HACIA El X CONGRESO DE LA AMP: EL CUERPO HABLANTE. SOBRE EL INCONSCIENTE EN EL SIGLO XXI
Tercera actividad preparatoria –EOL Sección La Plata, 13 de Abril de 2016
Rosana Salvatori
Elegí tomar para esta noche dos de los términos de Scilicet (1), aunque por supuesto nutriéndome de la lectura de otras definiciones que aparecen en este volumen “El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI”. El primero, “Cuerpo fragmentado” de Eduardo Suárez y el segundo “Cuerpo hablante/parlêtre” de Antonio Di Ciaccia. Cuando tuve en mis manos el volumen recién publicado, sentí una alegría enorme porque un miembro de nuestra flamante Sección, había sido convocado para aportar su trabajo. Seguramente a nadie le pasa desapercibido que se trata de un acontecimiento político que hace marca, que instituye un lugar. No se trata tanto de la persona ni de la función transitoria como Director, sino de un lugar inaugural que seguramente hará serie en los años por venir convocando a otros miembros de la EOL en La Plata.
Por otro lado, tomo dos definiciones que están ubicadas una detrás de otra. Leyendo los títulos se abrió un primer interrogante:¿cómo pensar, como articular, un concepto clásico en la enseñanza de Lacan como cuerpo fragmentado con otro, parlêtre/cuerpo hablante, que pertenece a la última enseñanza de Lacan y que Miller propone como sustitución de inconsciente?
Parlêtre es la palabra agalmática que Miller atrapa para perforar el muro del lenguaje. Si parlêtre atraviesa “cuerpo fragmentado” y “cuerpo hablante”, ¿qué saldo arroja esta operación respecto a la noción de cuerpo y qué nos permite cernir de nuestra práctica en el siglo XXI?
Cuerpo fragmentado
El trabajo de Eduardo se encuentra capitoneado por cuatro subtítulos: Discordia, Desconocimiento, Régimen del Uno y Desecho.
Dice: ‹‹La fragmentación como estatus primario del cuerpo se inscribe en la línea trazada por Freud para quien “es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo”. Lacan nombra a la fragmentación como desarmonía, dehisencia del organismo, discordia primordial, mostrando que “la unidad del cuerpo es siempre ilusoria…no hay en el parlêtre ninguna… adecuación entre la representación del cuerpo y… su cuerpo real”›› (2). El imaginario corporal, el cuerpo esfera siempre fracasa porque el cuerpo fragmentado o cuerpo real, como lo llama Lacan en el “Seminario 24”, lo agujerea todo el tiempo. Al cuerpo fragmentado del estadio del espejo, se lo puede ubicar como cuerpo real en este seminario, donde el cuerpo ya no es la esfera sino que es pensado a partir del toro y del agujero. El cuerpo real hace que la consistencia no se sostenga, ni en la neurosis ni en la psicosis (3).
Este es un modo de decir en pocas palabras lo que Lacan sustenta a lo largo de toda su enseñanza y desarrolla de distintas maneras. Lo que me interesa destacar es la siguiente parte de la definición de «cuerpo fragmentado»: “…hoy puede servir de brújula frente al aparato científico actual…que insiste en conservar el postulado aristotélico por el cual lo psíquico se desprende de lo orgánico”. (4)
Esta es una referencia de Miller, de “Todo el mundo es loco” , que, reflexionando sobre el cognitivismo, dice que la categoría de sujeto en Lacan está abolida de las neurociencias ya que para ellas lo psíquico es el doble de lo orgánico (postulado aristotélico) mientras que para Lacan “las integraciones son siempre parciales y lo dice respecto a la imagen del cuerpo: acceder a su forma total no anula la fragmentación inicial de su relación con este…la integración nunca es total, es contradictoria” (5). Entiendo que es un modo de decir que lo real resiste a cualquier integración.
Por otra parte, dice Miller, se puede pensar que Lacan es aristotélico cuando admite que el alma es la forma del cuerpo y el estadio del espejo es una génesis, el paradigma que lo ilustra para romper la idea de doble entre psiquismo y organismo.
Si primero para Lacan es la prematuración lo que funda la discordia, luego “es la idea que el deseo mismo es aquello que constituye una amenaza para la pretensión unificadora de lo imaginario”(6). Respecto al deseo inconsciente no hay armonía, ni adaptación sujeto-objeto.
