TRAGEDIA Y COMEDIA EN EL RECORRIDO DE UN ANÁLISIS. “El mock-heroic en tiempos del desencanto”. Segunda noche de directorio. 31 de julio.
María Adela Pérez Duhalde
Les doy la bienvenida a la segunda Noche de Directorio titulada “Mock-heroic en tiempos del desencanto” y enmarcada en el tema propuesto para el año: “Tragedia y comedia en el recorrido de un análisis”. Esta noche se engarza -cual cuenta de collar- al trabajo que venimos realizando colectivamente. Agradezco mucho en nombre del Directorio, a Belén Zubillaga y a José Damiano -ambos miembros de la EOL y la AMP-, por haberse aventurado a elucubrar esta propuesta.
Al invitarlos, partimos del contrapunto entre el sentido trágico de la vida en la época del Edipo y el sentido del horror en la época del desencanto. Este contrapunto lo armamos con las compañeras del Directorio, a partir del texto de Miller de 1991: “Un estilo mock-heroic”, publicado en El escabel de La Plata N° 4-. Nos interesaba pensar el sesgo clínico del asunto.
De ese texto tomamos algunas citas disparadoras. La primera dice: “El mock-heroic es más conforme a la época del desencanto”. La otra: “Si el sentido trágico se pierde (en el caos contemporáneo), si está perdido, no sucede lo mismo con el sentido del horror”. (1) También de allí extrajimos la referencia de Lacan de “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo” donde destaca que: “El Edipo …no podría conservar indefinidamente el estrellato en unas formas de sociedad donde se pierde cada vez más el sentido de la tragedia”. (2) Por último nos apoyamos en un texto de Gustavo Dessal (3) en el que señala que el hombre moderno ha perdido el sentido de la tragedia y que “comienza a dejar de leer en el dolor los signos de la verdad”. Si para los antiguos se trataba en su vida de la realización del destino impuesto por los dioses, para el hombre moderno el destino ha sido remplazado por un presente continuo, en donde priman las respuestas por sobre las preguntas, y se anticipan cerrando la puerta al inconsciente: “el hombre moderno va dejando de creer en su síntoma, dejando de suponer que este tiene algo que decir”.
Entonces ¿qué consecuencias para nuestra práctica?
Siguiendo esta pregunta encontré que en El lugar y el Lazo Miller da una definición de lo real como “lo que está ahí, digan lo que digan” apoyándose para esto en las comedias de Molière en donde se advierte que la impostura no viste el real en juego por más que “digan lo que digan”. No obstante, plantea que en esta época (del desencanto -agregaría yo-) es lo real lo que se ha vuelto ridículo: «ya no se ve nada que sea independiente de nuestros modos de decir. Esto es lo que produce la promoción (…) de lo virtual (…) ya no creemos en lo real como algo que se sostendría “digan lo que digan”». (4)
Más adelante en el curso, Françoise Leguil, dirá que lo ridículo es algo serio y que ridiculizar lo real como lo hacen las psicoterapias, es una mala forma de ser ridículo:
“Para ser ridículos de la buena manera debemos servirnos del rasgo, es decir, de todo lo que padece del significante, y luego intentar saber por qué no podemos evitar lucirlo y cómo no podemos esconderlo, ya que la buena manera se define a cielo abierto (…) ese rasgo que decidimos no esconder (…) no carece de lazo, según notamos, con las huellas de un goce que, por no haber sido abandonado por completo, desprecia (…) ser satisfecho por formas fraudulentas. El rótulo de buen ridículo alberga a todos aquellos que no se ruborizan por servirse aún de los significantes y que intentan saber por qué no llegan todavía a prescindir de ello”. (5)
Somos malamente ridículos -dice Leguil- cuando lo que ridiculizamos no es el significante, sino lo real, porque eso retorna de la peor manera.
¿Cómo puede el psicoanalista marcar la diferencia en tiempos de desencanto?
En “Breve introducción al más allá del Edipo”-otro texto de Miller contemporáneo al del estilo mock-heroic– se puede leer que Lacan se ejercitó en la sátira para perturbar la ortodoxia y la impostura sobre las que se montaba la comunidad analítica. Asimismo, ahí se destacan las consecuencias en la conducción de la cura que implica el más allá del Edipo. Pongo el acento en una, que me parece hilo conductor, para escuchar las presentaciones de esta noche: “no (se trata) de someter al sujeto bajo una ley que no es más que ficción, sino dejarle descubrir el por qué de los semblantes y el cómo del goce. Hace falta para esta operación… un psicoanalista -cualquiera- que no se la crea, un psicoanalista sin infatuación… No entran, más allá del Edipo, sabios, héroes, ni víctimas, ni vencidos”. (6) Se reúnen así la potencia del discurso analítico con la humildad del psicoanalista. (7)
Notas:
(1) Miller, J.-A.: “Un estilo mock-heroic”, Revista EL escabel de La Plata N° 4, Grama, Buenos Aires, 2023, págs. 21 y 22.
(2) Lacan, J.: “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo”, en Escritos 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 1998, pág. 792. Referencia que fue trabajada por Sebastián Llaneza en la Noche de presentación del argumento de nuestras próximas Jornadas “Lo trágico bajo sospecha”.
(3) Dessal, G.: “El manicomio global”, en https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid0boaXErVsf9sV6tEFkTAtitUunaNxJUs8zp96hs3FXrkXbLKjm7Dyekf8nCNkfFCFl&id=100027504997219&mibextid=Na33Lf&paipv=0&eav=Afa0SuvxyOr7BGFm6KDBDctY72AN8VOBKGgqpT4IJoRAFBkw7Jxf6tUFyyRzZKi7eC8&_rdr, 21 de agosto de 2018.
(4) Miller, J.-A.: El lugar y el lazo, Paidós, Buenos Aires, 2013, pág. 52.
(5) Ibíd., pág. 249.
(6) Miller, J.-A.: “Breve introducción al más allá del Edipo”, en Del Edipo a la sexuación, Paidós, Buenos Aires, 2011, pág. 22.
(7) Así tituló Mauricio Tarrab su presentación de la apertura del SCF de La Plata 2024 “La potencia del discurso analítico… y la humildad del psicoanalista”.