente que ha llegado a elucidar, ¿qué intervenciones serán oportunas cuando estamos ante un inconsciente a cielo abierto? Una orientación milleriana señala: “La interpretación lacaniana no es traducción sino revelación, levanta el velo sobre lo que es imposible-de-decir” (2), indicación acertada para pensar el acto analítico en neurosis; aunque no apropiada para la intervención en psicosis. Ubico aquí, un primer movimiento de separación, pos señalamiento de la Más Uno. Entonces, conservo la cita para subrayar que la orientación apunta al agujero de estructura. En psicosis eso será lo forcluído, lo que no hay. Desde un sesgo clínico será necesario poner especial atención a la coyuntura del desencadenamiento, pudiendo ubicar ¿Qué constituye lo imposible-de-decir para cada quién? Es complejo porque allí estamos en terreno de lo inefable; basándose en los desarrollos de Lacan en el “Seminario 3, Las Psicosis”, dirá Millas:“en el momento del desencadenamiento el sujeto se confronta a un vacío radical, con la vivencia consecuente de haber llegado al borde de un agujero” (3). Clínicamente, tenemos un modo de apresarlo por la vía de lo que retorna desde lo real en el fenómeno elemental de la alucinación, en la serie: Vacío → Alucinación → Delirio. Además, “Las coordenadas del desencadenamiento, su coyuntura dramática, ponen de relieve en qué punto el sujeto quedó confrontado al vacío de la forclusión. Estas coordenadas nos orientan no solo respecto al punto de falla de la estructura, sino que en cierto modo nos guían para pensar en las condiciones posibles de la estabilización” (4). Esta cita de Millas funciona como hallazgo, como una orientación.

En psicosis también hay algo en-más y deslocalizado. En 1967, Lacan expresará que el loco es el hombre libre, “digamos que tiene su causa en su bolsillo” (5), lo que implica que no hay extracción del objeto a con consecuente pérdida de goce. Dirá Naparstek “El loco es libre del Otro pero padece la tiranía del objeto a” (6). Siguiendo la vía del tratamiento posible, aunque el sujeto no demande nada, el encuentro con un analista invita a sostener un trabajo paulatino de localización del objeto a en el campo del Otro. El sujeto podría servirse de esa hiancia para depositar sus escritos, sueños, producciones. En el encuentro con el loco el analista asumirá posiciones en las que tomará nota, facilitará que pueda dar su testimonio y organizarlo. Encarnará un límite, tratará de frenar, atemperar un goce en más, lo que conllevará su presencia, paciencia, firmeza, disponibilidad. Promoverá algo estabilizador, fomentará y colaborará con la invención (7). 

A esta altura de mi travesía, me permito poner a jugar el no-saber cómo causa que impulsa a sostener preguntas y extraer algunos “hilitos” de respuesta que actúen como orientaciones no-todas. Pudiendo decir que el cartel funciona como experiencia que impulsa a servirme, soltarme y escribir. Y, aún resuena en ecos epistémicos y libidinales.

Notas bibliográficas:

(1) Erasmo: Elogio de la Locura, Buenos Aires, Losada, 2019, pág. 29.
(2) Miller J-A.: “La palabra que hiere”, en Revista Lacaniana de Psicoanálisis N° 25, Grama, Buenos Aires, 2018, pág 25.
(3) Millas D.: “El automatismo del lenguaje”, en El psicoanálisis pensado desde la psicosis, Grama ediciones, Buenos Aires, 2015, pág. 18.
(4) Ibíd., pág. 44.
(5) Lacan, J.: “Petit discours de Jacques Lacan aux psychiatres”. En el Cercle Psychiatrique H. Ey, Sainte Anne, el 10 de noviembre de 1967, Inédito.
(6) Naparstek F.: “La clínica del pequeño objeto a en las psicosis”, en El objeto a en la experiencia analítica, Grama, Buenos Aires, 2022, pág. 81.
(7) Álvarez J.M.: Principios de una Psicoterapia de la Psicosis, Xoroi Edicions, España, 2020, pág. 191 a 195.