En el apartado “Desconocimiento”, nos trae una referencia del año 1967, “Del psicoanálisis en sus relaciones con la realidad”, donde Lacan anticipa las consecuencias de reducir el cuerpo a la extensión cartesiana: “necesitará ese cuerpo los excesos inminentes de nuestra cirugía para que se devele ante la mirada común que solo disponemos de él haciéndolo ser su propia fragmentación” (7). Esta cita es trabajada por Miller en el curso “La experiencia de lo real…”, diciendo que las palabras de Lacan tienen valor profético y da el ejemplo del trasplante y creación de órganos: el despedazamiento del cuerpo entra en las leyes del mercado y se anuncia así “el futuro fragmentado del cuerpo…bye bye a lo que fue la celebración de su unidad”. (8)
Un ejemplo actual del avance de la ciencia es el de los nuevos Cyborgs (9): en 2004 el gobierno británico reconoce a Neil Harbisson como el primer cyborg del mundo. Es un hombre que nació con una rara condición visual (acromotopsia) que solo le permite ver en escala de grises. Un ingeniero ideó una antena, un tercer ojo electrónico que, implantada en su cerebro, le permite percibir colores con frecuencia sonora. Un cuadro de Picasso para él es un concierto. Hay un manifiesto cyborg, una fundación, que tiene por meta ayudar a los humanos a convertirse en cyborgs. Podría pensarse a Stelarc, el polémico performer australiano, como el antecesor, quien para su obra se basa en la premisa de que el cuerpo humano está obsoleto. Stelarc se implanta ante las cámaras una oreja en el brazo izquierdo, a la manera que Orlan lo hizo con su cara. Otro ejemplo es el de los cuerpos humanos del alemán Von Hagens que utiliza la técnica de plastinación para concientizar acerca del interior del cuerpo y sus enfermedades. Los cuerpos en el arte actual, muchas veces, como dice Marisa Morao, enseñan que los goces del cuerpo hablante no están necesariamente regulados ni por el fantasma, ni por el Ideal del yo; ni velados por ningún semblante. “El propio cuerpo, como materia, puede convertirse en un objeto, en un instrumento que, por medio de invenciones singulares, permite al parlêtre tratar el goce sin ley”. (10)
En “El régimen del Uno”, Eduardo sitúa que para Lacan, más adelante, se trata de ubicar a la fragmentación como efecto de la incidencia del significante, desde el deseo hasta el objeto a y, al final de su enseñanza, es el régimen del Uno en el cuerpo, con el goce que conlleva: “En el régimen del Uno, el goce trocea el cuerpo imaginario y lo hace estallar”. Finalmente, destaco de la definición la idea que “el parlêtre es parasitado por un goce que perturba las relaciones con su cuerpo y que en su enganche con lo real, conduce a su depedazamiento”. (11)
Cuerpo hablante/parlétre
En “Cuerpo hablante/parlétre”, lo que está en juego, dice Di Ciaccia, ya no es el sujeto de la palabra sino lo que Lacan una vez llamó sujeto de goce, al que da un sentido más preciso con el término parlétre, ese ser que por el hecho de hablar no solo habla sino que también es hablado.
El autor señala que el cuerpo que habla, expresión del Seminario Aún, no reniega del inconsciente…sino que da finalmente peso al cuerpo. Pero ¿de qué cuerpo se trata?, se pregunta. ¿Acaso del cuerpo del estadio del espejo? ¿o del cuerpo que se reproduce? No…se trata del cuerpo que se mantiene como uno…un cuerpo que habla y que goza a través del acontecimiento de cuerpo singular que es el sinthome.
Pero si hay consistencia mental, el cuerpo a cada rato levanta campamento, mostrando su inconsistencia porque ese cuerpo “debe constituirse a partir del trauma de la incidencia del significante sobre el cuerpo. En ese sentido, Ram Mandil, en su trabajo “Parlétre y consistencia corporal” dice: “el análisis del parlêtre debe apuntar no apenas a aquello que, a través de sus palabras, él apunta a constituir su ser (être), sino también los modos como, por medio de sus palabras, él busca constituir un cuerpo y conferirle consistencia”. (12)
Para concluir, traigo las palabras de Silvia Baudini: “El psicoanálisis cambia a despecho de… los esquemas antiguos… es un cambio ineludible… a pesar de nuestro gusto por el pasado, el tiempo que es real, corre. ¿Y por qué nos importa? Porque nuestra práctica solo podrá sostenerse si somos incautos de lo real”. (13)
Notas bibliográficas:
(1)Autores Varios Scilicet, El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama, Buenos Aires, 2016.
(2) Suárez, E.: “Cuerpo fragmentado”, en Scilicet, El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama, Buenos Aires, 2016, pág. 85.
(3) Tudanca, L.: “El cuerpo hablante y la lengua”, Noche de la Escuela Una, 2015, inédito.
(4) Op cit. (1) pàg 86.
(5) Miller, J-A.: Todo el mundo es loco, Paidós, Buenos Aires, 2015, pág. 188.
(6) Op cit. (1) pàg 86.
(7) Op. cit. (1) pàg 86.
(8) Miller, J-A.: La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Paidós, Buenos Aires, 2011, pág. 308.
(9) Arnès, L.: “¿De carne somos?”, Página 12, Buenos Aires, 15 de enero de 2016.
(10) Morao, M.: “Body art”, Scilicet, El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI, Grama, Buenos Aires, 2016, pág. 63.
(11) Op. cit (1) pàgs. 86-87.
(12) Mandil, R.: “Parlètre y consistencia corporal” Textos de orientación, X Congreso de la AMP, 2016.
(13) Baudini, S.: “La clínica del parlétre”, Papers 10, X Congreso de la AMP, http://www.congressoamp2016.com/uploads/e66695a2a14f62fd993075b42c54edf6600bf0dd.pdf, 2016.